ECONOMIA
crecio el endeudamiento

A un año del pago a buitres, hay más dólares que inversión

El fin del litigio en Nueva York abarató el crédito y sin cepo entran más capitales de corto plazo que desembolsos directos.

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El fin del litigio en Nueva York abarató el crédito y sin cepo entran más capitales de corto plazo que desembolsos directos. | S.U.

El próximo domingo se cumple un año del pago de US$ 9.300 millones a los fondos buitres que representó el fin del default de 2001.

Unos días antes, el 19 de abril, llegaba la primera emisión de deuda de Cambiemos: US$ 16.500 millones a una tasa del 7,2% para hacer frente al pago de lo negociado después de las sentencias del juez Thomas Griesa.

“#ChauDefault” festejaba en Twitter el entonces ministro de Hacienda Alfonso Prat-Gay. Desde entonces, el Estado nacional emitió unos US$ 50 mil millones y las provincias, casi US$ 10 mil millones. Para este año, la autorización alcanza a los US$ 20 mil millones. “Ahora empiezan a llegar las emisiones del sector privado”, aseguró el economista Fausto Spotorno, director del centro de estudios económicos de Orlando J. Ferreres. Su colega Agustín D’Attellis, director de E4D Economía Política, remarcó que con los privados, el total ya llega a US$ 80 mil millones.

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Con el debate sobre la sustentabilidad de la deuda instalado, los economistas señalan que a un año del pago a los buitres lo que despegó fue el negocio financiero, mientras que la economía real todavía no puso primera. “Se logró despegar el esquema monetario de las necesidades fiscales del Tesoro aunque todavía hay algo de financiamiento para el fisco”, destacó Spotorno como uno de los puntos a favor de la era posbuitre.

El fin del cepo y del default y la desregulación del sector dio hoy lugar a la llegada de capitales de corto plazo.

“Solucionaron la escasez de divisas pero se generó una gran entrada especulativa, una bicicleta financiera donde el escenario de tasas altas y dólar planchado es el paraíso. Es un modelo muy financiero y antiindustrial”, evaluó D’Attellis. “Aun con el récord de demanda de dólares para ahorro, turismo y la fuerte fuga de capitales, el dólar va para abajo”, agregó.


Inconsistencia. La recesión es el talón de Aquiles del plan del equipo de Finanzas. La inflación llevó al Banco Central a mantener una tasa de interés alta y agrava el déficit fiscal en cuanto a los recursos para financiarlo ya que caen los ingresos por actividad. En el mercado interno, en tanto, las tasas de interés de mantienen altas, con el foco en contener la inflación. “Pero la inflación está alta y en términos reales, es una tasa baja, un poco por arriba de la inflación porque si no, nadie ahorra”, remarcó Spotorno.  

Del otro lado, el costo de endeudarse en el exterior, volatilidad por la elección de Donald Trump en los Estados Unidos mediante, no llegó a los niveles esperados por el Gobierno, que buscaba acercarse a un 5%, el promedio regional. Según Ecolatina, el promedio de las emisiones nacionales fue del 6,8% mientras que las provincias salieron al 8,3%, contra el 10% del soberano en el gobierno anterior. “Fue la baja que se esperaba. Muchos creían que se iba a alinear con la región pero eso era difícil. El déficit fiscal del 6% es alto y el riesgo país duplica al de la región”, detalló Spotorno.


Boom de deuda. Casi el 80% de las emisiones provinciales vinieron de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, La Pampa y CABA, con montos que superaron en muchos casos los de las exportaciones, que les darían sustentabilidad a las emisiones. La provincia de Buenos Aires tomó deuda por US$ 4.500 millones desde el arranque de 2016, más del 45% del total emitido por las 24 jurisdicciones. Con siete salidas en un año, el promedio de tasa de interés se ubicó en 7,6%.

“El endeudamiento externo de las provincias funcionó como un paliativo transitorio para cubrir el bache fiscal. Sin embargo, el crédito externo no debería cubrir gastos corrientes sino apuntalar a los sectores transables para elevar la capacidad de repago de la deuda”, ponderaron en la consultora fundada por Roberto Lavagna.