Tan sólo basta estar bancarizado y tener una tarjeta de crédito para que sea más barato el
financiamiento de un aire acondicionado o una computadora que la compra de herramientas para
trabajar. Hoy la política de los bancos está orientada a
captar nuevos clientes que con un ingreso pueda calificar para incorporarse al
mercado.
Traducido en números: entre enero y julio los créditos para el consumo representaron el 55%
del total otorgado frente al 17,7% de los comerciales, según la consultora Abeceb. En líneas
generales, en lo que va del año el stock de créditos para personas físicas aumentó
proporcionalmente el doble que los destinados a la producción.
Perfil.com averiguó en bancos públicos y privados cuánto le cuesta financiarse a
un argentino de clase media que trabaja en blanco, con un sueldo de $2.000 y accede a una tarjeta
de crédito ofrecida por un banco. La diferencia a pagar en el interés de financiamiento de la
compra de un electrodoméstico frente a herramientas de trabajo o para generar un emprendimiento
propio puede llegar a ser de hasta 10 veces.
En las cadenas de electrodomésticos nacionales, para adquirir un aire acondicionado split, un
lavarropas de 850 RPM o una notebook –todos estos- por valor aproximado de $2.000 sólo con
una tarjeta convencional se puede acceder a entre 6 a 12 cuotas con un Costo Financiero Total (CFT)
en torno al 5,2%. Sin embargo, algunos bancos ya están ofreciendo en algunas tiendas de
electrodomésticos y computación 10% de descuento y 12 a 24 cuotas con un CFT que puede llegar en
torno al 2,5 y 3%.
Ahora bien, si la misma persona quisiera adquirir una máquina de coser, un torno o una sierra
circular destinada a trabajo, o requiriera un capital para comenzar un micro-emprendimiento
productivo propio, el interés sería muy superior. Los bancos públicos que atienden en Capital y
Buenos Aires están otorgando créditos individuales con CFT de entre 29% a 39% anual por capitales
de $5.000 a devolver en plazos de entre 12 a 24 meses. No obstante, existen algunas excepciones
donde con niveles de ingresos más elevados se puede acceder a un CFT de poco más del 20% para
préstamos de hasta $15.000.
Para Gabriel Caamaño, economista jefe de Joaquín Ledesma & Asociados, “hoy tenemos
un panorama de incertidumbre financiera, una macro comprometida y una inflación muy alta que come
rápidamente el capital” y agrega que “para las pymes ya es difícil tener crédito
productivo, más aún para una persona común aunque esta vaya a comenzar con un
microemprendimiento”.
El actual contexto económico, con subas reales anuales de precios cercanos al 25% anual y una
economía en camino a desacelerarse, los créditos sin subsidio de tasa son caros para obtener
resguardo de la inflación y para que la cuota no supere el tope de un tercio del ingreso mensual
que se pueda acreditar.
Así el crédito para trabajo es más caro. Aunque existen proyectos oficiales, por las
condiciones de incertidumbre financiera e inflacionaria, a las entidades les es más rentable
estimular la compra de, por ejemplo, un televisor de plasma que prestar dinero para abrir un
comercio.
Por otra parte, las casas de electrodomésticos puede sostener intereses más bajos incluyendo
parte del interés en el precio de compra y asegurando los créditos que otorgan en fideicomisos. Los
bancos que ofertan tarjetas de crédito y débito para compras de artículos para el hogar encuentran
mayor resguardo en personas con cuentas donde todos los meses registran ingresos de un empleador.
(*) especial para
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