ESPECTACULOS
GUSTAVO SANTAOLALLA

"A los artistas les digo que no soy un padre ni un celador"

Llevó al Club de los Maestros tangueros al Colón casi cuatro décadas después de vivir los comienzos del rock. Es el gran productor latino y da consejos a los que se meten en el rock por el sexo, la droga y la fiesta.

default
default | Cedoc
-Los rockeros dicen que gracias al rock consiguieron chicas. ¿Te pasó?
-Nunca tuve problemas en conseguir chicas, salvo los problemas auto-impuestos. Porque en la época más grosa del grupo Arco Iris, donde las podría haber juntado con red, practicaba el ascetismo. ¡Después me desquité, claro!

-¿Un advertencia para un chico que se mete en esto buscando sexo, drogas y rock and roll?
-¡Está todo bien con el sexo y el rock and roll! El problema son las drogas... (sonríe) porque, como dijo una vez Steven Tyler, de Aerosmith: "Cuando dejamos las drogas nos dimos cuenta que teníamos más tiempo para el sexo y el rock and roll". Creo que las drogas son parte de una especie de "riesgo laboral", como el tipo que trabaja con una guillotina y corre el riesgo de cortarse un dedo. De todas maneras, habiendo dicho eso, también creo que tienen una parte muy positiva que sirve para abrirte la cabeza y todo eso. Pero así como tienen esa cualidad, también pueden cerrártela. El balance es algo que hay que conseguir teniéndole mucho respeto.

-Trabajaste con artistas de todos lo géneros y sabés que los excesos no son exclusivos del rock...
-¡Para nada! Y además, hay de todo tipo: la música electrónica tiene la suya, el hippismo tuvo la suya, los tangueros tienen la suya... El hecho de usar enhancers es algo que viene desde la ayahuasca y el peyote hasta la actualidad.

-¿Cuál fue tu época de mayor reviente?
-En Los Angeles y luego en visitas a Buenos Aires, cuando todavía vivía en Estados Unidos.

-¡Te perdiste los ácidos del rock de La Pesada en los años ‘70!
-Sí. Mi primer ácido lo tomé en los Estados Unidos.

-Se dice que un mánager de la Bersuit les pidió que no dejaran las drogas, pero que al menos no se drogaran cuando tenían shows.
-Yo siempre digo que hace falta una disciplina para trabajar, sea en la música o en lo que fuera. Y a los artistas les digo que no soy su padre ni el celador ni nada parecido, pero estoy con ellos por la música, y me voy a ir del estudio cuando sienta que hay algo que les resulta más importante que la música. Si para hacer música hay que levantarse cada cinco minutos para ir al baño, entonces me voy.

-En los ‘60, cuando en tu casa se escuchaban tangos, era rebelde y moderno hacer rock. Hoy, en cambio, cuando todos hacen rock, ¿es rebelde hacer tango?
-Por eso digo siempre que un trabajo como Café de los Maestros tiene visos de modernidad. Me parece que en este momento, después de un gran bache que hubo en el tango, donde la mayoría de las figuras tienen más de 70 años, nuevamente apareció una generación de jóvenes que vuelve a mirar al tango. Así que tal vez sea rebelde y moderno hacer tango. El rock, por su parte, es un género establecido. A mí me gustan todo tipo de géneros y me sigue encantando el rock, pero en este momento siento otras cosas que me excitan más, como el tango, Bajo Fondo o el disco que acabo de hacer con Antonio Carmona. Son cosas que me resultan un poco más interesantes. Para mí, que ya he hecho muchas cosas, estoy buscando cosas que me exciten, y lo del tango me excita.

-¿Te produce más desafíos un terreno nuevo?
-Me encanta sentirme en situaciones que me exigen. Por eso la diversidad y hacer cosas como grabar con el Kronos Quartet, que era un sueño que tenía y se dio, aunque al hacerlo me temblaban las patas. Siempre me gusta ese empujón y esa sensación de desafío, en vez de quedarme en lo ya conocido y remanido. No quiero convertirme en una fórmula o caricatura de mí mismo. Bajo Fondo traía el riesgo de ser quemado en la hoguera por los tangueros y la gente de la música electrónica. Pero se hizo, y mirá lo bien que respondió la gente.

- ¿El proyecto Bajo Fondo es lo opuesto a Café de los Maestros?
-No sé si son dos polos opuestos... ambos son música del Río de la Plata. Bajo Fondo no pretende hacer tango, porque también aparecen el rock, el candombe y el hip-hop.

-¿Qué opinás del tango for export y esos fraudes para turistas?
-Creo que eso lo vivimos en todos lados: vas a Hawaii y te hacen el show con fuego... en el mundo entero hay una especie de síndrome Las Vegas barato con respecto al folklore de cada lugar. El tango no es una excepción y también ha sido víctima de ese ultraje. Nosotros buscamos mantener lo puro y original.

-¿Café de los Maestros es como el Buena Vista Social Club?
-No se trata de quién sacó la figurita primero, porque hace veinte años hicimos con León la recorrida por el país con De Ushuaia a La Quiaca, y quince años más tarde apareció lo de Buena Vista. Pero hay diferencias. Los discos tienen diferentes formas "sónicas": los de Buena Vista son más de "ambiente", en cambio Café de los Maestros es más in your face, con otra intimidad. También se pueden trazar caminos paralelos, ya que ambos rescatan a grandes exponentes.

- ¿La idea era un lanzamiento en conjunto del disco, el libro, la peli y el concierto en el Colón?
-El show fue la coda del proyecto, y en la película lo del Colón será un tramo en el desarrollo. O puede ser un especial de televisión o terminar en un DVD. La prioridad es la película, un emprendimiento que tiene financiamiento de una empresa francesa y es algo muy esperado afuera.

-¿Hubo situaciones que iban de la humildad y agradecimiento por parte de los tangueros, hasta los ataques de ego dignos de una estrella de rock, o no?
-El ámbito de trabajo fue muy placentero y agradable, a pesar de que esta gente se conoce hace muchos años y obviamente hay muchas internas que desconocíamos. Sin embargo ninguno de ellos jamás habló mal de sus colegas. En la presentación del libro, por ejemplo, hasta vi un abrazo entre Baffa y Berlingheri, después de muchos años distanciados. Todos entendieron que la vedette era el género.

-¿Anécdotas?
-Hay montones, como Lágrima Ríos, que al escucharme cantar un poco a manera de ejemplo, dijo: "¡Qué lindo, usted debería dedicarse a esto!".