A pesar de la crisis energética, el colapso del sistema de transporte y la crítica situación que viven algunas regiones por la falta de agua potable y de cloacas, la obra pública dejó de ser una prioridad para el Gobierno.
Según un estudio de la consultora Aceceb.com, presentado por el diario La Nación en su edición de hoy, durante el año pasado se destinó más dinero en subsidiar a distintos sectores que a invertir en infraestructura. En total, 17.110 millones de pesos fueron destinados a tales fines, mientras que 16.039 fueron invertidos en forma directa.
Durante 2007, entonces, la ayuda del Estado a distintos sectores sufrió un aumento del 83 por ciento con respecto al año anterior.
Dentro del régimen de subsidios, los destinados a planes sociales cobraron –en un año electoral- una gran importancia: el Plan Familias desembolsó unos 1080 millones mientras que los llamados planes de empleo –entre los que se incluye el Plan Jefes y Jefas de Hogar- fueron beneficiados con 2300 millones.
Una de las dependencias del Estado que se vio beneficiada con un mayor presupuesto fue la secretaría de Comercio Interior, dirigida por el cuestionado Guillermo Moren o.
Según informa La Nación , el Gobierno dotó de fondos a la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario para que subsidie a los tamberos, a los aceiteros, a los criadores de porcinos y aves y a los dueños de molinos harineros con la intención de que los precios del mercado doméstico no se trasladen a las cotizaciones de algunas commoditties.