En la Asamblea del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, Kicillof aprovechó para reunirse con el titular del Banco Interamericano de Desarrollo, Luis Alberto Moreno, con quien negoció créditos por US$ 750 millones mientras que este año el organismo desembolsará US$ 1.200 millones. Estos dólares se suman a los casi US$ 700 cerrados el jueves con el Banco Mundial. “Son muy importantes porque nos ayudan a combatir la pobreza”, indicó Kicillof, en medio de una polémica sobre el tema ya que hace más de un año no se conoce a cuánto asciende el índice de pobreza e indigencia.
Desde los estudios de la CNN en Washington, desde donde eligió hablar “para que conozcan la verdad sobre la Argentina” sin la interferencia de los medios nacionales, reconoció que “no se han resuelto todos los obstáculos” pero destacó el crecimiento y la inclusión social. “Yo no soy candidato, pero los candidatos de nuestro proyecto lo que están proponiendo es seguir industrializando el país”, aseguró.
En el marco de la Cumbre del G-20, el funcionario reclamó que se tomen medidas para combatir la desigualdad de los ingresos y la distribución de la riqueza y advirtió además que existe un riesgo de que la crisis se traslade hacia los países emergentes por las mínimas señales de recuperación de los Estados Unidos. “La suba del dólar y la caída del petróleo y las commodities agrícolas generan una traslación de la crisis y hay un riesgo de salida en estampida de los capitales hacia los mercados más tradicionales”, dijo en relación al llamado fly-to-quality.
Kicillof también defendió el cambio de índice de precios y reconoció al FMI “como un experto en estadística” pero aclaró que el proceso de recomposición de las cifras del Indec “no está terminado y va a ser largo”. El FMI indicó que el análisis sobre la Argentina se hará en mayo.
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