En el área metropolitana de Buenos Aires –Ciudad y conurbano bonaerense–, sólo el 8% de las mujeres que van a trabajar lo hace en auto particular. Y eso no quiere decir que lo maneje: puede ser la acompañante. En territorio porteño, también son el 53% de quienes viajan en colectivo, o el 55% de quienes van a trabajar a pie.
Las mujeres realizan viajes más cortos, muchas veces porque son las encargadas del cuidado de los hijos: llevarlos a la escuela, al hospital, al club. Para esas actividades, “se suele buscar los lugares más cercanos”, explica el especialista en economía del transporte Rafael Skiadaressis. Allí, el aumento de la tarifa plena del transporte anunciado por el ministro Guillermo Dietrich a partir de febrero (de $ 6,50 a $ 8,50 el colectivo y de $ 4 a $ 5,5 el tren Mitre, por ejemplo) impactará de lleno.
El Gobierno presentó el plan de transporte multimodal, que permite bajar el costo del boleto en el segundo y tercer medio utilizados, que alcanza al 30% de los usuarios del AMBA, que son los que hacen trasbordos, según Transporte. “Los descuentos van a tener más impacto en los viajes de la provincia de Buenos Aires a la Ciudad”, explicó Skiadaressis.
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El 45% de quienes prestan servicio doméstico realiza combinaciones, mientras sólo el 33% de las beneficiarias por la asignación universal por hijo o el plan progresar usa dos o más medios de transporte. Estos sectores cuentan con tarifa social, como los jubilados, dónde sólo el 31% combina.
“A favor, aumentaron el límite de viajes con tarifa social de 120 a 200 para estos casos”, señaló Skiadaressis, que recomienda que el niño tenga boleto estudiantil, que sólo sirve en el horario de ir al colegio.
Empleo. Un trabajo del Banco Mundial encabezado por Tatiana Peralta Quirós (“Género, transporte y acceso al empleo: evidencia desde Buenos Aires”) marca que sobre las mujeres recae una “parte desproporcionada de la carga de transporte del hogar” a la vez que tienen “opciones más limitadas de movilidad”.
“Si la velocidad del transporte para la mujer aumentase al nivel de los hombres, esto mejoraría las oportunidades laborales”, sostiene el análisis. Esa mejora puede ir del 20% al 80%. La base son los datos de la Encuesta de Movilidad Domiciliaria, que data de 2009 pero que es la más completa para el AMBA, según explicó Skiadaressis, que señala que trabajos posteriores dejaron resultados similares.
Las mujeres hacen el 51,95% de los viajes y tardan 33,23 minutos por viaje, mientras que los hombres tardan 36,91 minutos. En ese lapso, los varones recorren 6,72 kilómetros y las mujeres 4,77. Eso arroja las velocidades: 8,62 km/h para mujeres y 10,93 km/h para hombres, un 26,8% más rápido que las mujeres.
La diferencia se da porque las mujeres hacen más viajes a pie que los hombres y usan más los colectivos mientras que los hombres usan más el tren. Los hombres hacen más viajes en auto, mientras que las mujeres usan más el transporte público. “Cuando hay un auto, lo usan más los hombres”, agrega el estudio.
Las mujeres son las que llevan a los hijos. Eso hace que hagan más viajes y más cortos. “En Buenos Aires, cuando tienen hijos, el número de viajes de la mujer aumenta un 13% mientras que en los hombres permanece estable”, sostiene el estudio de CAF - Banco de Desarrollo de América Latina (ex Corporación Andina de Fomento) “Ella se mueve segura”, también en base a los datos de la Encuesta de Movilidad.
“Las mujeres que forman parte de la fuerza laboral y que tienen hijos encuentran trabajos en un radio 20% menor al de los hombres. Esa menor distancia puede traducirse en hasta 900 mil puestos de trabajo menos”, señala Peralta Quirós sobre las menores oportunidades laborales.
Entre las recomendaciones para mejorar el acceso de las mujeres al transporte, el Banco Mundial detalla mejorar la oferta con una cultura e infraestructura para la bicicleta, estructuras de tarifas innovadoras que incluyan combinaciones gratuitas y pases mensuales, semanales o diarios; localizar servicios municipales, de compra, salud e infantiles en los centros de trasbordo y promover el uso del auto por parte de las mujeres donde la falta de servicios sea un obstáculo.
La vulnerabilidad en colectivos y subtes en la Ciudad afecta al 72% de las usuarias
En Buenos Aires, el 64% de quienes usan el transporte público se siente inseguro: en mujeres, la proporción sube al 72%. En varones, llega al 58%, según el informe de la FIA y CAF “Ella se mueve segura”, que se enfocó en los riesgos de acoso y abusos en el transporte público y que señala que las mujeres sufren el acoso en los colectivos cinco veces más que en el subte.
Hay tres momentos del viaje donde las mujeres se sienten más vulnerables: en el camino a la parada o estación de transporte, esperando al transporte y mientras viajan en los vehículos.
En ese marco se presentaron recomendaciones de política para generar espacios seguros que incluyen campañas de concienciación pública; contar con líneas directas de apoyo; trabajar el tema de masculinidades con hombres para ayudar a resolver el problema; revistar la legislación para dar protección a las mujeres; aumentar las sanciones; lograr un compromiso político e institucional para la solución de la violencia de género; desarrollar protocolos para casos de hostigamiento y acoso sexual; mejorar la intermodalidad de bici-autobús para reducir la espera en las paradas y centros de transbordo; aumentar y mejorar los programas de vigilancia de los vecindarios y contar con seguridad.
Otro de los puntos para mejorar la seguridad de las mujeres y las condiciones de transporte es involucrar a más mujeres como trabajadoras en el sector, con más conductoras, desarrolladoras, directoras del área, ingenieras. “En Buenos Aires, el 50% de las agentes viales son mujeres. De los 216 nuevos reclutas (a julio de 2017), el 65% fueron mujeres. También las conductoras de subte ahora representan el 20% de los 532 trabajadores. Santiago de Chile también se esforzó para aumentar la cantidad de conductoras en los buses de Transantiago”, detalla el estudio de CAF.
