ECONOMIA
Diego dávila, ex cervecería quilmes

La imputación por evasión al nuevo titular de la Aduana revive internas

Hay cruces por su designación, pero tiene “banca” de Jefatura de Gabinete. Es uno de los nombres que sonaron para reemplazar a Abad en la AFIP, que lo denunció y lo emplea.

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Canal rojo. Dávila (izq.), cercano a Mario Quintana, llegó a la Aduana para “agilizar el comercio”. | Cedoc Perfil

La llegada de Diego Dávila como director general –y ya no como adjunto– a la Aduana despertó susceptibilidades entre los operadores que no lo consideran un hombre “del sector”. El ex directivo de la cervecería Quilmes, sin embargo, “llegó con mucha banca de Jefatura de Gabinete”, como señalan colaboradores cercanos al ex titular Juan José Gómez Centurión, ahora con una silla del Banco Nación.

La noticia de la imputación de Dávila en un caso de evasión fiscal por parte de la cervecería cuando él todavía estaba en el sector privado reavivó los cruces en la Aduana y el Gobierno. Hoy el empleado de la AFIP está denunciado por el mismo organismo por evadir tributos junto con otros directivos de Quilmes.

La denuncia contra Dávila que dio a conocer esta semana el diario La Nación generó susceptibilidades en un sector herido. Dávila y la diputada electa por la Ciudad de Buenos Aires Elisa Carrió se reunieron, incluso, para evitar diferencias públicas. El 2 de noviembre salió el nombramiento oficial y tres días más tarde, se conoció la imputación.

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Fue la AFIP la que presentó la denuncia contra Quilmes en junio, cuando Dávila se unía a las filas del organismo, y apunta a la falta de pago de unos $ 155 millones. Según fuentes de la investigación, la cifra podría ser mayor. La causa está bajo secreto de sumario mientras se analiza la maniobra utilizada, que para los investigadores es “sofisticada” y, en apariencia, contó con un buen asesoramiento para eludir al fisco. La firma señaló que todo se hizo “de forma legal” y se trató de una “estrategia promocional”.

Dávila, de 57 años, llegó como segundo de Gómez Centurión y fue el director en los hechos durante su apartamiento de la Aduana. En Quilmes llegó a ser el vicepresidente de ventas y también titular de la embotelladora de aguas de Eco de los Andes.

La misión oficial que recibió fue la de agilizar el comercio. Así, estableció el objetivo de “disminuir del 45% al 15% la mercadería que se verifica en Aduana por el canal rojo” de control máximo aduanaero, lo que generó reclamos de los sectores sensibles al contrabando y la subfacturación. Algunos agentes del sector señalan que Dávila no es un experto en el área y que descansa en Felipe Viramonte Noguer, que estuvo junto a él como asesor de enlace interministerial en la Jefatura de Gabinete, ex asesor también del Ministerio de Producción en gestiones aduaneras.

El de Dávila también es uno de los nombres que, al menos antes de la imputación, sonaban para reemplazar a Alberto Abad al frente de la AFIP, que sin embargo tiene el visto bueno de Mauricio Macri para seguir en el cargo (si quiere hacerlo).