ECONOMIA
Economía en rojo

La década desperdiciada: por qué Argentina no crece desde 2011

Los diez años que van entre 2010 y 2020 arrojarán una caída en los principales indicadores económicos. Aquí, las principales causas y las inevitables consecuencias.

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Tanto el último gobierno de Cristina como el de Macri estuvieron atravesados por el estancamiento casi total de la economía. | Cedoc

Menor producto bruto por habitante, aumento de la pobreza, caída de las exportaciones y nula creación de empleo privado. Estas son algunos de los datos que permiten considerar que el decenio que va desde 2011 a 2020 será una nueva década perdida para la Argentina.

Muchos economistas sitúan el principio de la caída en el año 2011, dado que se trata del último en el cual hubo un crecimiento real de la actividad. En aquel, año la economía creció un 6,15%. A partir de allí, se inició un ciclo de caídas en los años pares y mejoras en los años impares (casualmente, es en estos en los cuales hay elecciones).

Al tomar en cuenta las proyecciones para este año y el próximo, “el PBI per cápita del período 2010-2020 habrá caído un 3,7%”, calcula el director de la consultora Ledesma, Gabriel Caamaño Gómez. Es decir, si al magro crecimiento de la actividad se le descuenta el aumento poblacional de estos años, la suma de bienes y servicios por habitante que produce el país habrá caído casi un 4%.

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Uno generalmente habla de décadas perdidas cuando el ingreso por habitante no crece o cae. En ese sentido, este período va a ser una década perdida, en la cual el ingreso por habitante va a haber caído”, lamenta el Director de Desarrollo Económico, Martín Rapetti.

Respecto de cuáles son las consecuencias directas más tristes de estos años en rojo, Rapetti responde: “Estas oscilaciones o crisis afectan a sectores más vulnerables y pueden dejar problemas perdurables en el tiempo. Por otra parte, lo que perdemos es tiempo. Son diez años en los que el ingreso se ha estancado y para muchos, se ha caído. Son diez años de nuestras vidas que hemos perdido y no hemos podido progresar”.

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Causas. Entre el 2003 y el 2007 la economía de nuestro país vivió un crecimiento de tasas chinas, siempre por encima del 6,5%. En 2008, debido a la crisis internacional, hubo un primer aviso y el producto bruto aumentó solo un 4,09%. Luego se desplomó 6 puntos en 2009 y volvió a crecer en 2010. Precisamente, ese fue el último año par en el que hubo crecimiento. Luego, lo dicho: en los años no electorales la economía caía y se recuperaba en los años en los que se votaba.

"El boom de los precios de las materias primas fue clave para que Argentina creciera durante esos años y hubo dos razones: por un lado, la entrada de China a los mercados internacionales, a demandar productos. La otra razón, la más importante, es que hubo una política norteamericana que incentivó baja tasa de interés y un dólar depreciado en el mundo", resume Ariel Coremberg, investigador del Conicet y director del Centro de Estudios de la Productividad de la Universidad de Buenos Aires.

Coremberg añade: "Eso nos ayudó y nos volvió más competitivos. Además de que Brasil creció y nos traccionó". Respecto de la posterior caída, el especialista explica: "El aumento del gasto público y el incentivo al consumo por sobre el ahorro que Argentina debería generar para amortiguar épocas de vacas flacas no se generó. Se agotaron los recursos y las reservas del Banco Central y las reservas energéticas para financiar el consumo".

Además, el especialista señala que durante estos años Argentina no creció en materia infraestructura. "Hay productores que cuando tienen que sacar la producción al puerto tienen que atravesar caminos rurales de tierra".

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La industria fue una de las principales damnificadas por el parate económico.

Luego de perder las elecciones de medio término en 2009 y en paralelo a la crisis internacional, el gobierno de Cristina Kirchner inició una política de expandir el gasto que, como señala Rapetti, estuvo cimentada en el atraso cambiario. "Entre 2010 y 2011 la inflación era de 25% y los salarios crecían al 30%, pero el tipo de cambio subía un 5%. Es decir, los salarios subieron un 25% en dólares. Eso le dio un fenomenal impulso a la economía, pero el país ingresó en un terreno de déficit público público y déficit de cuenta corriente, que se manifestó con claridad a fines de 2011 y por eso surgió el cepo", añadió. 

Por su parte, el economista becario de Conicet y profesor de UADE, Martín Trombetta, considera: "En 2011 el modelo económico empieza a mostrar problemas de sostenibilidad. Y a fines de ese año el Gobierno toma la que fue la peor y, para algunos, la única decisión posible: el cepo. A partir de que vos tomás una medida así, nadie va a volver a invertir en el país"

Respecto del declive, Trombetta agrega: "Hasta 2011 Argentina tenía algo de resto. El problema es que empezamos a consumir stocks: cuanto peso había en el Estado, llámese ANSES o como sea, iba a pagar gastos. Además, las reservas empezaron a caer en picada. Cristina entregó el Banco Central prácticamente sin reservas netas"

Luego de este combo explosivo, tanto el gobierno kirchnerista como el de Cambiemos ingresaron en ciclos que van desde la apreciación del tipo de cambio a la caída brusca. Al respecto, Rapetti explicó: "En 2012 no hubo una devaluación pero hubo cepo. En 2014 hubo devaluación. En 2016 se levantó el cepo y hubo corrección cambiaria. En 2017 hubo expansión al lograr atrasar el tipo de cambio financiados con entrada de capitales". El resto de la historia se completaría con la megadevaluación de 2018.

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Resultado. En materia laboral, el período 2011- 2020 será recordado como un ciclo de parate casi total. "Al final del día, lo que genera empleo es la inversión, no el gasto público. Por eso tenés prácticamente la misma cantidad de empleo registrado desde 2011 hasta la fecha", consignó Trombetta. Por otra parte, el economista y académico señaló: "Solo se creó empleo en el sector público, principalmente en el kirchnerismo, pero también con este gobierno. Durante el macrismo lo que creció es el boom del monotributo y el cuentapropismo, que suele ser empleo de menor calidad. Son trabajadores que no cuentan con los derechos laborales que deberían tener".

Más allá de lo laboral, uno de los resultados más palpables de este período es el aumento de la pobreza. Mientras que algunos países de la región como Bolivia, Chile, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Perú la achicaron de manera sostenida, Argentina, según la última medición de la Universidad Católica, tiene más cantidad de pobres que en 2010 (hoy el número alcanza el 33,6%). Además, las exportaciones nunca recuperaron los niveles de la década anterior. 

 

"Se estancó la industria y también los servicios basados en conocimiento. Solo podríamos señalar un crecimiento en la productividad del agro a partir de 2015", afirma Rapetti, a la hora de intentar encontrar algo positivo al decenio. Además, destacó que "se estimuló Vaca Muerta". Por su parte, Trombetta explica que, uno de los pocos datos a favor fue el aumento de la protección social para chicos y ancianos, que es la mayor de la región. Debido a esto último, el aumento de la indigencia no ha sido tan importante como el de la pobreza.