DOMINGO
REPORTAJE a Hermes Binner

“Esta Corte es la mejor que hemos tenido”

<p>Uno de los líderes de la oposición advierte que el Gobierno viola la Constitución con la reforma judicial. Toma distancia de las acusaciones contra Lorenzetti, y asegura que el kirchnerismo trabaja sobre tres ejes: la permanencia, el saqueo y la impunidad. Por qué no hay frente opositor.</p>

|

Un calor inusual se abate sobre Buenos Aires. Pesadez en el aire y multitud en las calles. Frente al Congreso en el que Diputados discute la reforma judicial se agolpa mucha gente que “quiere saber” y que pide a los políticos opositores una política de unidad que no se ha logrado hasta ahora.
—¿Por qué no fueron a la carpa? –preguntamos mientras las pantallas de los televisores muestran la carpa blanca que se levanta en la Plaza de los Dos Congresos.
—En realidad no la organizamos nosotros, sino que, más vale, fue una propuesta de los movimientos sindicales. –contesta rápidamente el doctor Hermes Binner.
—Es una respuesta muy breve para una circunstancia compleja, doctor… ¿El FAP no quería aparecer como apoyándolos?
—No, al contrario. Fuimos el día anterior justamente apoyando la convocatoria, pero era una convocatoria en la que fundamentalmente estaban los movimientos sociales organizando esa carpa por los reclamos hacia la Justicia.
—Pero ustedes comparten ese reclamo, ¿no es cierto?
—¡Claro que lo compartimos! Pero, bueno, se dio así. Las cosas se dieron en esta forma.
—Usted se fijó, seguramente, que en la marcha del 18A lo que la gente les pedía a los políticos era que se unieran.
—Hubo allí dos pedidos: uno, que nos uniéramos, y otro, por la Justicia. También me llamó la atención que no hubo ningún pedido por la inseguridad, que fue, de alguna manera, el pedido que dominó la manifestación anterior. Lo que sí existe es un malestar por la democracia, por el Gobierno y realmente es necesario apuntar a una propuesta diferente que permita a los argentinos vivir con dignidad a partir del pensamiento de una construcción económica y social que demuestre, realmente, que Argentina tiene capacidad para salir adelante. Nosotros descreemos de las apreciaciones de la señora Presidenta cuando dice que “el mundo se nos viene encima” o que “el mundo está contra Argentina”. En realidad, esto es una falacia porque nosotros tenemos grandes posibilidades: estamos en el Grupo de los 20. Estamos dentro del Mercosur, del Unasur y creo que es importante nuestra integración regional. Hasta creo que también es importante tener un papa argentino, ¿no?, porque de alguna manera esto lleva al diálogo y a bajar la crispación que hemos visto días atrás.
—Justamente mientras conversamos se está desarrollando la maratónica sesión en Diputados por la reforma de la Justicia. El oficialismo tiene quórum y… mayoría también.
—Sí. Tienen las dos cosas. Lo cual significa un gran retroceso para el país, porque la república está basada en la independencia de los tres poderes. Como sabemos, aquí hay dos poderes que tienen una forma de elección directa. Me refiero al Poder Ejecutivo y al Poder Legislativo. Pero el tercer poder, que es precisamente el Poder Judicial, tiene una forma de elección indirecta. En lo que se ha avanzado mucho es en modificar el Consejo de la Magistratura. Casualmente, cuando yo fui diputado, se discutió en el seno del Congreso la necesidad de reducir el número de miembros del Consejo de la Magistratura para hacerla más ágil. De veinte miembros se pasó a 13, de los cuales siete quedaban para el Gobierno que podía designarlos a su arbitrio y con lo cual ya contaba con la mayoría. Entonces lo que antes permitía que ninguna de las cuatro patas que integraban el Consejo de la Magistratura pudiera “per se” nombrar a un juez o iniciar un jury de enjuiciamiento ahora, con esta nueva composición, lo ha permitido. Y esto es lo que trata de garantizarse hoy con la reforma del Consejo de la Magistratura y es lo que permite, también, disminuir la independencia del Poder Judicial a través de un Consejo que tiene hoy una forma diferente de constituirse con muchos puntos que, para nosotros, están en contradicción con lo que plantea la Constitución Nacional.
—¿Usted piensa, entonces, que peligra la Constitución?
—Mire, la Constitución se respeta o se viola. Yo creo que, en este caso, se va a violar la Constitución. Por lo tanto es de esperar que haya demandas para que se respete la Constitución argentina porque la independencia del Poder Judicial es lo que nos permite realmente tener una esperanza de Justicia. Y la no independencia del Poder Judicial ayuda, en cambio, a la impunidad que hoy domina en la Argentina. De manera que lo que ha pasado en el país, las denuncias de corrupción que hemos tenido, bueno… están bien hechas por el periodismo, pero no es el periodismo al que le toca investigar, sino que ésta es una responsabilidad de la Justicia. Es la que tiene que llevar la seriedad y la responsabilidad que son necesarias para poder, realmente, aportar a la verdad. De lo contrario, todo será muy difícil para un país en base a no reconocer la independencia de los tres poderes.
—… Esa independencia que tiene que ser equitativa.
—Claro. Particularmente cuando se trata del Poder Judicial. Hoy vemos que, en el Gobierno, hay tres ejes que tarde o temprano lo van a perjudicar. Uno es el de la permanencia, otro el del saqueo, y el tercero, el de la impunidad. Basándose, entonces, en esos tres ejes, es indudable que no se puede construir un país. Por eso nosotros creemos que más que modificar la Constitución hay que respetarla. Cuando se habla de modificar la Constitución para permitir la re-reelección creemos que es una imprudencia. Una reelección está bien. Está amparada por la Constitución, pero más de eso hoy es inconstitucional. En el país ningún gobierno democrático ha durado más de diez años. Entonces, este gobierno que va a estar por los 12 años me parece que ha dispuesto del tiempo suficiente como para haber demostrado cuál era su intención y qué es lo que quería construir. Por otro lado, tenemos el tema del saqueo. Cuestiones como Ciccone que no solamente nos hace pensar en papel, sino en la fábrica de hacer papeles, billetes, es un hecho que agrava enormemente el robo… Además, claro, involucra a la persona del vicepresidente de la República. Y aquí surge el tema de la impunidad. En una sociedad no hay un hecho más agravante que la impunidad, porque aquél que roba (ya sea un auto o un lápiz) está cometiendo un delito por la sencilla razón de que se está llevando algo que no le corresponde. Y también lo primero que se hace es buscar impunidad a través de la legitimidad de lo que se ha hecho. Entonces, el que roba un auto quiere luego los papeles que le otorgan su pertenencia y la próxima vez (como observa que no ha pasado nada porque la impunidad lo cubrió) se roba la agencia.
—Una visión bastante aterradora, por cierto. También en las últimas horas ha habido una acusación muy fuerte de la diputada Carrió que involucra al presidente de la Suprema Corte de Justicia. ¿Para usted qué significa este hecho?
—Bueno, la diputada Carrió siempre ha sido una persona de denuncias. En este caso, entonces, habrá que estudiarla y para eso también está la Justicia, ¿no? Para aclarar esta situación.
—¿Le parecen prudentes estas denuncias o deben ser precedidas por una exhaustiva investigación?
—Generalmente suele haber una investigación. Incluso el periodismo de investigación ha jugado un rol muy importante a partir de Watergate, ¿no? Pero creo que en este caso habría que prestarle atención y explicar claramente, por parte del Gobierno, que esto no es así. En caso contrario habrá que tomar otro camino.
—Usted habrá visto que hay un documento de toda la Corte Suprema apoyando al doctor Lorenzetti.
—La Corte que tenemos hoy es la mejor Corte (de acuerdo con nuestro conocimiento) que ha tenido la Argentina y hay que defenderla. Entonces creo que, antes de hablar sobre la Corte, tenemos que estudiar lo que ha hecho y lo que podría hacer si tuviera más apoyo de los otros poderes.
—Lo que es bastante estremecedor es lo ocurrido con la procuradora general de la Nación, doctora Gils Carbó, y denunciado por el senador Cimadevilla de la UCR. Nos referimos al nombramiento de funcionarios que no son fiscales ni pertenecen al Ministerio Público. También el fiscal Stornelli abrió una investigación preliminar para determinar si la UIF (Unidad de Información Financiera) omitió investigar operaciones sospechosas ocurridas dos años atrás.
—Así es. Las investigaciones deben hacerse y hay un poder que está para eso. Entonces, si nosotros tergiversamos los poderes y decimos “bueno, el legislador tiene que ser ejecutivo. El ejecutivo tiene que dar muestras de Justicia etc.”, estamos en cosas que complican el ejercicio democrático que le corresponde al Gobierno y a la articulación de la república.
—¿Y qué piensa de las denuncias del senador Cimadevilla?
—Son declaraciones que tienen que ir a la investigación de los casos. Un senador tiene una responsabilidad. Entonces, bajo esa responsabilidad tiene que actuar claramente. Debemos partir de la base de un principio de certeza de la denuncia a partir de esa responsabilidad que tiene. Es la Justicia la que tiene que actuar.
—Y en cuanto a la economía, usted habrá observado el salto que ha dado el dólar paralelo llegando casi a 9 pesos por dólar.
—Sí, ha tomado un valor importante y esto tergiversa todo el mercado. Incluso también tergiversa inversiones. En el país hay retracción de inversiones a raíz de la falta de certezas. De manera que están trabajando permanentemente a dos velocidades porque, por una parte tienen que trabajar con un dólar a 5 pesos, pero si necesitan insumos tienen que pagar los dólares a 9 pesos. Entonces, como le decía, esto produce una gran distorsión en el mercado. Y esto es deletéreo para la sociedad. Sobre todo para los sectores más humildes que son los que siempre pagan los platos rotos de esta fiesta que se está terminando.
—Son muchos los que lo dicen, sobre todo porque las exportaciones de soja, por los cuestionamientos de la Aduana, llevan implícitamente el gasto enorme de la estadía de los barcos en los puertos. Incluso esto estaría demorando la parte de contado de estas operaciones.
—Sí, seguramente. Además, con los silos-bolsa el hombre de campo regula la venta de acuerdo con sus necesidades. Cuando no le hacen falta los dólares guarda sus productos y sabe que posee un valor como si tuviera moneda firme. También se da en el tema de los autos: observamos cómo, ahora, se está invirtiendo en autos de alta gama. Sobre todo importados, cuya compra se hace en pesos al valor del dólar oficial, pero hay que comprarlo con un dólar paralelo y todo esto genera una gran distorsión. Fíjese que es más barato comprar un auto de esas características que un auto de fabricación nacional.
—Parecería incluso más ágil invertir en un auto de alta gama y no en ladrillos, tal como lo señala el mercado inmobiliario prácticamente paralizado.
—Así es. Y fíjese cómo, en otros países, por ejemplo en Alemania, la gente está invirtiendo en molinos productores de electricidad para aprovechar la energía eólica. Producen así energía, el Estado se las compra y se aseguran una forma de invertir. Es muy importante buscar alternativas para generar una actividad económica sustentable. Una economía que parta de los productos primarios, pero que busque también su industrialización lo más cerca posible de su lugar de producción. En fin, son propuestas que deben tener una consolidación desde el gobierno que esté de acuerdo y al lado de los productores. Hoy, entre nosotros, hay un enfrentamiento con los productores. Y esto, realmente, tenemos que visualizarlo como un problema porque si nosotros dejamos de producir y la producción está menguada porque los productores no se entusiasman bueno… tenemos los problemas que tenemos. Por ejemplo, la retracción en la siembra de trigo. Este es un problema serio. Piense que antes abastecíamos al mercado de Brasil y hoy Brasil prefiere otros mercados, que son más seguros aun cuando tenga que pagar un mayor costo por el transporte. Todo esto, entonces, genera problemas en la producción y también poco entusiasmo en el productor.
—Quizás el episodio del retiro de la empresa Vale y su mina de potasio ha traído alguna tirantez con Brasil. Veremos si esto se distiende con la presencia de Dilma Rousseff.
—Sí, pero imagínese que Vale iba a invertir unos ocho mil millones de dólares y ya lleva invertidos dos mil millones. Y que, en un determinado momento, dice: “¡Basta. Esto no va más. Nos vamos!”. ¿Cómo? ¿Se van? Nos asombramos. Y ellos contestan que aquí tienen que invertir en un dólar que es diferente al dólar que después se comercializa. Con lo cual esto genera una gran incertidumbre en la empresa y ellos no siguen invirtiendo. ¡Y se van! Hoy buscan compradores de lo invertido y, en el mercado mundial no existen compradores para un producto que es de alto impacto económico como es el potasio. Si nosotros vivimos cambiando las reglas de juego es evidente que vamos a espantar a los inversores y no vamos a darles seguridad para que inviertan.
—Usted habrá leído que en Nueva York, en el Consejo de las Américas, Daniel Artana (presidente de FIEL) consideró inevitable una devaluación. ¿Usted también lo ve así?
—Estemos o no de acuerdo, el problema es que la competitividad se está manejando basada en el valor del dólar, y el valor del dólar va incrementándose en forma tal que ayuda a la inflación a cubrir el déficit financiero que tiene el Estado. Entonces, tanto la inflación como la emisión de billetes conducen a que sea cada vez más débil el proceso económico en Argentina y cada vez haya menos seguridades para el inversor, el productor y el trabajador.
—También hay otros temas inquietantes. Por ejemplo la salud, que usted, como médico y ex gobernador, conoce bien. Esta semana, por ejemplo, hubo un paro de 48 horas en los 57 hospitales de la provincia de Buenos Aires.
—La salud es un derecho emergente. Está en la Constitución, en el artículo 14 bis, y hay que cumplirlo. Hay sectores de la población que tienen acceso a la medicina privada; otros que tienen acceso a obras sociales muy importantes y después está toda la seguridad social vinculada al ente financiador de las obras sociales sindicales. Pero hay un sector que no tiene acceso a ninguno de ellos. Por lo tanto, es una obligación de la sociedad darles una respuesta. Y con la mejor calidad. Esto, desde ya, requiere inversión y la inversión se logra con objetivos claros, saber qué se va a hacer y saber también que hacen falta equipos de trabajo calificados para darle la jerarquía que corresponde al sector salud. Fíjese que nosotros, en la provincia de Santa Fe, tenemos en marcha cinco hospitales de alta complejidad. Ya hay uno terminado en la ciudad de Rosario y que es de alto impacto por el valor que tiene en la ecuación del equilibrio social. También en Santa Fe hay producción de medicamentos que estamos vendiendo al programa Remediar a nivel nacional a través de las licitaciones que ha ganado la provincia de Santa Fe. Además, tenemos el índice de mortalidad más bajo del país. Lo mismo ocurre con el índice de mortalidad materna. Es una de las provincias que más oferta brindan en materia de donantes para el Incucai y una cirugía de alta complejidad en trasplantes de médula ósea y riñón. Son todos absolutamente gratuitos, lo cual también está hablando de una necesidad que es reconocida como un valor para la gente y que, al mismo tiempo, nos ha valido también el reconocimiento de organismos internacionales como la Organización Panamericana de la Salud que nos ha ubicado como un ejemplo a imitar en la tarea de atender a la salud pública. Y la Organización Mundial de la Salud ha reconocido a nuestras maternidades municipales como “Amigos de la Madre y el Niño”. Y éstos son hechos que demuestran que se puede satisfacer las demandas de la gente.
—Cuando escuchamos su exposición tan prolija y estimulante lamentamos nuevamente que el FAP parezca tener mucha renuencia a, por ejemplo, integrar un frente común con otros partidos políticos a los que podría aportar, justamente, esta experiencia.
—Yo creo que las cosas se van dando… Mire, nosotros estamos convencidos de que es un proceso de inclusión de sectores sociales y políticos que hay que continuar con entusiasmo, con esperanza, con interés. Hay que mejorar la Argentina. Hay que cambiar determinados parámetros de desarrollo que nos obligan al retraso. Nosotros estamos trabajando en este sentido. Es decir: construir una propuesta que emerja de gobiernos exitosos en nuestro país. Hay numerosos gobiernos municipales a los que prestamos atención porque aquí el problema no es ganar una elección, sino gobernar un país. Es una tarea dura, pero nos llena de entusiasmo y nosotros hemos logrado un plan estratégico para la Nación a partir de nuestra visita a todas las economías regionales y al diálogo con empresarios y trabajadores, que nos permite observar una gran potencialidad en la que vamos a avanzar.