ECONOMIA
ALEMANIA Y JAPON

Los países más duros, con cautela y expectativa

Los embajadores en la Argentina de los mayores acreedores del Club de París celebraron el acuerdo y aseguran que se facilitarán proyectos de inversión, pero advierten que hay otros problemas. Qué sigue después de la negociación.

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Bernhard Graf von Waldersee
“Nuevos inversores tomarán estas consideraciones en cuenta”
Si el fútbol es un deporte de once contra once donde siempre gana Alemania, la negociación de una deuda puede parecerse bastante a eso. Con el 30% de la deuda del Club de París, este país fue el hueso más duro de roer para la delegación argentina. El embajador alemán en Buenos Aires, Bernhard Graf von Waldersee, brindó por correo electrónico a PERFIL su impresión sobre el acuerdo.
—¿Es posible que destrabe créditos e inversiones de Alemania hacia la Argentina?
—El ministro federal de Economía de Alemania ha manifestado al respecto: “El final exitoso de la negociación es un paso importante para apoyar a la Argentina en la estabilización económica. Ahora lo que cuenta es que la Argentina lleve consecuentemente a la práctica el acuerdo a fin de sentar las bases para condiciones financieras viables y nuevas inversiones extranjeras para el país”.
—¿Cuál es el aprendizaje para la relación bilateral?
—El acuerdo alcanzado en París demuestra que es posible y que vale la pena reunirse con buena voluntad y destrabar situaciones que obstaculizan la mayor profundización de nuestras buenas relaciones.
—¿Qué otras preocupaciones tienen las empresas de su país en el país para hacer negocios?
—En primer lugar, hay que destacar la fuerte presencia empresarial de Alemania en la Argentina: son más de 200 empresas de origen alemán con 20 mil puestos de trabajo para argentinos. Son grandes empresas que vinieron acá hace décadas y son pymes, muchas trayendo tecnologías de última generación al país. Cada empresario elige un país, en el cual las perspectivas económicas son ventajosas y las condiciones y las regulaciones son previsibles. Así vinieron aquellos que ya están, y nuevos inversores tomarán estas consideraciones en cuenta. Concretamente, en el último tiempo en la Argentina se ha hablado mucho con respecto a restricciones a la importación y a la transferencia de divisas. Finalmente cada empresario espera un retorno razonable de su inversión.
—¿Cómo sigue el vínculo de la Argentina y Alemania?
—Las relaciones bilaterales entre Alemania y Argentina son extraordinariamente diversas y profundas, tanto en la cooperación política, económica, cultural como científica. Lo destacable es que en todos estos ámbitos ambas partes están sumamente interesadas en estrechar cada vez más la cooperación en beneficio mutuo. Lo más importante es, ante todo, eliminar todos los obstáculos y juntos hemos avanzado ahora positivamente. El 29 de mayo ha sido un buen día para la Argentina y para los países que, como Alemania, son amigos de la Argentina.
—¿En qué sectores ve posible el crecimiento de inversiones alemanas en la Argentina?
—Es el empresario el que decide si un país le ofrece las condiciones para invertir y si existe una perspectiva de ganancia que justifique su inversión. El medio ambiente, la energía y la infraestructura son áreas particularmente importantes en la Argentina. Tampoco debemos olvidar que las empresas alemanas en la Argentina se enorgullecen por su tradición inversora en la industria, es decir, inversiones productivas con un alto número de puestos de trabajo.

Masashi Mizukami
“Kicillof es listo, muy lógico y habla de corazón”
“Antes, estaba muy nublado, y ahora está saliendo el sol. No digo que esté todo, pero que no haya nubes hace que de París hayamos recibido un pronóstico de que mañana ya no llueve, y eso es muy importante para nosotros.” Con parsimonia oriental, el embajador de Japón en Buenos Aires recibió a PERFIL y celebró el acuerdo del país con el Club de París, donde la isla nipona tenía el 25% de los US$ 9.700 millones de deuda impaga.
—¿Cuál es su balance tras la discusión?
—Pensamos que Japón ha mostrado tanta flexibilidad como pudimos, y estamos contentos del comportamiento de este año del gobierno de la Argentina, dirigida por el ministro de Economía, Axel Kicillof, y con el liderazgo de Cristina. Con estos pilares, espero que comience otra etapa de la relación bilateral.
—¿Será refrendado por su país?
—El gobierno de Japón quería avanzar en nuestra relación con la Argentina, el Mercosur y Latinoamérica. Era muy importante. Para nosotros, hay ciertos puntos importantes. Por ejemplo, la deuda hay que devolverla. Según regla internacional, no tenemos que afectar a otros en sus negocios.
—¿Llegarán inversiones japonesas tras el arreglo?
—Yo lo espero, pero el Club de París no es el único problema en el acceso al mercado argentino. Cada empresa tiene sus problemas. Siempre necesitamos conversaciones y tenemos que explicar qué queremos y podemos hacer. Este es un buen momento para nosotros. Porque en diciembre, después de cinco años haremos un comité mixto Argentina-Japón. Sin solucionar el Club de París, era muy difícil acercar a las empresas a seguros financieros públicos. Había límites. Ahora ese problema principalmente ya ha terminado, entonces ya empresas privadas pueden pensar su actividad a futuro en la Argentina.
—¿Hay quejas de las compañías por no girar utilidades o el freno a importaciones?
—El Gobierno toma medidas como restringir importaciones. Pero la economía argentina va a cambiar, y espero que la Argentina misma tenga menos necesidad de protección de importaciones. Ese problema automáticamente va a desaparecer. El gobierno de Japón y las empresas privadas japonesas tienen que pensar de otra manera a raíz del acuerdo con el Club de París.
—¿Qué aprendizaje hay para el país de esta negociación?
—Espero que la Argentina haya entendido que la cooperación con comunidad internacional es muy importante. Si este tipo de acuerdo ayuda a la sociedad argentina, en negociaciones futuras, la Argentina será más flexible. Esa flexibilidad es una win-win situation.
—¿Qué le pareció Kicillof?
—He tenido oportunidad de hablar con él en algún momento. Es un hombre muy listo y muy lógico. Tal vez habla demasiado para un extranjero (risas), pero siempre tiene algo que decir y explicar a nosotros, y creo que de la misma manera explicó en Club de París a la gente, que estuvo de acuerdo. Seguro que la gente, incluida la delegación japonesa, le tendría confianza para creer en él y llegó a buen resultado. En ese sentido, su visita a Francia fue muy útil y puede regresar con flores y laureles. Pero no es un éxito. Es una entrada para
nosotros.