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Modelos no tradicionales: los nuevos dueños de los avisos

El mundillo de la publicidad está cambiando: la agencia que fue la pionera en reclutar a los llamados “modelos raros” tiene ya una cartera de casi 10 mil modelos y cada vez más demanda de trabajo.

Modelos raros agencia freak models
otra estetica. La agencia Freak Models representa ya a casi 10 mil modelos que cada vez tienen más trabajo. Hay de todo en el catálogo: nerds, rastas, exóticos... | Néstor Grassi

Durante años, el mundo de la moda se encargó de instalar cánones de belleza imposibles para la mayoría de los mortales. Mujeres lánguidas, altísimas, con caras angelicales y ademanes de princesa; hombres con abdómenes perfectamente delineados y cuerpos dignos de ser exhibidos en un museo de renombre como obras maestras de algún escultor renacentista.

Esta estética de la perfección, encarnada por un mundillo selecto de personas hermosas, constituye un objeto de admiración para algunos, de deseo para la mayoría y de envidia para muchos otros.

Pero, realmente, ¿cuántas personas logran alcanzar estos requisitos de perfección? Lo cierto es que muy pocos. Pero esto no debe desalentar a nadie, porque ahora hay lugar para todos.

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El mundo de la moda y la publicidad está cambiando. Cada vez más, las agencias están dejando de lado el prototipo instaurado del 90-60-90, para darle lugar a otro tipo de belleza.

Son los “modelos no tradicionales”: nerds, narigones, cachetones, ancianos, rastas, liliputienses y gigantes son en la actualidad los personajes más codiciados y pelean cabeza a cabeza con los modelos de pasarela. ¿La venganza de los feos? Como sea, lo cierto es que no les está yendo nada mal y que, al parecer, llegaron para quedarse.

Son muy pocas las agencias de modelos que se dedican a reclutar específicamente gente rara o distinta. En el plano internacional, la denominada sin eufemismos Ugly People –gente fea, en inglés– provee desde hace treinta años al cine, a la moda y a la publicidad de los personajes más exóticos.

Pioneros. La Argentina tiene su versión local, y su nombre tampoco da lugar a confusión: Freak Models. Su traducción sería algo así como modelos raros o monstruosos.

Fuera de estas dos, no existen otras agencias que se jacten de contar entre sus filas con los modelos más feos y peculiares del mundo de la moda.

Freak Models se creó en 1999 de la mano del ex freak gótico Nicolás Baldo, y si bien en sus inicios contaba pura y exclusivamente con modelos dignos de salir en una película de terror, de a poco fue ampliando su abanico de acuerdo a las necesidades del mercado.

“Arrancamos siendo una empresa ciento por ciento freak, súper mutante, pero con el tiempo nos fuimos alineando con el concepto amplio de freak, donde incorporamos cosas más relacionadas con lo cotidiano, lo real. Y alguien real es un narigón, una persona muy alta o muy flaca, una gorda, un colorado lleno de pecas”, explica.

Diez mil modelos. Hoy la agencia representa a casi 10 mil modelos y cuenta con una demanda de trabajo ascendente. En un momento en el que la actividad está deprimida para la mayoría de los representantes, Baldo cosecha los frutos de haber apostado al nicho: “Durante años, nosotros atrajimos todo aquello que la moda y las tendencias rechazaron, y últimamente, todo lo que no sea bello y perfecto pasó a ser un requisito fundamental”.

Joel Drut es uno de los transpiradores precoces de una publicidad de desodorante que se exhibe en estos días por televisión.

Tiene un andar relajado, unos anteojos demasiado grandes para su cara y el pelo totalmente desordenado. “¿Me ves freak?”, pregunta, y se responde a sí mismo: “Creo que todo depende de la vara con que se mida; capaz salimos de la media o de lo que está estipulado como objetivamente bello”.

Aunque finalmente termina aceptando los beneficios de su apariencia: “Tengo una cara un poco caricaturesca; tengo boca grande, pelos locos, y en general me llaman para hacer de nerd o de freak”.

A Iván Masón lo encontraron una tarde caminando por una galería y le ofrecieron ser parte de la agencia.

“Me pareció raro, pero vine a ver qué era.” Es altísimo, pero tiene rasgos de niño, su sonrisa fácil hace que sus ojos celestes parezcan más chiquitos de lo que son. Hoy ya cuenta con dos publicidades, una de ellas para Rusia.

La voz extremadamente grave y segura de Nicolás González contrasta con su aspecto frágil. Es muy alto y flaco, y unos anteojos negros gruesos le enmarcan los ojos con pestañas kilométricas.

“Creo que está cambiando la idea de los productores: en vez de buscar una belleza espléndida, están buscando gente común, que tenga deseos de gente normal”, sentencia.

Flexa D’Arcoiris es un freak model de la primera hora. Trabaja en la agencia desde hace diez años y ya cuenta en su haber con más de treinta publicidades.

“Me eligen por la fuerza y la energía; saben que yo transmito una imagen de paz, de felicidad, de alegría, de joda”, explica.

Es un morocho alto, con dientes blanquísimos, e hizo trabajos para gráfica, cine y televisión. La exposición nunca fue un problema para él porque viene de cuna de artistas: su padre es músico y su madre es la actriz brasileña Angela Correa, esposa del diputado y cineasta Fernando “Pino” Solanas.

Razones de un fenómeno. Ellos son claros exponentes de una tendencia que cada vez gana más terreno porque, si bien en el país sólo existe una única agencia que los adopta como modelos predilectos, los representantes ya descubrieron dónde está el negocio y nadie se quiere quedar afuera. Es simple: ser raro vende.

“En inglés a este fenómeno se lo llama ordinary people y se viene dando desde finales de los noventa, cuando el modelo publicitario perfecto dejó de ser pedido y se empezó a buscar gente más común, gente con cara de nada”, sostiene Juan Scoufalos, director de la agencia Elencos y Elenquitos, y presidente de la Cámara de Representantes de Actores y Modelos de Argentina (Crama).

Según Scoufalos, esta tendencia viene de la mano de una pérdida de fuerza por parte de las modelos publicitarias para constituirse en referentes.

“En la época de Claudia Schiffer o Linda Evangelista, las top models eran signos de vida; incluso hacían filantropía, las veías yendo a África a darles de comer a los chiquitos. Ahora estamos en un momento en que las modelos están estables, pero no están en su pico de popularidad”, afirma.

“Y esto, evidentemente, para la mayoría de los modelos publicitarios convencionales representa una disminución de su trabajo ya que muchas de las marcas dejaron de solicitarlos como imagen de sus productos”, agrega.

La explicación de Scoufalos es aceptada por todos quienes se mueven en el ambiente publicitario, que coinciden en que esta nueva línea de modelos es una tendencia definitiva, que llegó para quedarse.

“Hace varios años que las modelos tradicionales vienen perdiendo lugar”, sostiene, por su lado, Baldo, y cuenta que una conocida marca de indumentaria contrató a varios de sus abuelitos modelos para un desfile en la Semana de la Moda de Buenos Aires.

“Este tipo de cosas tienen otra repercusión; a la gente le llega distinto, la gente se aburrió de ver al modelito perfecto”, sostiene.

La Cámara de Representantes de Actores y Modelos de Argentina está integrada por cuarenta agencias, aunque se estima que hay 700 representantes de modelos distribuidos en todo el país, de los cuales sólo 300 son contribuyentes inscriptos como Agencias de Modelos

Las agencias de publicidad fueron las primeras en explotar esta tendencia y en darse cuenta de que apelar a recursos más humorísticos o bizarros podía ser la nueva forma de llegada a los consumidores.

Historia. A fines de la década del noventa, una conocida marca de papas fritas abrió el camino. Es su spot presentaba a una mujer con una nariz desproporcionadamente grande, al tiempo que se escuchaba la frase “Papita para el loro”.

Le siguió una marca de pañales, que hacía llorar a un bebé al ver la cara fea de sus padres. A partir de ese momento, los raros se convirtieron en los preferidos de los publicitarios.

“En los últimos años muchos más clientes compraron eso”, cuenta Gustavo Amadori, de la Agencia Personal Touch, que representa a actores en general.

“Las marcas de gaseosa, las de desodorantes y los snacks buscan mucho a los personajes. El normal lindo no se usa más, el normal tirando a personaje se usa porque es más gracioso”, agrega.

“Lo que más sale es la gente común, aunque tuvimos el caso de una marca de cerveza extranjera que nos pedía gente con deformidades, quemaduras en la cara, cicatrices”, explica Cristian Calvimonte, de la agencia Karas.

“Yo soy como vos.” Pero, ¿de qué manera puede beneficiar a las marcas asociar sus productos con este tipo de estética, que no se caracteriza por la belleza?

“Hay marcas que son muy reticentes a adoptar esta estética. Pero lo que se intenta es descontracturar y hablar desde un lugar más sincero. La clave está en decirle a la gente: ‘Yo soy como vos’, y no ‘vos deberías ser como yo’”, explica Nicolás Chiusarolo, creativo de la agencia DDB Argentina.

Para Daniel Reynoso, director general creativo de Diálogo Publicidad, el uso de personajes más comunes, informales y, a veces hasta bizarros responde a un cambio en la actitud de las comunicaciones.

Según el publicista, “antes se ponía mucho ahínco en trazar personajes aspiracionales, que podían encarnar una figura ideal a la cual el consumidor quisiera parecerse”.

Reynoso agrega que “hoy la gente sabe que la publicidad de las marcas apunta a sacarle decentemente un billetito de sus haberes”.

“Entonces lo que le ofrece a cada persona, además de información, es también entretenimiento, diversión e ingenio”, aseguró.