Yo no sé si es importante que haya una “noche de la filosofía”, lo que sí sé es que la filosofía me es personalmente ineludible, más que importante y fascinante, de noche y de día.
Para mí la institución de esa “Noche” es una oportunidad más de ejercer mi labor docente y de transmitir alguna idea de mi trabajo.
El hecho de que centenas o miles de personas se reúnan a escuchar a disertantes argentinos y extranjeros a exponer sus ideas y luego acercarse a ellos para conversar, interpelar o discutir en lo que los organizadores han llamado “el ágora” completa la concepción del evento.
También es una buena noticia que sus responsables como el periodista Maximiliano Thomas y el secretario de Medios, Hernán Lombardi, convoquen al más amplio espectro de orientaciones doctrinarias e ideológicas que imperan en el ejercicio de la filosofía.
Que algunos de los invitados no concurran por oportunismo, por temor al “bullying cultural”, sectarismo, voluntad discriminatoria o prejuicios de cualquier índole, va más allá de un acontecimiento con una enorme concurrencia que no ha dejado de asombrar a invitados y conferencistas de otros países.
Es un espacio de libertad de pensamiento, franco debate, y respeto, que nunca sobra.
*Filósofo. www.tomasabraham.com.ar