EDUCACIóN
Reformas en el nivel medio

La secundaria que viene

El nivel medio presenció un crecimiento significativo de su población estudiantil durante las últimas décadas. Sin embargo, esta expansión no fue acompañada por cambios en la matriz histórica de la escuela que permitieran retener a los jóvenes en las aulas. Frente a este panorama, los ministros de Educación de todo el país acordaron implementar la Secundaria Federal 2030, una reforma educativa que ya se está llevando a cabo en 3100 escuelas y que pretende alcanzar el universo total de los establecimientos educativos en 2025.

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Durante las últimas décadas, la educación secundaria fue escenario de transformaciones vinculadas con las tendencias de la época. La democratización y la incorporación de sectores antes excluidos fueron unas de las premisas fundamentales de los cambios implementados en el nivel. Como resultado, 3.832.054 alumnos concurren hoy a las 11.709 escuelas que se extienden por todo el territorio nacional.

Las políticas de inclusión educativa, que encontraron su legitimación en la obligatoriedad del secundario a partir de la Ley de Educación Nacional de 2006, generaron, en efecto, un crecimiento significativo de la población estudiantil: en 1974 sólo el 40% de los jóvenes asistía al nivel medio, mientras que, según el último Censo Nacional de Población, en 2010 lo hacía el 84%.

3.832.054 alumnos concurren hoy a las 11.709 escuelas que se extienden por todo el territorio nacional.

La expansión de la matrícula, sin embargo, no fue acompañada por cambios en la matriz histórica de la escuela que permitieran, sobre todo, retener a los estudiantes en las aulas. En la actualidad, cinco de cada diez alumnos no logran terminar la escolaridad obligatoria. A su vez, de acuerdo con los resultados obtenidos en la prueba Aprender 2017, de aquellos que llegan al último año, sólo el 30% y el 60% logra niveles satisfactorios de aprendizaje en Matemática y Lengua, respectivamente. En suma, pese al intento de ampliar los derechos, la escuela no logró brindar el marco adecuado y los índices de repitencia, deserción y abandono continúan siendo altos.

Frente a este escenario que no lograr concretar la universalización, el nivel medio reclama una reforma urgente. Una reforma que, además de contemplar las problemáticas sociales que atraviesan el aula, incorpore las profundas transformaciones impulsadas por la globalización, las nuevas tecnologías y los avances en la ciencia, dado que estos cambios impactan en la construcción de las subjetividades de los jóvenes, moldeando sus prácticas culturales y de socialización, sus intereses, sus consumos y sus modos de relacionarse con el conocimiento.

Ya nadie duda que algo hay que hacer con la escuela secundaria, y en eso están trabajando en conjunto los ministros de Educación de todas las jurisdicciones a partir de la Secundaria Federal 2030, una iniciativa impulsada en 2017 por el Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología (MECCyT) con la aprobación unánime del Consejo Federal. 

Desde la cartera educativa nacional explican que el objetivo es lograr transformaciones profundas orientadas a garantizar el ingreso, la permanencia y el egreso de todos los jóvenes, con los aprendizajes fundamentales para vivir en la sociedad contemporánea y preparar a los estudiantes para el mundo del trabajo.

Durante este año, las provincias deberán implementar la iniciativa con la gradualidad que cada una elija, de acuerdo con el plan que hayan presentado en 2018. Hacia el año 2025, todas las jurisdicciones deberán incorporar el total de sus escuelas.

“La Secundaria Federal 2030 propone, entre otros objetivos, el trabajo por proyectos, el rol activo de los alumnos en la resolución de problemas relevantes, la puesta en juego de conocimientos de diversas disciplinas, el aprendizaje contextualizado y orientado a comprender y transformar la realidad.”

Comprender y transformar la realidad

La Secundaria Federal 2030 propone, entre otros objetivos, el trabajo por proyectos, el rol activo de los alumnos en la resolución de problemas relevantes, la puesta en juego de conocimientos de diversas disciplinas, el aprendizaje contextualizado y orientado a comprender y transformar la realidad.

Bajo esas premisas, se busca promover y extender a todo el universo de las escuelas diversas estrategias que articulan el saber con el hacer, tal como lo vienen desarrollando algunos establecimientos educativos. La Escuela N° 124 de Coronel Olmedo, barrio situado al sureste de la ciudad de Córdoba, es uno de ellos. Allí, los alumnos encontraron una solución a un problema urgente que atraviesa su comunidad: purificar el agua contaminada por afluentes cloacales.

Esta problemática cercana y real motivó un proyecto de investigación liderado por los estudiantes y guiado por sus docentes. “Fuimos hasta la laguna, sacamos las muestras y las analizamos para saber si realmente estaba contaminada o no”, describió Sofía Bustos, una estudiante que participó del proyecto del establecimiento cordobés. “Propusimos que ahí se haga un espacio verde para que el agua, al ir pasando a través de las diferentes lagunas, vaya disminuyendo la contaminación”, añadió.

Por su parte, Patricia Torres, docente de la escuela, explicó la importancia de trabajar en proyectos: “Implica que los alumnos se muevan porque ellos necesitan tener un aprendizaje concreto. Hay que generar un tipo de enseñanza que los motive para que puedan ver un futuro más allá de lo que están vivenciando”. En tanto, Noemí De Biase, otra docente que coordinó la iniciativa, agregó: “Un interés hacia una problemática hace que el grupo se sienta motivado. Lo que nosotros hacemos es simplemente enfocar ese interés en función de lo que queremos que aprendan”.    

Así, la solución al problema de la contaminación en el barrio Coronel Olmedo -que se construyó a través de la experimentación, la articulación con la comunidad y la integración de las asignaturas de Química, Biología, Desarrollo y Sociedad- consiguió no sólo un impacto social, sino también una mejora en los niveles de aprobación de las asignaturas y los aprendizajes de los alumnos de la Escuela N° 124 de Córdoba.

Se busca promover y extender a todo el universo de las escuelas diversas estrategias que articulan el saber con el hacer, tal como lo vienen desarrollando algunos establecimientos educativos.

Pilares de la reforma

Más allá de los casos particulares, la Secundaria Federal 2030 apunta, en líneas generales, a que se modifiquen rasgos constitutivos del modelo de organización de la educación media. La iniciativa propone una renovación integral, que involucra innovaciones en cuatro dimensiones: en los modos de enseñar y aprender, en las formas de evaluar, acreditar y promocionar, en la organización del trabajo docente, y en la formación docente y el acompañamiento continuo a las escuelas.

En relación a los modos de enseñar y aprender, se busca fomentar estrategias de enseñanza basadas en proyectos o problemas significativos para la vida de los estudiantes, que desarrollen las capacidades fundamentales y las competencias digitales, y avancen hacia el aprendizaje interdisciplinario contextualizado.

Sobre las formas de evaluar, acreditar y promocionar, la nueva secundaria intenta habilitar múltiples y diversas oportunidades para que los alumnos demuestren los conocimientos adquiridos y recuperen los pendientes, atendiendo a que no todos poseen los mismos modos y ritmos de aprendizaje, y así lograr sostener la escolaridad.

En cuanto a la organización del trabajo docente, se pretende generar condiciones para que ellos puedan planificar y trabajar en equipo, además de realizar un seguimiento más cercano de las trayectorias de los estudiantes.

Por último, con respecto a la formación docente y el acompañamiento continuo a las escuelas, la nueva secundaria está orientada a brindar las herramientas y los recursos necesarios para que los equipos directivos y docentes puedan llevar adelante las innovaciones y sean acompañados durante este proceso.

Todas estas dimensiones se abordan en profundidad en el Marco de Organización de los Aprendizajes (MOA), un documento construido federalmente por las carteras educativas de todo el país para determinar el norte de esta política educativa.

En relación a los modos de enseñar y aprender, se busca fomentar estrategias de enseñanza basadas en proyectos o problemas significativos para la vida de los estudiantes, que desarrollen las capacidades fundamentales y las competencias digitales, y avancen hacia el aprendizaje interdisciplinario contextualizado.

Estrategia de implementación

A través de los acuerdos federales logrados en 2017, todas las jurisdicciones asumieron el compromiso de empezar a implementar la Secundaria Federal 2030 durante este año. En la actualidad, 3100 escuelas están transitando procesos de innovación en todo el país y, tal como mencionamos, la meta es alcanzar el universo total en 2025.

En el marco de los lineamientos nacionales, cada jurisdicción lleva adelante su planificación y su propuesta de transformación para atender las particularidades de sus contextos, necesidades, realidades y políticas educativas.

Desde el Ministerio de Educación Nacional explican que estos procesos se acompañan a través de diversos dispositivos y estrategias, como el desarrollo de más de diez publicaciones para orientar la planificación de la reforma, la creación de espacios de formación y asistencia a los equipos técnicos, la producción de recursos pedagógicos, el financiamiento de horas docentes para apoyar el desarrollo de más de 8000 proyectos de integración de disciplinas y la realización de encuentros que involucrarán a 2000 equipos directivos y docentes en 2019.

 

La educación: base del desarrollo

La nueva organización institucional y pedagógica de la escuela busca, entonces, dar respuesta a los patrones culturales, sociales y laborales propios de la sociedad contemporánea. De un modelo de educación pensada para los conocimientos establecidos, se espera transitar hacia una educación para un mundo impredecible, que atienda la diversidad y habilite trayectorias flexibles y el aprendizaje durante toda la vida.

La escuela reclama un acercamiento a la realidad, la integración disciplinar y la articulación del saber con el hacer. Estos son algunos de los pilares fundamentales acordados por todos los ministros de Educación. Pilares que buscan ser implementados, sobre todo, a partir de experiencias que organizan el aprendizaje mediante la ejecución de proyectos y un mayor protagonismo de los alumnos, lo que implica que éstos deben abandonar el rol pasivo de receptores de conocimiento ya producidos y convertirse en productores.

Así las cosas, el desafío de la transformación de la matriz de la escuela secundaria fue recogido por todas las jurisdicciones del país. A esta altura de los acontecimientos, nadie duda que el nivel medio demanda, en definitiva, reformas orientadas a la conformación de sujetos que puedan interactuar en esta sociedad que está emergiendo.