Las operaciones vinculadas al dólar se tomaron la semana para “esperar y ver” el resultado de las PASO en medio de la presión sobre la divisa, que cerró en $ 18. En algunos sectores vinculados a bienes o servicios que se mueven según el dólar, el fenómeno se traduce con una frase: “No hay precio”. Esa respuesta recibieron quienes esperaban una cotización para bienes de capital o algunos insumos importados, o un pedido de pago en dólares para evitar los vaivenes.
“No hubo muchas operaciones en la semana porque se espera al lunes”, aseguró un operador de comercio exterior. La presión sobre el dólar fue fuerte toda la semana y el Central llegó a vender hasta casi US$ 600 millones el miércoles. Sin embargo, ayer las últimas órdenes que se cerraron lo hicieron con un dólar de $ 17,7215 para las próximas 48 y 72 horas. “Hubo más tranquilidad que en los días anteriores por el escenario de paridad que marcan las principales encuestas”, aseguró una fuente.
“Hay una impasse. Agosto empezó más lento, más bajo que agosto de 2016. De acuerdo con lo que pase el domingo, puede ser que se reactiven las operaciones”, indicó el despachante Martín Clément. “Si el dólar baja un poco conviene reactivar importaciones. Para los exportadores, el dólar para esta etapa del año debería conformarlos”, agregó. “Hay más clientes que están concretando compras de plantas para industria, máquinas, insumos. En exportación todavía es algo tímido el crecimiento”, explicó el titular de Clément Comercio Exterior.
También hubo quienes se anticiparon a la volatilidad del dólar de las últimas semanas (aumentó 4% en los últimos treinta días) y cerraron sus compras o ventas calendario electoral en mano, lo que también puede explicar la baja de actividad esta semana. “Algunos clientes adelantaron operaciones para evitar una mayor suba del dólar. Pero se operó sin muchos cambios. El clima es normal pero con expectativa”, aseguró el despachante Diego Dumont, de DMF Comercial.
“La suba del dólar de la última semana fue propia del sistema de flotación. Va a volver a acomodarse”, agregó Dumont, aunque hizo referencia a un cálculo que los exportadores tienen muy presente: que la suba del peso contra la divisa estadounidense no acompañó el alza de la inflación en lo que va del cambio de gobierno. “Entre el $ 13,40 inicial de la devaluación (tras el fin del cepo cambiario) y $ 18, el dólar aumentó un 34%, mientras que la inflación en el mismo período acumula un 50% más”, detalló.
Uno de los sectores donde se adelantaron compras fue el turismo. Lejos de la falta de precio que se registró con la devaluación de diciembre de 2015, cuando un pasaje a Miami llegó a costar $ 25 mil (el doble que lo habitual) a la espera de que el dólar se acomodase, en estos días los operadores del sector no vieron el mismo salto. “Siempre hay especulación, pero no hubo un movimiento generalizado de patear la venta para después de las elecciones. Sí algunos clientes consultaban si les convenía cerrar el pasaje ahora o esperar a la semana que viene”, explicó el presidente de la Federación de Asociaciones de Agencias de Viaje (Faevyt), Fabricio Di Giamattista.
Los que tuvieron que “recalcular” por la suba del dólar en las últimas semanas fueron quienes tenían un crédito hipotecario otorgado y se quedaron cortos en función de la propiedad elegida, lo que llevó al Banco Nación a reaccionar con una extensión de plazos para los créditos de treinta a cuarenta años y aumentó el límite máximo de la relación cuota/ingreso de 25% a 30% en los créditos UVA. “Catorce mil préstamos se vieron afectados por el dólar, por eso el Nación extendió los plazos”, explicó el titular del BNA, Javier González Fraga.
Traslado. Lejos del “no precio”, quienes pueden trasladar el aumento trajeron listas con nuevos costos. “Las correcciones cambiarias pequeñas no tienen impacto sobre la inflación (sí sobre precios). En cambio, las devaluaciones sí le pegan a inflación”, analizó el economista Fausto Spotorno. La suba del dólar impactó en los precios de alimentos y bienes de higiene personal y limpieza del hogar en las últimas semanas, aunque no sólo por el dólar sino también por el traslado de la suba de combustibles y costos logísticos. “La gran mayoría de nuestros proveedores vienen con listas de precios con aumentos promedio del 5%”, aseguró el titular de la Cámara Argentina de Supermercados, Fernando Aguirre, como lo anticipó PERFIL hace dos semanas.
