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La lucha del Famatina en las listas

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Desde La Rioja
Cuando se contaron las manos levantadas en la asamblea convocada en el pueblo de Famatina (La Rioja), un raro hecho político estaba por suceder. En una localidad de cinco mil electores, setecientas personas elegían como sus candidatos a representantes de la asamblea que había logrado expulsar a la megaminería de la montaña que da nombre al pueblo y que sigue luchando por el agua y contra la contaminación. De ese modo, la estructura del partido radical consagraba candidatos a Alberto Vidal para la intendencia y a Carolina Suffich para la diputación provincial –hecho que no evitaría el resentimiento de militantes radicales de larga data que decidieron luego no hacer campaña–.Tres años después de la epopeya que se conoció como “el Famatinazo” y que logró detener el intento de la megaminera canadiense Osisko Mining Corporation de instalarse en la provincia –a costa de la destrucción de la montaña y de un elevado riesgo de contaminación del agua–, sus luchadores evolucionaban hacia el campo político. Luchadores sociales que desde 2006 advertían sobre los riesgos del extractivismo para el agua, el paisaje y la vida misma decidían dar un paso más y convertirse en candidatos políticos, con las transformaciones y los riesgos que ello implica.
El primer paso lo había dado Lucía Avila en las elecciones de 2013, cuando fue elegida diputada por su lucha en la asamblea ambientalista de La Rioja capital en la lista del Frente Cívico opositor al kirchnerismo. Hoy fundó el partido Nuestra Tierra, que sigue en el mismo frente, pero de manera independiente: “No vamos a votar por Scioli, Macri ni Massa, decidiremos nuestro apoyo presidencial de manera autónoma”.
“Nosotros intervinimos desde siempre con un planteo global”, dice Pedro Carrizo, candidato a concejal del Partido Obrero y miembro de la asamblea de Chilecito, que también formó parte de la defensa del Famatina. “La defensa del agua va de la mano de la lucha por las demás reivindicaciones sociales y políticas”, agrega.