ECONOMIA
polemica por LoS numeros sociales

“Si se trabajó seriamente, hacer un empalme es una regla de tres”

Juan Carlos Abril, del Instituto Interamericano de Estadística, refuta las excusas del Gobierno para no difundir datos de pobreza.

Foco. Edwin, Itzcovich y Costa, al frente del manchado Indec. Abril es tucumano, con treinta años de investigador.
| Cedoc / Juan Obregón

En medio de la polémica por la suspensión por parte del Indec de la publicación de los datos de la pobreza, que debieron anunciarse el pasado miércoles, PERFIL entrevistó a uno de los especialistas más reconocidos en estadísticas en la región. Juan Carlos Abril es tucumano, investigador de Conicet desde hace treinta años, se doctoró en Estadísticas en Londres y dirigió la Sociedad Argentina de Estadísticas (SAE) hasta diciembre. En febrero asumió como presidente del Instituto Interamericano de Estadísticas (IASI, según su sigla en inglés), que intercambia información con la Organización de Estados Americanos.

—Según el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, se postergó la difusión de los datos por “problemas de empalme”. ¿Podría explicar qué significa?
—Lo primero que se enseña en Estadística es a hacer empalmes de metodología, que no es algo complejo. Se trata de una sencilla regla de tres simple si se trabajó seriamente en la medición anterior y en la actual. Las diferencias suelen ser mínimas, de 1% por encima o debajo de la cifra anterior. Esto es algo muy básico, que se enseña en el primer año de la facultad.

—En la práctica, ¿en qué plazo podría completarse el empalme mencionado?
—A partir de que se anunció, en febrero, el nuevo Indice de Precios al Consumidor (IPCNu), con el dato de enero, no se puede tardar más de un mes en hacer esa tarea. Es decir que el Indec ya se excedió de lo que podría considerarse un lapso lógico de tiempo.

—¿Por qué se habla de poblemas metodológicos?
—La metodología no es lo complejo, el problema es a partir de qué datos se aplica dicha metolodología. La pobreza se mide en base al nivel de ingreso, donde primero se toman en cuenta las necesidades calóricas de una persona y luego, la cantidad mínima correspondiente a una alimentación variada con los precios de carne, lechuga, etc. Después se multiplica por la cantidad de personas que integran una “familia tipo” (cuatro).  Después se debe adicionar los gastos en servicios como educación y vestimenta, y de la relación entre los gastos en alimentos y el resto de ellos surge el parámetro para distinguir la pobreza de la indigencia.

—¿Cómo impacta Precios Cuidados?
—Es necesario que se consideren los precios que realmente pagan las familias por su consumo, los que encuentran en la góndola, porque si se tienen en cuenta sólo los Precios Cuidados, que no están en todos los puntos de venta del país, indudablemente habrá distorsiones en la medición, y eso ya no es un problema de la metodología. Hay que partir de un relevamiento del gasto real.

—¿Qué efecto tiene la ausencia de estos datos estadísticos en la economía real?
—La falta de estadísticas tiene una consecuencia clara en la sociedad. Al no conocerse la situación real de las familias, los recursos del Estado son mal asignados.