ECONOMIA
DIVISAS COMERCIALES

La estabilidad financiera, cada vez más atada a la cosecha de la soja

Pese a una mayor producción del complejo oleaginoso, las exportaciones no crecen porque se venden menos manufacturas.

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El ingreso de los dólares del comercio exterior es cada vez más verde, al punto que con una cosecha récord de soja (53 a 55 millones de toneladas) y con la oleaginosa en racha alcista, el balance comercial no muestra un salto festivo. Al contrario: delata el estancamiento en las ventas de manufacturas y un paso más en el camino de la “sojadependencia”.
Los buenos datos provenientes del mercado de Chicago marcaron ayer un valor de la tonelada de US$ 540, un 14% más alto que lo observado en el arranque del año y US$ 40 dólares por encima de lo registrado en la misma fecha de 2013.
Sin embargo, los números correspondientes al primer bimestre del año delimitan un terreno no tan favorable para las cuentas nacionales.
Tal como señala Economía y Regiones, en medio de la crisis cambiaria el superávit comercial “se torna cada vez más relevante como fuente genuina de dólares”. Durante los primeros dos meses del año, “el ingreso de divisas en general y las exportaciones en particular se han tornado cada vez más dependientes de la soja”, agrega la consultora.
Así, la cosecha se vuelve central en el funcionamiento de la macroeconomía local mientras el resto de los sectores exportadores “están perdiendo competitividad a partir del aumento de costos y de la presión tributaria, lo que impone restricciones a las importaciones, generando más cuellos de botella a la esfera productiva”.
En febrero, las exportaciones sumaron el tercer mes en baja (-6,1% interanual, US$ 5.400 millones) mientras que las importaciones (US$ 5.350 millones) revirtieron la caída previa creciendo al 2,4% interanual.
En términos absolutos la diferencia entre las compras y ventas volvió a ser mínima (US$ 44 millones), acumulando un saldo positivo de apenas US$ 80 millones en el primer bimestre de 2014, lo que implica una caída del 90% interanual, más allá de que la caída se explica también por el “dibujo” de los datos de ventas externas del Indec en 2013, tal como delató el contraste de esos números con el balance cambiario del Banco Central.
Desde la mirada de Milagros Gismondi, economista de Empiria, queda claro que existe una mayor dependencia del cultivo, que fue ganando participación sobre el total de exportaciones, de la misma manera que las condiciones actuales siguen fomentando que los productores se vuelquen a la soja. “Pese a los buenos precios que se observan en el mercado, con expectativas de devaluación de fondo, los productores posiblemente demoren la liquidación de la cosecha, dependiendo de las necesidades de efectivo”, situación que demora la agenda del Banco Central y pone presión sobre las reservas