ECONOMIA
UNA AYUDA INESPERADA

La caída de la cotización del petróleo compensaría el menor ingreso por soja

Con el barril a US$ 50 se ahorrarían US$ 3.000/5.000 millones por importaciones de energía, un número cercano a lo que se perdería en exportaciones del complejo oleaginoso.

DE CERCA. El ministro Kicillof y la secretaria de Energía, Matranga, hablan días atrás de la caída en el precio de las materias primas.
| PRENSA MINISTERIO DE ECONOMIA

De manera inesperada, el contexto internacional podría darle una buena noticia al Gobierno en el año de las elecciones. Si bien las exportaciones del complejo sojero caerían este año producto de la baja del precio de la soja, el derrumbe de la cotización del petróleo aliviaría el déficit energético.

Así surge de reportes privados solicitados por PERFIL. La Argentina importa aproximadamente 82 millones de barriles por año. El Estudio Bein proyecta dos escenarios lineales: si el petróleo se mantuviera en promedio este año a US$ 100 por barril, el déficit energético ascendería a US$ 8 mil millones; en cambio, si lo hiciera a US$ 50, como se acomodó en las últimas semanas, se reduciría a US$ 4.100 millones. Por cada dólar que cambia el precio, entonces, el déficit energético se mueve US$ 80 millones de dólares al año. Es decir, habría un ahorro de US$ 3.900 millones.

Al mismo tiempo, mientras que el año pasado ingresaron US$ 21 mil millones  por las exportaciones del complejo sojero, este año ingresarían US$ 17.700 millones (US$ 3.300 millones menos). A partir de la sostenida producción de Estados Unidos, la cotización bajó en el último año 11% en el mercado de Chicago. Por cada dólar –al alza o a la baja–, las exportaciones de la oleaginosa se mueven en US$ 40 millones al año. El complejo sojero representa el 25% de todo lo que el país ofrece al exterior.
Para la consultora Analytica, en tanto, la coyuntura de ambos commodities sería casi neutra. “Sin considerar variaciones en las cantidades comerciadas, este año se ahorrarían US$ 5.200 millones por la baja en el precio del crudo, pero, a su vez, ingresarían US$ 5.600 millones menos del complejo sojero”.

Ambas consultoras señalan que no se debe “sobreestimar” el ahorro energético, pues existen contratos a respetar, como la importación de gas
desde Bolivia.

Causas y efectos. ¿Cuánto tiempo puede durar esta situación excepcional? Para el ex director general de Metrogas, Roberto Brandt, se combinan efectos de “mercado” con decisiones “geopolíticas”. “La diferencia entre la mayor producción estadounidense y la menor importación china es de sólo 2%”. La caída en 49% del precio favorece a Estados Unidos y a Arabia Saudita –los mayores productores de crudo– y perjudica a sus rivales: Rusia, Irán, Venezuela y Estado Islámico. Por eso, para Brandt, la situación podría extenderse “un par de años”.

Mientras tanto, la situación en el campo siembra más dudas en la balanza comercial. Según el especialista Ricardo Baccarin, vicepresidente de la consultora Panagrícola, “la amenaza de una deflación global es bastante cierta”. La apreciación del dólar por parte de Estados Unidos genera comúnmente una baja en la cotización de los commodities. Sin embargo, los granos todavía no se resintieron. Es más: en lo que va de 2015, mientras el petróleo retrocedió el 10%, la soja, en cambio, se adelantó el 3%.

De todas formas, el especialista duda de que el mercado mundial pueda soportar un año y medio de casi tres cosechas récord. Entre marzo y abril próximo, en la Argentina y Brasil se espera cosechar 55 y 95 millones de toneladas de soja, respectivamente, mientras que entre octubre y noviembre, en Estados Unidos se estima alcanzar los 105 millones de toneladas. Por su parte, China, el principal comprador mundial, absorbería 74 millones de toneladas. En este contexto de abundante producción, la cotización de la soja debería caer.

Así las cosas, la baja del “yuyito” –como lo definió la presidenta Cristina Fernández– podría ser compensada por la profunda caída del “oro negro”. Con el conflicto con los fondos buitre sin resolver y Brasil en pleno ajuste fiscal, el viento de cola de la economía internacional se terminó. Pero la coyuntura de las materias primas podría ser una usina de buenas noticias, o al menos de alivio en un año en el que cada dólar cuenta: hay vencimientos de deuda por US$ 12 mil millones y reservas en el orden de los US$ 31 mil millones, con un uso a toda marcha de préstamos de China y Francia.