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“Robert Cox es un hombre justo que se atrevió a romper el silencio”

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Pocas semanas después del golpe de Estado de 1976, el joven director del Buenos Aires Herald, Robert Cox, llegó a la Plaza de Mayo donde un grupo de aproximadamente treinta personas se encontraba reunido en las escaleras de la estatua de Belgrano. Era casi medianoche. El periodista no se presentó como tal, sino que se puso a escuchar las historias de personas vulneradas, destrozadas emocional y físicamente.
Según cuenta su esposa, Maud Daverio, Cox volvió a su casa afligido por lo que había escuchado. Para Cox, fue la confirmación de una pesadilla que entre 1975 y 1983 incluyó la desaparición de más de cien trabajadores de prensa.
A partir de ese momento, la vida de la familia nunca volvió a ser la misma.
Durante cuatro años, Cox llevó a cabo un trabajo de denuncia que con el tiempo se convirtió en una declarada misión para salvar vidas. Su cotidianidad se transformó: salía de madrugada con su esposa para comprobar los rumores de cremación de cuerpos en el cementerio de Chacarita. Se reunía con el entonces ministro de facto de Interior, Albano Hargindeguy, y hasta con el ex dictador Rafael Videla, interrogándolos y reclamando por un retorno a la ley. Y llegó a recibir, a puertas cerradas en su despacho, hasta 15 personas por día. Todos con el mismo reclamo: la verdad.
Fue en el Herald y en Cox donde las Madres de Plaza de Mayo encontraron una voz para poder expresar su dolor. A fines de 1979, las amenazas lo obligaron a exiliarse junto a toda la familia, en Inglaterra primero y luego en Charleston, Carolina del Sur, donde reside actualmente.
Cuando empecé a investigar la figura de Cox en el marco del proyecto documental que dirijo sobre la historia del Buenos Aires Herald –El mensajero del caballo blanco (actualmente en posproducción)–, me asombró el simple hecho de que el periodista no se reconociera con más fervor como referente del periodismo en la Argentina.
En el marco de los 40 años del golpe el pasado sábado 19 presentamos, en la Casa por la Identidad de Abuelas de Plaza de Mayo en la ex ESMA, un adelanto de este documental donde se refleja el trabajo de denuncia de Cox, quien, junto a sus compañeros del Herald, supo navegar con sorprendentes resultados una situación social y política de las más extremas.
Su historia representa un quiebre en la cultura periodística argentina.
En medio del silencio que mantuvieron otros medios de comunicación locales, el inglés transformó su pequeño diario en un espacio de resistencia. Un hombre que supo también cuestionar aspectos fundamentales de la lucha armada del ERP y Montoneros, pero que a la vez puso su vida en juego para reclamar por los desaparecidos. No es ni complejo ni contradictorio, aunque en Argentina muchas veces pareciera ser considerado como tal.
Robert Cox es simplemente una personificación de la verdad, concepto tan banalizado en la cultura periodística de esa época. Junto a sus compañeros, fue más allá de ideologías personales y bregó para defender los derechos humanos, inclusive de aquellos cuyo accionar o visión del mundo no coincidía con el suyo. Cox es un hombre justo. Alguien que se atrevió a romper el silencio en el medio de tanta complicidad

*Director del documental El mensajero del caballo blanco,sobre el periodista del Buenos Aires Herald.