ECONOMIA
TGLT Y EL SHERATON

Fondos de inversión top desembarcan en el país con empresas en la mira

En el último año creció 100% el flujo de capitales financieros y grandes hedg-funds abren oficinas. Objetivos: posicionarse en sectores claves, apostar al real estate y esperar cambios en el sistema previsional.

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CASO TESTIGO. Lizzano, de PoinState Capital, con Macri. | cedoc

Las inversiones productivas esperan el segundo semestre pero las financieras están a la orden del día: los principales magnates están a punto de desembarcar, en la antesala de que la Argentina pueda ser declarada mercado emergente y a la espera de la capitalización privada de jubilaciones, donde además los fondos del blanqueo armaron una masa interesante que estas firmas buscan capitalizar.

El ingreso de estos fondos se duplicó el año pasado según datos de mercado. El paso de fronterizo a emergente puede hacer que suban otro 50%, en base a las experiencias de otros países al dar el salto.

Además de Blackrock, de Larry Fink, uno de los principales interlocutores del Gobierno, Julius Bär, el tercer banco privado más grande de Suiza, dio a conocer sus planes para llegar a Buenos Aires. George Soros, que vendió participación en YPF, planea volver de la mano de Emerging Variant, un fondo regional dirigido por su hijo Robert con oficinas en Nueva York, Buenos Aires y San Pablo. El año pasado, la CNV autorizó al brasileño BTG Pactual.

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Muchos de estos fondos están a la espera de un cambio en el sistema previsional”, señaló una fuente del mercado, donde se prevé que se abrirá el juego a sistemas de capitalización privada opcional, según anticiparon algunos funcionarios.

“La reforma impositiva da una exención para capitalización privada y eso se va a venir fuerte porque es algo que había desaparecido. Se paga por todo renta financiera salvo para los fondos de retiro”, explicó Alejandro Bianchi, gerente de Inversiones de Invertir Online.

Bernhard Hodler, CEO de Julius Bär, reconoció que analiza el desembarco en el país y estudia comprar operadores locales como forma de acelerar el proceso de habilitación.

“Los fondos ven que la dirección que está tomando la Argentina abre la posibilidad de que el país tenga una estructura para los inversores internacionales. Y eso es atractivo porque se dan rentabilidades que en el mundo son difíciles de lograr. El Merval creció 70% el año pasado. Ese flujo que está viniendo hace que el mercado esté entregando estas rentabilidades”, detalló Bianchi.

Las señales desde el fin de los encajes hasta comprar dólares sin límites y hasta en los kioscos son una señal para los inversores de que pueden irse tan rápido como vinieron.

A fin de septiembre, la CNV autorizó a las entidades de inversión a tomar fondos argentinos para apostar en activos externos, un punto que está en la ley de mercados de capitales pero sobre el que se avanzó unilateralmente como forma de darles una señal a los grandes fondos que están pensando en instalarse en el país.

Los cambios de normas también llevan a que los bancos tengan más incentivos a salir a prestar, lo que puede hacer que la inflación desacelere fuerte a partir de mediados de año. “Y ahí los fondos del exterior van a tener más incentivos para entrar. A los fondos les cuesta entender que exista una inflación del 20%. Pero para 2019 queda un terreno muy fuerte”, agregó Bianchi.

“Hace dos años que rinde como emergente. Pero hay fondos que tienen limitaciones para entrar. Otros pueden ir haciéndolo de forma anticipada”, remarcó el especialista. En la avanzada estuvieron, además de PointState (de Zach Schreiber y con Darío Lizzano como local), su socio en TGLT, Bienville Capital, de Cullen Thompson que antes de las elecciones de 2015 había reunido US$ 250 millones. A ellos se sumó Brevan Howard Capital Management, de Alan Howard.

‘Fly to quality’ inmobiliario

Los proyectos energéticos, de servicios públicos y la construcción son las estrellas de los movimientos de inversión. Después de la compra de TGLT, que compite ahora al nivel de Raghsa, Consultatio o IRSA, el mercado aspira a seguir desarrollando obras en terrenos que pone a disposición la Administración de Bienes del Estado (AABE).

“Hay un movimiento de relocalización de oficinas que hace que haya mayor demanda de edificios de alta categoría (A+)”, explicó Eduardo Di Buccio, mánager de la empresa de servicios de real estate CBRE.

Hay un fly to quality de las empresas que validan precios al alza”, agregó. Ese movimiento no se ve empujado por nuevas empresas en el mercado, sino un upgrade de las existentes. “El próximo paso debería er el mercado crediticio para los desarrolladores”, anticipó Di Buccio. Hoy estas firmas consiguen tasas que van del 5 al 8,5% para financiar sus proyectos.

Para este año se prevé que se incorporen 100 mil metros cuadrados al segmento corporativo, en línea con la demanda.