Hasta hace algunos años, Marcos Galperin, fundador de Mercado Libre, hoy la empresa más valiosa del país por capitalización bursátil en EE.UU. (vale US$ 15 mil millones), solo se mostraba en reuniones de entrepreneurs y daba consejos sobre cómo armar un negocio. Pero desde que Mauricio Macri llegó al poder en 2015, paulatinamente se convirtió en el empresario más incondicional del Presidente, con quien no solo comparte la visión de una agenda de reformas sino a quien respalda en los momentos más delicados a través de su participación en redes sociales. Es como si, con 46 años y 19 al frente de su empresa, ahora estuviéramos asistiendo a la transformación del emprendedor tech en un hombre involucrado en la política.
Siempre tuvo una relación amistosa con Macri, desde que éste era jefe de Gobierno porteño y lo visitaba en cada aniversario de su compañía. El hoy Presidente, en tanto, siempre lo consideró como el modelo de empresario ideal en la Argentina: el que tiene una idea, arma un negocio y sin protección del Estado, en principio, se lanza a competir en el mundo. Algo así como el antónimo de un hombre que hace negocios cautivos con el sector público, como pudo ser su padre, Franco.
Desde que llegó a la Casa Rosada esa simbiosis se potenció. En cuanto foro inversor armó Cambiemos, ahí estuvo Galperin, como en aquella jornada del cierre del llamado Mini Davos en 2016, cuando los dos bromearon en el panel de los “unicornios” argentinos, las compañías tech argentinas que valen más de US$ 1.000 millones. Desde entonces, en forma paulatina, Galperin empezó a exteriorizar su respaldo cada vez más completo a la nueva administración. Se afilió a la Asociación Empresaria Argentina (AEA), un espacio de lobby de grandes dueños de empresas de la talla de Luis Pagani, de Arcor o Héctor Magnetto, de Clarín. Y empezó a poner su nombre y su cuerpo en eventos del mundo de los negocios más tradicional, de la histórica rosca argentina que poco tienen que ver con las charlas y presentaciones a lo Endeavor. Así, el año pasado compartió estrado con Paolo Rocca (Techint) en el Coloquio de IDEA, nada menos que para defender cambios en la regulación laboral. “Si queremos salir del 30% de pobreza es imposible hacerlo con el marco laboral que tenemos”, dijo.
140. Es Twitter, especialmente, la vía por la que en este tiempo Galperin fue exponiendo su cada vez más explícito respaldo al Gobierno, incluso con términos bien del debate político. “Por primera vez en mi vida democrática, el peronismo se encuentra con igual vocación de poder que ellos”, escribió el día que se votaba la reforma previsional en el Congreso en diciembre.
Recientemente, en uno de los peores momentos de la corrida cambiaria también mostró desde esa red social que entró al círculo rojo para ser incondicional del Presidente, que lo siente así. “Cambiar la Argentina va a tomar 20 años si mantenemos el rumbo; en el medio habrá turbulencias locales, regionales e internacionales; venimos de muy abajo; recordar que no somos Venezuela ¡por poco!”, escribió.
Apoyo. La Argentina ha estado siempre llena de empresarios que han alabado el poder de turno, a cambio de beneficios económicos. Más allá de la polémica por la inclusión de Mercado Libre en la ley del software, que la AFIP cuestionó y el Poder Ejecutivo saldó a favor del empresario, no pareciera responder a esos motivos el respaldo total de Galperin a Macri.
¿Qué lo entusiasma a Galperin? PERFIL quiso consultarlo durante mucho tiempo, pero no estuvo disponible. Fenómeno editorial, en menos de un año aparecieron varios libros que le dedican capítulos al aliado M en círculo rojo (ver aparte). “Galperín comulga con las ideas políticas y económicas de Macri, por eso lo ‘banca’. Lo ve como un par. Creo que antes no hablaba por el contexto político”, dice Sebastián Catalano, autor de Los nuevos reyes argentinos. “Hay afinidad ideológica por el emprendedurismo y el abaratamiento del costo laboral, pero también necesita congraciarse por el desembarco inminente de Amazon”, opina Hernán Vanoli, coautor con Alejandro Galliano de Los dueños del futuro.
Garage y finanzas
La historia de Marcos Galperin y Mercado Libre llena todos los casilleros del sueño emprendedor. Criado en una familia acaudalada, dueños de la curtiembre Sadesa, de chico memorizaba jugadas del ajedrecista Bobby Fischer y empezó a programar a los 9. Estudió en el Colegio San Andrés, jugó al rugby y se fue a la mejor escuela de finanzas del mundo en la Universidad de Pensylvannia. Volvió, trabajó en YPF, y se volvió a ir a Stanford. Y ahí empezó el camino que lo transformó en “el Jeff Bezos argentino”, según otro libro que le dedica un tramo: Argentina Innovadora, de Silvia Naishtat y María Eugenia Estenssoro. Ahora, la plataforma de comercio electrónico es la mayor de América Latina y el foco del negocio empieza a virar hacia las finanzas.
Mercado Pago y Mercado Crédito son las nuevas estrellas del grupo, con las que sale a competirle a los bancos. “Está en guerra con los bancos: cree que son obsoletos y atrasan”, dice Sebastián Catalano, autor de Los nuevos reyes argentinos.
