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los tareferos

Trabajo esclavo detrás de la yerba mate

<p>Un accidente mortal llamó la atención sobre la terrible realidad que viven los trabajadores, que producen la infusión, que es parte de la identidad de los argentinos.</p>

Accidente. La muerte de ocho trabajadores puso los reflectores nacionales sobre la dura vida que llevan. Sus representantes esperan que todo no quede en promesas porque los tareferos viven en condicio
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Unos mates y a trabajar. Detrás del hábito de muchos argentinos se esconden las malas condiciones laborales de los “tareferos”, los trabajadores que cosechan la yerba mate. Semanas atrás, ocho de ellos murieron en un accidente en Misiones y el gobierno provincial anunció la compra de cien colectivos para que el traslado sea más seguro, pero los trabajadores desconfían.

El viejo camión Ford 7000 circulaba el lunes 17 de junio por la ruta 220 a la altura de Salto Encantado. Sin ningún tipo de baranda, trasladaba junto con la yerba a más de veinte tareferos de Villa Bonita a Cerro Moreno. Un control policial inesperado, una mala maniobra, un vuelco, ocho muertes, una docena de heridos. Pudo ser un siniestro vial más. Sin embargo, otra vez las muertes ponen en alerta la situación que atraviesan a diario estos trabajadores.

La infusión nacional está manchada de sangre: trabajo infantil, poco dinero, y una vida solitaria lejos del hogar son la realidad de los tareferos.

Algo común. Los yerbateros trabajan quince días corridos. Descansan un fin de semana, y luego otras 15 jornadas. Los grandes empresarios se encargan del transporte, porque la mayoría de los campos quedan a más de cien kilómetros de las localidades donde viven. Alberto Andruszyszyn, de la Federación Agraria de Misiones, advierte que los traslados son en camiones de más de treinta años, sin protección adecuada: “Es algo común, las grandes industrias, en complicidad con el Gobierno, agarran a una persona pobre, le dan 20 mil pesos para comprar un camión viejo y que vaya a buscar personas para que trabajen. La yerba cultivada por los trabajadores de ese camión va para un industrial grande, que ante cualquier accidente se desentiende de los empleados que tiene en negro”.

“El fallecimiento de nuestros compañeros es el resultado de la falta de acción del Ministerio de Trabajo de la provincia y de la Nación y de que la renta yerbatera siga descansando sobre nuestras espaldas hasta causarnos la muerte”, expresó el Sindicato de Tareferos en un comunicado, que denuncia que todas las empresas que elaboran yerba tienen trabajo esclavo. “No pueden decir que sus productos son elaborados por tareferos en regla con las normas de trabajo: más del ochenta por ciento están en negro”.

El secretario general del Sindicato de Tareferos, Cristóbal Maidana, recordó que desde hace cinco años luchan para que no haya más muertes evitables, pero que “ni el Gobierno ni el Ministerio de Trabajo” han dado respuestas.

Explotación. Las ganancias varían entre 400 y 500 pesos por semana. “Eso si el tiempo es bueno, no hay neblinas ni heladas”, dice Andruszyszyn. Por kilo de hoja verde, la materia prima, reciben entre $ 2.10 y $ 2.30. Luego se produce la canchada (la yerba procesada y cortada), para la que se necesitan aproximadamente tres kilos de hoja verde, por la que los tareferos reciben alrededor de $ 6.30. El kilo de yerba en supermercados se paga hoy entre 20 y 35 pesos.
Muchas de las víctimas del choque eran chicos que como los sueldos de sus padres son muy bajos, trabajan en la tarefa a la par de los adultos.

Soledad Gómez, responsable del área de Inclusión Social de la ONG Conciencia, que lucha para erradicar el empleo infantil, dice que “los chicos están en constante peligro. Este accidente tuvo mucha repercusión, pero sin llegar a casos extremos, el trabajo infantil no sólo implica que no estudien, también les genera problemas de salud: un chico que carga bolsas pesadas, de grande va a tener problemas graves en la columna”.

“En Misiones trabajamos con programas específicos durante todo el año, pero más intensamente en el período de cosecha, para que los chicos tengan contención, porque muchos padres no tienen dónde dejarlos”, explica Gómez, quien asegura que “los docentes y productores deben estar capacitados para lograr que los chicos no trabajen”.
Andruszyszyn indica que además del trabajo infantil hay violaciones, y los chicos “quedan desamparados”. “A las nenas las abusan por un pedazo de pan”, denuncia. “El Estado debe hacerse cargo de la educación de esos chicos. No puede ser que trabajen en lugar de ir a la escuela”. Para Maidana, “los grandes molinos se llenan de plata” a costa del trabajo esclavo.

Según Maidana, el último censo de tareferos, llevado a cabo por la Universidad Nacional de Misiones, arroja que son más de 17 mil, de los cuales menos del 25 por ciento están en blanco, y que en promedio ganan menos de dos mil pesos por mes.

En carne propia. En Villa Bonita, Oberá, casi todos se dedican a la producción de yerba. Saben que las condiciones laborales y las ganancias son malas, pero en muchos casos no tienen alternativa.

“Era toda gente de bien, es necesario que estas cosas no sucedan más”, dice Pilu Miranda, amiga y vecina de las víctimas. “Eran todos obreros de la tarefa, acá el único trabajo es la producción de la yerba”, explica. “La forma que tienen para afrontar los gastos es llevar a trabajar a los hijos”.
El día de un tarefero comienza a las tres de la mañana: heladas, lloviznas, neblina y frío constante son condiciones diarias que atraviesan, relata Maidana. “Los trabajadores arrancan a las cuatro de la madrugada y terminan a las ocho de la noche”, detalla. El Sindicato de Tareferos exigió a la ministra de Trabajo de Misiones, Claudia Gauto, el blanqueo de todos los yerbateros de la provincia, condiciones laborales dignas “para evitar más muertes”, mejoras en la seguridad e higiene, que el precio por kilo de la hoja verde sea de $ 2.70, y que se respete el precio fijado de 538 pesos por tonelada de yerba mate cosechada.

Por otra parte, solicitaron que, “ante la desgracia del accidente prevenible” se subsidie de inmediato a los familiares de los fallecidos y heridos en el choque de la ruta 220 en Cerro Moreno.

“El placer de tomar un mate lo cargamos nosotros sobre nuestras espaldas. Cuando pongan la pava en Buenos Aires piensen mucho en nosotros, y en el esfuerzo que hacemos a diario para alimentar a nuestras familias”, pide Maidana, quien remata: “Ojalá que esto cambie para que de verdad podamos tomar un buen mate”.