Luego de la charla interrumpida por la amenaza de bomba en Filosofía y Letras, Gustavo Grobocopatel habló en exclusiva con Perfil.com:
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-¿Cómo afecta la crisis financiera mundial en el sector agropecuario argentino?
-Hay que ver cómo termina la crisis, probablemente haya un menor crecimiento, ese menor crecimiento impacte en el consumo y el consumo impacte en una menor demanda en los granos. Y eso es lo que en este momento le puede importar a la Argentina. El otro punto es que hay menos capital dispuesto a invertir por el tema del riesgo, y eso también le importa a Argentina, porque necesita muchas inversiones.
-Finalizado el conflicto del Gobierno con el campo, ¿observa cambios de actitud hacia el sector?
-Hay intenciones, hay señales, pero me parece que hace falta que haya símbolos muy concretos de que hay espacio para el diálogo y hay construcción concreta de política activas, colectivas, concordadas sobre algunos temas urgentes que tienen que ver con la carne, la leche, el trigo y el maíz. Esas políticas activas no pueden ser políticas que partan de la base que haya que destruir a las soja para que lo otro exista, sino que hay que conservar a la soja para que la soja nos ayude a conservar el resto de las cosas.
-Teniendo en cuenta el nombre del panel de esta mañana (“Política agraria peronista, ayer y hoy”), ¿Cuáles son las diferencias de las políticas agropecuarias del peronismo?
-Me tocó vivir dos políticas: una es la (Carlos) Menem, otra es la de ahora (de Néstor y Cristina Kirchner) ; son dos políticas muy diferentes, más allá de los aciertos o errores que hayan tenido cada una, son bien diferentes.
-¿Podría nombrar alguna diferencia?
-La diferencia es que una economía abierta (o más abierta) como la de la década del noventa facilitó la incorporación de tecnología por el tipo de cambio, pero también es cierto que esa política le quitó rentabilidad al sector agropecuario y puso en condiciones mortales a una cantidad enorme de productores. Ahora, el principal problema es que no se sabe hacia dónde vamos (...) Hay una inestabilidad estructural mucho mayor, y eso hace que, a veces, a muchos productores les vaya mucho mejor ahora, pero estén más tristes: esa es la paradoja.
