ECONOMIA
EX PRESIDENTE DEL BANCO CENTRAL

Mario Blejer: "Hay que revisar eso de que la inflación sea solo monetaria"

El economista cordobés asegura que hace falta alguna medida para “anclar expectativas”. Su mirada sobre el FMI, donde trabajó.

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DE CONSULTA. Blejer recorre el mundo en foros con jefes de los principales bancos. | Cedoc

El economista cordobés Mario Blejer (70) tuvo de empleados en el Fondo Monetario Internacional a la mayor parte del staff que hoy monitorea a la Argentina, e ingresó al organismo junto a David Lipton, el vicepresidente y coautor de las bandas cambiarias que rigen hoy en el país. Además, claro, fue presidente del Banco Central tras la salida de la convertibilidad y hoy vive de gira en conferencias donde lo consultan desde el Banco de Israel hasta el Banco de Inglaterra, donde trabajó.

Con ese bagaje, deja dos afirmaciones que les pueden volar la cabeza a ortodoxos y monetaristas full time: una, que, llegada una corrida, el FMI avalará una mayor intervención; y la otra, que es hora de que la Argentina, como está pasando en el mundo, dice, asuma que con controlar solo la cantidad de dinero en la calle, la inflación no baja. Incluso puede subir.

—¿Usted es de los tranquilos que creen que sobran dólares o de los nerviosos por una corrida electoral?

—Las dos cosas son ciertas. La pregunta no es si los dólares están o si va a haber corrida. La pregunta es qué estabilidad va a haber. Por la cantidad de dólares no tendría que haber una corrida.

—¿Cómo juegan las encuestas de las elecciones?

—Las encuestas ya están en las expectativas. No le vas a cambiar el precio a la encuesta. Hoy tenés factores que te llevan a un equilibrio demasiado inestable. Eso puede cambiar también por razones externas. Un factor puede ser que Brasil no arranque como decían que iba a arrancar. Los datos de esta semana no fueron buenos en Brasil. Te afecta el equilibrio para una expectativa dada. En general, vos medís los resultados por las expectativas que tenías. Al principio de Macri tuviste una desilusión más importante que los resultados, ese fue el principal shock. Ahora el nivel de pesimismo ha subido muchísimo. Eso no es tan malo. Si la gente está bastante pesimista y hay un resultado malo, pero no tan malo, va a jugar a favor.

—El acuerdo con el FMI ¿ayuda porque aporta los dólares o complica porque impone restricciones para usarlos?

—Mientras más restricciones tenés, más problemática es la situación porque hay menos grados de libertad, pero si tiene sentido lo que te están proponiendo, te da más confianza de que lo que tenés y quizás sea bueno. Pero en un balance, te ponen condicionantes que no son demasiado restrictivas, es bastante lo que se puede intervenir. Creo que si hay un problema serio que ves que lo podés resolver más fuerte con US$ 200 millones y no con 60, el Fondo te va a dejar hacerlo.

—¿Cómo mira hoy la burocracia del FMI a la Argentina?

—Los conozco porque fueron empleados míos y mi impresión es que sobre la Argentina piensan: “Hay que tenerlos atados de manos y pies a estos tipos, pero dejarlos con el nudo a mano para que lo puedan desatar a tiempo”. David Lipton es más dogmático, pero no va a hacer nada que perjudique al programa porque se perjudica él. En el pasado el Fondo metió la pata de forma tremenda. Ahora está siendo socio, porque si a la Argentina le va mal, a todo el staff y a los directores políticos les va a ir mal. La Argentina hoy es el único cliente importante que tienen.

—¿El acuerdo vigente está dando resultados? No cede la inflación a pesar de la recesión.

—La idea del acuerdo fue estabilizar la economía y el tipo nominal de cambio. Hubo una disparada pero lo bajaron, no se fue a 60. Parecería ser que está funcionando en ese sentido. Desde los instrumentos, la Argentina está cumpliendo: bajar el déficit, subir la tasa para evitar desbordes. Por los resultados todavía hay que esperar un poco. No sé qué esperaban. La tasa volvió a subir, pero la inflación también.

—El Gobierno sube la tasa, emite cero y se acelera la inflación por las tarifas. ¿Sirve usar solo herramientas monetaristas?

—Si yo supiera la respuesta, me ganaría el Premio Nobel. Podría preguntar al revés: con la emisión tan fuerte y con pleno empleo, en EE.UU. no hay inflación, y tendría que haber una inflación tremenda. Es difícil ahora constatar la frase de Milton Friedman de que la inflación es siempre un fenómeno monetario. Hay que revisar eso. Parecería haber otros factores que la profesión no ha contestado bien.

—¿Cuáles son esos interrogantes?

—Esa teoría que nosotros estudiamos parecería que por los mercados financieros, por la globalización, por la robótica, por la inteligencia artificial que te permite sustituir mano de obra, no permite sostener que la inflación depende solo de la cantidad de dinero. Eso es lo que hay que estudiar.

—¿Al plan de la Argentina le falta algún eje de política de ingresos?

—Creo que le faltaría un nivel que lleve a bajar y unificar las expectativas, para que no estén desancladas. Hoy las expectativas están desancladas, porque se discute quién gana las elecciones.

—Cada vez que sube  bruscamente la tasa de interés, lo citan a usted y su frase de cuando buscó en 2002 que “la codicia le ganara al miedo”. ¿Cómo lo ve ahora?

—La voy a aclarar. Mucha gente dice “la codicia es la tasa de interés y el pánico es la devaluación”, pero la codicia tiene que ser una tasa de interés alta pero razonable. Si la subo a 500%, voy a alimentar el pánico. No toda tasa de interés alta le gana al pánico.