ECONOMIA
SIGUEN LAS INTERRUPCIONES DEL SERVICIO

Megausinas móviles, el plan urgente anti cortes de luz

El Gobierno financió la distribución de más de 150 generadores. En un año se buscó suplir las inversiones de una década.

MASTODONTES. Una usina móvil marca Secco en Belgrano y 9 de Julio se deja oír todo el día. Otras dos, de Aggreko, están en la misma cuadra de Corrientes y Florida.
| Pablo Cuarterolo

En lo que va de enero, según fuentes públicas y privadas, hubo 50 mil afectados por cortes de luz. Un número significativo, pero inferior a los más de 800 mil que, en muchos casos, en el verano de 2013-14 salieron a las calles a protestar por la falta de servicio eléctrico. En un punto, Jorge Capitanich tenía razón: aunque al límite, el servicio eléctrico mejoró “sustancialmente” de un año a otro.

Sin embargo, lo que no explica el gobierno nacional es cómo logró en sólo un año semejante transformación, con empresas distribuidoras de electricidad en la zona metropolitana con balances en rojo por años de tarifas congeladas y costos en alza. La estrategia salta a la vista cuando se ve el mapa de la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires tapizado de megageneradores eléctricos para intentar que el último verano con Cristina Kirchner en la Casa Rosada suceda con la menor cantidad de cortes –y también el menor malestar– posible.

Sólo Edesur ha debido movilizar más de 120 “unidades de generación móvil de energía eléctrica” por toda su zona de concesión, en la zona sur de la Capital Federal y el Conurbano. En el mercado aseguran que “este verano se hizo más que en los últimos diez años”, cuando el consumo se exacerbó pero la oferta no creció en igual medida.

Por eso, tras la crisis de hace un año, el Gobierno salió a cubrirse. A través del Fondo para Obras de Consolidación y Expansión de Distribución Eléctrica (Focede), el Ministerio de Planificación Federal obligó el año pasado a las dos concesionarias porteñas a invertir 3.950 millones de pesos.

De esta manera, al menos logró aumentar 21% la potencia “instalada”. Desde Edenor, en cambio, aclararon que sólo movilizaron tres grupos electrógenos para cubrir las obras en el barrio de Colegiales y en el parque industrial de Pilar. Y criticaron: “Nosotros no hacemos como otros. No dejamos los grupos electrógenos en la puerta del vecino durante todo el año”. Desde Edesur explicaron que lo hacen para acelerar los operativos de emergencia denominados “plan de verano”.

Otro paisaje. PERFIL relevó el área del centro porteño. Sólo entre las avenidas 9 de Julio, Santa Fe, Paseo Colón y San Juan se observaron al menos 17 grupos electrógenos, de las empresas Aggreko y Secco. Y, como reconoció Edesur, hay 120 equipos en toda su zona concesionada. También le alquilaron a Elektrogen, Energyst, Energroup, Turbodiesel y Soenergy. La mayoría funciona entre 10 y 17 horas por día, aunque algunos otros lo hacen casi todo el día.

En algunos barrios, los vecinos se han turnado para “vigilar” los grupos electrógenos, e incluso, según reportó la propia empresa, sus empleados sufrieron “amenazas con armas de fuego” para que no se llevaran “los containers blancos”.

El gobierno nacional ha defendido en general su política energética, y en particular la “mejora sustancial” del servicio eléctrico. Sin embargo, hace un mes debió gastar divisas para importar de urgencia tres subestaciones eléctricas para Edesur. Una subestación eléctrica es una de las terminales que las distribuidoras tienen en predios en distintos puntos de la Ciudad. Tarda un año y medio en construirse. Edesur tiene 54, pero debió traer tres más en el último diciembre, con más de $ 143 millones financiados por el Gobierno. Pese a que se cuida cada dólar, no hubo reparos en pagar la importación de Portugal de esos monstruos metálicos traídos en vuelos del avión más grande del mundo, el Antonov, que no se mueve por menos de 1,2 millones de dólares cada vez.

Polémica. Pero, de fondo, se mantienen los mismos problemas de los últimos años. El director de la Fundación para el Desarrollo Eléctrico (Fundelec), Oscar Dores, explicó que los grupos electrógenos fueron instalados para mejorar la distribución mientras se avanza con las obras planificadas. Según datos de Fundelec, en un día normal se pueden consumir 18 mil megavatios, pero en los “picos” de calor del año pasado se necesitaron 24 mil megavatios, y este año, 23 mil. Actualmente, la Argentina tiene capacidad para generar 26 mil megavatios.

De todas maneras, para el director de la fundación es necesario realizar una campaña sobre el uso racional de la energía: “En los últimos años se instalaron 10 millones de aires acondicionados. Cada uno consume como 15 ventiladores. Y en total, 6 mil megavatios. La oferta corre detrás de la demanda”. Sólo en algunos hogares la tarifa eléctrica vale más que una grande de muzzarella. El Gobierno aún estudia reestructurar subsidios a las clases acomodadas.

Más allá de los grupos electrógenos, para Dores, la mejora “sustancial” se debió a la reacción de la cartera que conduce Julio De Vido. En cambio, para el ex titular de Transener, Francisco Mezzadri, “se perdieron las últimas dos décadas –2000 a 2020–”. Recordó que el congelamiento de las tarifas impidió a las empresas invertir lo necesario y, por eso, el Estado debió hacerse cargo de las obras. Reconoció la importancia de la represa Yacyretá, pero criticó el atraso de los proyectos Kirchner, Cepernic, Garabí y Panambí.