El cuestionado
Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) anunció hoy que la
pobreza bajó al 23,4 por ciento en el último año, aunque
sigue afectando a más de 8 millones de personas, y otras 2.8 millones se encuentran
sumidas en la indigencia. Horas antes el presidente Néstor Kirchner había anticipado esos
datos en un acto en Merlo, donde recordó que la pobreza orillaba el 60 por ciento al comienzo de su
gestión
. Lo que el mandatario omitió señalar es que
las cifras de aquel momento eran creíbles, y en la actualidad,
todo tema manejado por el INDEC deja margen para cuestionamientos. Las sospechas
se pueden verificar escuchando a los trabajadores del INDEC o sólo ir al supermercado o salir de
compras, por más que el secretario de Comercio
Guillermo Moreno se empeñe en demostrar lo contrario.
Lo cierto es que si se le pudiera creer al INDEC, el menor porcentaje de pobreza se dio en
junio pasado, con el 18,6 por ciento.
De total de la población considerada pobre,
un 8,2 por ciento se ubica en la categoría de indigentes. Eso representa una caída
de 3 puntos porcentual respecto al 11,2 por ciento de igual período del año pasado, pero sigue
siendo una cifra
espantosa, ya que representa
a 2,8 millones de argentinos.
Los porcentajes presentados para el Total de 31 Aglomerados urbanos (Cuadro 1) indican que, durante el primer semestre de 2007, se encuentran por debajo de la línea de pobreza 1.192.500 hogares, los que incluyen 5.595.000 personas, aunque ese número proyectado al total de la población daría 8,1 millones. En ese conjunto, 417.000 hogares se encuentran, a su vez, bajo la línea de indigencia, lo que supone 1.969.000 personas indigentes ( más de 2,8 millones).
Pero el número actual de la pobreza (23,4%) queda bajo un manto de sospecha porque para llegar a ese guarismo hay que hablar de inflación y de índices de precios, y allí es dondea parece la mano de Moreno. Mientras para el gobierno la inflación en lo que va del año llega al 5 por ciento, la mayoría de los analistas la situúa cuando menos en el doble. Pero no es sutil la diferencia que marca el gobierno, porque con la inflación en ese nivel, y un índice de precios al consumidor (IPC) deprimido, se llega a una Canasta Básica Alimentaria subvaluada y eso magicamente eleva por sobre la línea de pobreza a una enorme cantidad de hogares.
Economistas y dirigentes de la oposición denuncian que el cálculo la pobreza y la indigencia toma sólo los datos de la inflación del área metropolitana (Capital y Gran Buenos Aires), donde la intervención de Moreno puede hacerse sentir con mayor crudeza.
El
Índice de Precios al Consumidor (IPC) metropolitano sirve para elaborar el costo
de la Canasta Básica Total, que mide la pobreza, y la Canasta Básica Alimentaria, que mide el nivel
de indigencia. Junto con la información que surge de la cuestionada
Encuesta Permanente de Hogares, que determina los ingresos, se elaboran los dos
índices.
Según los
datos oficiales
, una familia necesitó reunir
429,52 pesos en junio para no caer en la indigencia. En tanto, para superar la
pobreza un grupo compuesto por un matrimonio y dos hijos tuvo que recolectar ingresos por
923,47 pesos durante ese mes.
Si también se tiene en cuenta que la inflación oficial en los primero seis meses del año fue
de 3,9 por ciento el resultado final llega al 23,4 por ciento de los habitantes que, según el INDEC
(y según Moreno) vive en la pobreza. Dudas es lo que sobran.
"Me vuelve a la memoria el 60 por ciento de pobreza que teníamos (al asumir) y en algunas
horas se va a anunciar que llegamos al 23 por ciento; es decir, 37 puntos menos", anticipó
Kirchner al participar de un acto en la localidad bonerense de Merlo junto al presidente de
Ecuador, Rafael Correa.