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Vandenbroele, el “repatriado” que devino en “nuevo accionista”

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“Al nuevo accionista”. A los socios fundadores les pareció lógico que Alejandro Vandenbroele se identificara así en el acta de la asamblea del 1º de septiembre de 2009 en la que se consignó su ingreso a la sociedad anónima The Old Fund. Si al fin y al cabo así es como el abogado se presentó ante ellos.
(…) La reinserción de Vandenbroele en la Argentina tras casi una década en el exterior fue a puros proyectos de negocios, mientras su matrimonio con Laura Muñoz, ex secretaria en el estudio Alfaro Abogados, donde se conocieron, comenzaba a hacer agua.
Vandenbroele llevaba años fuera de la Argentina, con escalas principales en Nueva York, entre 1996 y 1999, y Madrid, entre 2000 y 2005, siempre trabajando para el estudio Alfaro.
Lo que son las vueltas de la vida: en 2002 publicó un artículo en el que propuso que para oxigenar la Argentina poscolapso político y económico debían renunciar todos los gobernadores, Néstor Kirchner incluido, y remarcó que el país se encontraba en una encrucijada en la que debía escoger entre seguir la senda moderna, de integración a las naciones desarrolladas, respeto de la ley y adopción de políticas abiertas al mundo, o perdurar como un país aislado que rechazaría la integración y seguiría el “obsoleto” modelo cubano.
El artículo, claro, lo escribió poco después del colapso de Fernando de la Rúa y de la convertibilidad, y quedó guardado en la página de internet del estudio Alfaro. Pero siete años después, el abogado flaco y de rostro singular que sobrevivió a un accidente de auto de joven en el que casi se mata, ya parecía mirar con otros ojos al país al que había decidido regresar.
Se inscribió en el régimen de Autónomos de la AFIP. Y profundizó su vínculo con José María Núñez Carmona, la ex pareja de su prima marplatense Guadalupe Escaray durante aproximadamente cuatro años.
De chico, Vandenbroele vacacionaba todos los veranos en Mar del Plata, donde logró insertarse dentro del cerrado grupo de los locales gracias a la familia Escaray. (…) No son pocos los marplatenses que lo recuerdan en Playa Grande o, incluso, entre los amantes del surf.
En cualquier caso, ya de regreso en Buenos Aires, Vandenbroele optó por llamarlo “José María” a Núñez Carmona porque sabía que el ex novio de su prima detestaba que le dijeran “Nariga”, como todos lo conocen en Mar del Plata, y empezaron a reunirse en el bar Líber y Líber, de la esquina de la Avenida del Libertador y la calle Libertad, a metros de Patio Bullrich. Algo, sin embargo, no coincidía con la supuesta alegría del reencuentro.
O eran los muchachos o eran los negocios en danza o la combinación de los muchachos y los negocios. “No quiero que te juntes con estos tipos o que vayas al bar. Yo te llamo cuando termino y coordinamos dónde nos encontramos. Tampoco quiero que estos tipos vean a la nena”, recuerda su mujer, Laura Muñoz, que llegó a decirle Vandenbroele.