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Que todos los desayunos sean desayunos de hotel

La fruta cortada, el pan casero, un café de lujo… Recomendaciones para lograr que nuestra mañana sea lo más parecido a un cinco estrellas.

Si el desayuno que proyectan se propone alcanzar las mentadas cinco estrellas, recomendamos armar un buen mix de frutas fileteadas (banana, kiwi y manzana es la combinación ganadora) a las que se pued
| CEDOC.

En esta época del año es común fantasear con la idea de una escapada que ayude a desconectarse: conocer nuevos lugares, cortar con la rutina y, principalmente, tener el tiempo para comer de todo. Para los que no lograron salir de la ciudad -o para los que estuvieron de viaje hace poco y añoran esos días de libertad- hay pequeños trucos y secretos que podemos trasladar a nuestro día a día que nos harán sentir aún de vacaciones.

En estos días de apuro constante, si arrancar el día con un desayuno completo ya es un lujo, hacerlo con ciertos elementos que nos recuerdan a esas mañanas de vacaciones nos llenará de energía renovadora.

Pero, ¿en qué se diferencia el desayuno casero de uno de hotel? La gran mayoría de los hoteleros concuerdan en que el punto de partida está en un delicioso café de alta calidad recién preparado. No hace falta ser un barista para lograrlo: en una máquina de café Nespresso el ejercicio se simplifica. Además, las variedades de café Lungo de Nespresso son perfectas para obtener esas enormes y deliciosas tazas de café, mientras su pequeño Aeroccino convierte en segundos la leche en un manjar espumoso que lo acompañará.

La base está -diría un fanático del fútbol- en empezar a sumar delicias. Por ejemplo, es importante exprimir naranjas para tener un jugo fresco y, según dicen los que saben, hay que tomarlo de un tirón para aprovechar sus propiedades y que el líquido no se convierta en pura azúcar. Está comprobado que tomarlo a primera hora de la mañana ayuda a purificar el organismo ya que, entre otros beneficios, reduce la oxidación celular.

Para los fanáticos de una buena tostada es menester comprar –o, incluso, amasar y hornear– un pan casero hecho a base de centeno, nueces, semillas o cereales.

Sumado a eso, todo buen desayuno de hotel ofrece un amplio abanico de mermeladas y fiambres para combinar con las tostadas. En casa, no hace falta tener más de dos mermeladas de gustos contrapuestos, por ejemplo, una de las familias de las ácidas -como ciruela o frutos rojos-, y otra de la familia de las cítricas. Pero el gran diferencial estará en la calidad y el sabor de las mismas: un clásico de hotel son las mermeladas caseras elaboradas sin aditivos ni conservantes, que se acompañan con miel o queso crema.

Si el desayuno que proyectan se propone alcanzar las mentadas cinco estrellas, recomendamos armar un buen mix de frutas fileteadas (banana, kiwi y manzana es la combinación ganadora) a las que se pueden sumar frutos secos, granola, yogurt o ¡todo junto!