ECONOMIA
Crisis alimenticia global

La suba de precios de productos agrícolas obligará a reducir la ayuda a países pobres

Lo admitió la directora del programa de alimentos de la ONU. Reconoció que la entidad evalúa “achicar las raciones de comida o hasta reducir el número de personas que reciben ayuda”.

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La agencia de Naciones Unidas responsable de aliviar el hambre en el mundo, el Programa Mundial de Alimentos (WFP), admitió recientemente que el aumento exponencial del precio de los commodities agrícolas tendrá consecuencias devastadoras sobre la ayuda que envían a países afectados por la escasez de alimentos.

En diálogo con el diario Financial Times , la directora ejecutiva del WFP, Josette Sheeran, reconoció que la entidad evalúa “achicar las raciones de comida o hasta reducir el número de personas que reciben ayuda”.

“Nuestra habilidad para ayudar a la gente decrece a medida que las necesidades aumentan”, dijo.

Varias fuentes del WFP explicaron al Financial Times que los costos del organismo aumentan todas las semanas en varios millones de dólares y que para sostener el actual nivel de ayuda tendrían que aumentar sustancialmente las donaciones.

Mientras tanto, “una nueva zona de hambre” está surgiendo en países en desarrollo, adonde la población rural y hasta la clase media urbana comienzan a quedarse afuera del mercado por el creciente precio de los alimentos.

Según Sheeran, el aumento del precio de las commodities agrícolas –como el trigo, el maíz o la soja- está teniendo un impacto mayor al que se sospechaba. “Situaciones que antes no eran urgentes, ahora lo son”, dijo en la entrevista con el matutino londinense.

Hasta hace no mucho tiempo, el WFP intentaba hacer llegar alimentos a zonas adonde escaseaba, pero ahora el organismo debe lidiar con áreas adonde, a pesar de la disponibilidad de materia prima, los altos precios dejan afuera a parte de la sociedad.

Entre los factores que contribuyen al aumento de los precios de las commodities están la creciente demanda de países en desarrollo, el aumento de la población mundial, y el aumento de la cantidad de sequías e inundaciones como consecuencia del calentamiento global.

Para lidiar con el problema, los países importadores están bajando sus tarifas, mientras que los exportadores, entre ellos la Argentina, están imponiendo restricciones a la exportación.

China, el país más poblado del mundo, está imponiendo controles de precio, al tiempo que aumentó sustancialmente (casi al doble) la importación de varios productos agrícolas, entre ellos la soja.

En el último mes, han habido varios casos de grandes subas en precios de alimentos básicos en países muy poblados y los intentos de gobiernos en todo el mundo por controlar la escalda.

Según informó hace pocos días la agencia Bloomberg , Indonesia (el cuarto país más poblado del mundo) aumentó drásticamente los impuestos sobre la exportación de aceite de oliva, justo cuando India (segundo en población a nivel mundial) reducía las tarifas a la importación. Las iniciativas de ambos gobiernos evidencian los intentos de uno y otro por frenar los aumentos en el costo de vida de sus poblaciones.