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Fernando Haddad: "Bolsonaro tiene una visión equivocada de los procesos educativos"

El ex ministro de educación de Lula y ex candidato a presidente por el PT asegura que el actual presidente de Brasil ve a los maestros "como enemigos de la patria".

Fernando Haddad, ex ministro de educación de Lula Da Silva
"No se puede castigar a una escuela pública que no está bien porque se estaría castigando a sus estudiantes" | CEDOC

Los debates sobre educación en Brasil están a la orden del día. Pocas semana atrás, su presidente, Jair Bolsonaro, enfrentó la primera protesta masiva en la que cerca de un millón de docentes y estudiantes marcharon en ciento setenta ciudades en rechazo a la reducción del 30 % del presupuesto universitario. Este fue el detonante pero el malestar se venía gestando. Desde el comienzo, se advirtió que era necesario "eliminar la ideología marxista" que se había instaurado en las escuelas y las propuestas que se fueron conociendo, como eliminar las referencias al feminismo, la homosexualidad y la violencia contra las mujeres e incluso la de quitar de los libros de texto el término dictadura al referirse al gobierno que estuvo en el poder entre 1964 y 1985, para denominarlo "régimen democrático de fuerza", provocaron crispación.

Fernando Haddad estuvo ocho años al frente de la cartera educativa durante los gobiernos de Lula Da Silva y Dilma Rousseff. Quienes conocen su trabajo destacan su capacidad para identificar los temas importantes de la agenda educativa y que su gestión, se caracterizó por ordenar un sistema educativo complejo y diverso al punto de lograr, a través de un índice de calidad, una radiografía de cada escuela pública que le permitió al gobierno apoyar a las que mostraban debilidades.

Sobre los desafíos que afrontó durante su administración, Fernando Haddad en diálogo con Rayuela (AM990), afirma que "Lula eligió la educación como la prioridad máxima de su gobierno, a tal punto que las inversiones por estudiante en la educación básica se duplicaron y se multiplicó la cantidad de estudiantes de universidades públicas y privadas de Brasil. Este fue el principal del desafío: la educación. "

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Durante su gestión se tomaron medidas que fueron resistidas por sindicatos e incluso por su propio partido, pero que fueron observadas con interés en diferentes países de América Latina. "Nosotros creamos el IDEB, un índice que mide la calidad de cada una de las sesenta mil escuelas públicas en Brasil. -afirma Haddad-  Tiene metas nacionales, por estado,  municipales y escuela por escuela con una escala de cero a diez. Cada dos años, ese índice se publica para que maestros, padres y madres puedan acompañar la evolución de cada escuela. Tenemos una radiografía de lo que pasa en cada escuela pública del Brasil. Lula exigió del ministerio de la educación la mejoría de cada escuela. No le interesaban sólo las medias nacionales, quería saber dónde la educación estaba garantizada y donde no, para apoyar a las escuelas; que se garantizara el derecho a la educación de cada ciudadano."

Tuvo resistencias para su aplicación ¿cómo revirtió ese proceso?

—No se puede castigar a una escuela pública que no está bien porque se estaría castigando a sus estudiantes. La administración de la calidad tiene que ver con la autonomía de la escuela. Si va bien, tiene que ganar autonomía. Y si no va bien, tiene que sentarse con las autoridades educacionales para proponer un plan de ajuste de la calidad para garantizar la educación de los niños. Por lo tanto no es cuestión de castigar o premiar, sino de pensar en términos de autonomía. Si la escuela no va bien, pierde autonomía,  si va bien la gana Así se pensó un sistema libre que garantice un derecho fundamental para todos.

¿Mejoró la educación después de la aplicación del IDEB?

—Si particularmente en la enseñanza obligatoria. La escuela media, es un desafío, mejoro pero no tanto como desearíamos.

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Desde su punto de vista,¿ cuál es hoy el escenario educativo en Brasil?

—Tenemos dos problemas, el presupuesto es un primer problema, pero el segundo es mucho más grave. El presidente de la república ha elegido a los maestros como enemigos de la patria. Bolsonaro tiene una visión completamente equivocada de los procesos educativos. Los maestros son los aliados de la transformación educacional pero no le gustan y pone toda la  responsabilidad de los problemas históricos del Brasil sobre los hombros de los maestros.

Poco antes de asumir, Bolsonaro twitteó que "Una de las metas para sacar a Brasil de las peores posiciones en los rankings educativos del mundo es combatir la basura   marxista que se instaló en las instituciones de enseñanza",¿ qué opinión le merece?

—Hablar de ideologización tiene un solo objetivo: recortar el presupuesto. Porque la única ideología que hay en escuelas y en las universidades es la de una enseñanza plural, diversa, que permita establecer el pensamiento crítico. Brasil tiene ciencia de punta respetada por las naciones desarrolladas. Bolsonaro no tiene familiaridad con la ciencia y la educación. Qué es ideológico en la educación? Luchar por un presupuesto mayor el ideológico? Entonces nosotros somos ideológicos. Luchar por el respeto a los maestros es ideológico? Luchar por un pensamiento crítico sobre la historia brasileña, sobre la esclavitud?  Es ideológico luchar por transparencia, por libertad de expresión, por libertad de organización? Qué es ideológico para Bolsonaro? Todo lo  que no se adecua a su pensamiento. El tiene una visión muy arcaica, piensa quela sociedad  tiene que tener una uniformidad con lo que él piensa, no la pluralidad, la diversidad que es común en las sociedades democráticas.

¿Cree que están en riesgo las políticas educativas como el IDEB?

—Si, pero la sociedad está movilizada. La sociedad ha demostrado una fuerza increíble estas semanas, está atenta a las conquistas del gobierno de Lula y va a defenderlas para que no haya retroceso en la educación.

¿Qué cree que le recriminaría o aconsejaría Paulo Freire a Jair Bolsonaro?

—Paulo Freire es más que un educador. Es un filósofo de la educación, tiene libros publicados en 20 lenguas diferentes. Es el pensador brasilero más conocido y reconocido fuera de Brasil como académico como filósofo como pedagogo, tiene una contribución extraordinaria para la filosofía de la comunicación asimétrica,  una comunicación entre un maestro y lo que estos deben aprender de los estudiantes. La comunicación asimétrica hace la de educación un desafío permanente. Esta asimetría es la pedagogía del oprimido, esa dilogía que debe tomar lugar en la educación es un aprendizaje para la democracia. Paulo Freire es un educador de la democracia, donde hay diferencias y desigualdades, esa es la principal enseñanza de Freire para Bolsonaro y para todos nosotros. Educación y democracia son la misma cosa. La libertad es el punto común a todo el proceso de interacción humana.

Esa sería la palabra de Paulo Freire, para Bolsonaro, ¿cuáles serian las de Fernando Haddad?

—Bolsonaro tiene que empezar a gobernar con las personas, no en contra las personas, con los maestros no contra los maestros, con los estudiantes no contra ellos. Bolsonaro no debe ver a la oposición como enemiga sino como adversario que contribuye para la democracia, no es un proceso de guerra pero él piensa como un militar. Piensa en el plano amigo-enemigo pero la democracia, se trata de diversidad, de diferencia, se trata de contradicciones que deben ser superadas mediante el diálogo. Eso es la democracia, eso es lo que precisamos fortalecer en el continente. Ese es el principal objetivo y la principal motivación del educador. Educar para la libertad, educar para la convivencia pacífica, educar para el desarrollo. En definitiva, eso es educar.