ECONOMIA
semana de definiciones sobre financiamiento

Cristina busca los dólares made in China para sostener la actividad

De Vido viaja para preparar el terreno. Esperan confirmar los primeros desembolsos para las represas de Santa Cruz. Unos cien empresarios acompañarán a la Presidenta.

Unidos y organizados. Cristina llegará el 4 de febrero a Pekín para ratificar acuerdos con su par Xi Jinping. Los yuanes le darán aire para mantener la actividad y capear un año de elecciones con fuer
| Cedoc

Cuando a principios de febrero la presidenta Cristina Fernández desembarque en China, buscará anunciar los primeros desembolsos para las obras de infraestructura que le garantizarán ingreso de divisas y un aporte para sostener la actividad en el año electoral.
Además de refrendar los acuerdos que se firmaron a mitad del año pasado durante la visita del presidente chino Xi Jinping, “es posible que se agreguen otros”, aseguraron desde el Gobierno con hermetismo sobre lo que se analiza.

Después de recibir más de US$ 2.300 millones a través del swap firmado por China durante 2014, se espera el desembolso para la construcción de las represas hidroeléctricas Jorge Cepernic y Néstor Kirchner en Santa Cruz que asciende a US$ 4.700 millones en un plazo de cinco años. La primera parte representará unos US$ 500 millones según confirmó el Gobierno chino a través de su representante diplomático en Buenos Aires.
“Está todo en marcha, ya están trabajando acá y hay mucho entusiasmo por este acuerdo”, aseguró el titular de la Cámara de Comercio Argentino-China, Carlos Spadone.  La socia china de la obra que tiene como socio local a Electroingeniería es Gezhouba, empresa acusada de corrupción en Nepal por sobreprecios y demoras en la construcción de una represa.
Otro de los puntos que se busca asegurar es el financiamiento para la recuperación del Belgrano Cargas, que implica otros US$ 2.100 millones.
También hay otro grupo de proyectos menores que van camino a concretarse en la visita presidencial, entre los que se incluye la construcción de una represa para el riego en Entre Ríos con dos acueductos que costarán US$ 430 millones y que implicarán que la provincia tome financiamiento chino. “Hay buenas perspectivas para el acuerdo para riego, se está trabajando en ratificar esos acueductos”, señaló Spadone sobre las charlas de los últimos días y los planes del Gobierno para la visita a China.

En todos los casos, las obras vinculadas a la construcción pública permitirían paliar la caída de la actividad. El paquete chino, además, implica cierto alivio financiero en medio de vencimientos por US$ 12 mil millones este año y un resultado cada vez más magro de la balanza comercial.
Sin embargo, el posible impacto en las importaciones de los acuerdos con China preocupa a los industriales que esperan que no se termine dando vía libre a los productos chinos, por lo que reclaman que se den a conocer los pormenores de los contratos.
Según relataron fuentes del sector empresarial, el pedido de que empresas de primera línea acompañen a la mandataria dividió las aguas de la UIA entre los industriales que cuestionan los acuerdos con China por el desconocimiento de la letra chica y las empresas para las que el mercado chino representa el fuerte de las exportaciones, como en el caso de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal).
Pese a la resistencia de algunas empresas, y mientras otras optaron por asegurar la presencia de sus representantes en China, ya hay un centenar de empresarios confirmados para las rondas de negocios que tendrán lugar en el hotel Shangri-La de Pekín, donde la apertura estará a cargo de Cristina Fernández.

“Hay más de cuarenta afiliadas de la Cámara y las grandes van todas. En su mayoría ya tienen relaciones con China”, reconoció Spadone. Sin embargo, entre el 3 y el 4 de diciembre, Cancillería pautó un día y medio de encuentros entre los empresarios.
En la antesala de la visita a China, la Argentina cumplió con el envío de los cinco caballos (dos de polo, uno de la raza Silla y otro criollo) que partieron vía aérea hacia Pekín. Se trata de los caballos que le regaló a Xi Jinping durante su visita y que pasaron los últimos meses cumpliendo con la cuarentena para poder entrar al país. Lejos de viajar en la cabina como Lolita, la caniche de Cristina, los caballos harán escala en Alemania y Rusia y volverán a entrar en cuarentena en Pekín.