ESPECTACULOS
Juan German Piti Fernandez

“Cromañón lo pagó el rock”

Antes del show en el Estadio Malvinas, el frontman de Las Pastillas del Abuelo dice que los medios oficialistas ocultan información, que no aceptaría cantar para el Gobierno, y que le resulta injusto que Fontanet pague tanto. Le fascinan Pepe Mujica y Pino Solanas. Revela que en la banda todos los músicos cobran igual.

Papá. El compositor le hizo dos temas a su hija Josefina para el próximo CD, que comienzan a grabar la semana que viene. Dice que no hay rivalidad con Tan Biónica y jura que la música de LPDA será esc
| Néstor Grassi

Es Jueves Santo y Las Pastillas del Abuelo le dan vida a la parrilla para preparar unos sándwiches de entraña y chorizo. Hay pasamano de fernet, vino, mates y flores. La ansiedad le abre el apetito a la banda de rock-candombe que juega en la primera división de las más convocantes del país. Los espera un cierre explosivo de Desafíos en el Malvinas Argentinas, el 25 de abril, y la semana que viene se meten en el estudio a grabar su próximo CD. Su líder, frontman, y la cara visible de LPDA, Juan Germán Fernández, acepta charlar a solas con Perfil. Se sienta en un sillón castigado por el paso del tiempo ubicado en la parte posterior del búnker que el grupo alquila en Paternal, y desde el patio proviene un provocador olor a carne asada. “¿Si creo en Dios? Si Dios en todo caso es universo, creo en Dios. No creo que sea a imagen y semejanza del tipo de barba y con un palo que castiga. Tengo fe en el ser humano más allá de que reniego de mis mismas actitudes, conductas mías que no apruebo”.

—¿Qué te criticás?
—Tengo miserias, como todos. El ego, que es una lucha constante, en la canción ¿Qué pretendo no saber? digo “dentro mío conviven Hitler y Mahatma”, y es cierto, hay una puja entre los dos, y trato de que no me aflore el Hitler. El potencial para matar o salir a robar está en mí si tuviera que hacerlo por mi hija.  
La hija de Piti se llama Josefina Aien, de tres meses de vida, cuyo nacimiento lo inspiró en dos canciones que formarán parte del próximo CD: Permiso y prometo y La creatividad.  

—¿Tenés una responsabilidad sobre el público que los sigue?
—Sí, tengo una sola responsabilidad, la mía. La responsabilidad siempre es compartida, tenés un porcentaje porque formamos parte de eso. Somos responsables de la historia de la bengala, y nos pasó con amigos. Hoy uno de los que tiró una bengala en un show nuestro labura con nosotros, y fue mucho antes de Cromañón. Le quemó el vestido a mi hermana, que me decía “tus amigos son unos pelotudos”.

—¿Es decir que Cromañón le podría hacer pasado a ustedes?
—Sí, tranquilamente nos podría haber pasado. También esa parte de la responsabilidad.

—Ustedes arrancaron casi al mismo tiempo que Callejeros, y dos años antes de Cromañón. ¿Qué relación tenían con la banda?
—No escuchábamos Callejeros. Recuerdo, sí, que me lo había mostrado Ezequiel Requejo, cantante de La Furia, que me dijo “mirá este pibe (por el Pato Fontanet) cómo canta, prestá atención a las letras, y a la emoción que le pone”. Me gustó.

—¿A Fontanet lo conociste?
—No. En este Cosquín Rock nos íbamos a encontrar para charlar y justo pasó lo del temporal. Hubo dos o tres oportunidades de encontrarnos en asados de amigos en común, pero nunca coincidimos. Compone muy bien, y las melodías son alucinantes.

—¿Fontantet es culpable o es víctima del sistema?
—Con Cromañón pagó el rock, le quedó ese saco de precedente. Pagaron los músicos siendo inocentes, y con la situación absurda de que el cantante tiene que pagar más años por ser la cara visible. Hoy es una locura que Ibarra se esté postulando nuevamente.
Es, también, 2 de abril, Día del Veterano y Caído en Malvinas. “Lo que hicieron (los militares) hace que sea imposible recuperarlas. Es un punto estratégico para Inglaterra”, dice Fernández, autor de las letras de Desafios, el CD más crítico de la banda. “¿Mi ideología? No sé. Leí El capital pero no puedo hablar de marxismo, retengo poco, y haría agua”, afirma.

—Hoy o sos kirchnerista o sos opositor…
—En Viles medios hablo un 75% de Clarín y un 25% de palo a lo que sería este muchacho Diego Gvirtz, porque desde el lado del Gobierno también se utilizan mal los medios. El tema de que no se pueda hablar de minería, Monsanto, Chevron en 6,7,8 es tan aberrante como las corporaciones que desinforman.

—¿Cómo ves al país?
—Veo cambios. Agradezco las ollas destapadas de Clarín porque antes no sabía que estabas comiendo mierda, y agradezco el proceso a los militares, pero hay que seguir porque hay desaparecidos en democracia. La asignación universal por hijo está bien porque acá por portación de cara nadie te da trabajo. Voy mucho a las villas, paso por los penales… Lo diferencio del menemismo, pero también hay tantos funcionarios en este gobierno que eran del menemismo…  

—Se habla mucho de la ley del aborto y de la ley de la despenalización de la marihuana, ¿qué pensás?
—La más leve o conflictiva es la despenalización de la marihuana, que a esta altura me parece un absurdo que haya pibes que mueran en la cárcel por haber entrado por cinco gramos de porro. Son peligrosas la ignorancia y la hipocresía humanas. En el caso del aborto hay casos extremos. Entiendo a la mina que fue violada y que no quiere tener un hijo con la cara del violador. Pero no veo que una mujer quiera abortar porque quiere viajar. No me lo imagino.

—Nunca tocaron en un acto oficial. Si los llaman desde el Gobierno, ¿irían?
—Les digo: “Gracias, pero no”. Hay varias cosas con las que no estoy de acuerdo, como la minería, que siempre fue una causa de Las Pastillas, y hay otras que son muy buenas, como los derechos humanos, la asignación universal por hijo, pero hay muchas cosas... Boudou, De Vido... es un carnaval. Aníbal Fernández apoyó a Duhalde, a Menem. Son muchas falencias.

—¿Hay algún político que los representa?
—Sí, Pepe Mujica me fascina. Y de nuestro país siento afinidad con la honestidad de Pino Solanas. La gente por ahí dice que está gagá, o que tiene un ego muy grande, pero siento que no toca el bolsillo de nadie, y hoy en Argentina que nadie te toque el bolsillo es una utopía. Por ejemplo, si algo le respeto a la Presidenta es que nunca está de vacaciones o no la veo de vacaciones. Hay que estar 24 horas manejando el país.

—Se va a descansar a El Calafate, donde tiene varios hoteles.
—Es verdad. ¡Ahí está! ¿Ves? No lo estaba viendo. Nunca se puede (se ríe). Macri sí se va de vacaciones, y en momentos tétricos, y te dice “ah no, pero eso es de la Nación”. Siempre me tengo que dar lugar a la duda.
 
EL HIT. El sensei le dio el salto a la fama. Paradójico es que el hit nunca fue grabado y suele ser un hecho extraordinario que lo toquen en sus conciertos. “Cajonear El sensei nos benefició –subraya Piti–. No queríamos que vinieran sólo por ese tema, sino que conocieran toda nuestra obra. Y lo logramos”.

—Luca Prodan amasaba y cocinaba los fideos de los domingos para todos los músicos de Sumo. El decía: “Antes que ser una banda, somos una familia”. ¿Ese es el espíritu que persigue el mundo interno de Las Pastillas?
—Sí. Ahora estamos haciendo un asado previo a entrar a ensayar los temas del show. La banda se asemeja mucho a una familia, tenemos roces, hablamos los problemas, y cada uno cumple su función natural. Por ejemplo, a la hora de componer llevo la batuta, y Fer, que sabe de diseño, pisa fuerte en otras cosas.

—¿Cuántas familias comen con Las Pastillas?
—Somos veinte, entre staff y músicos. Hay que cuidar todo eso, las relaciones y las formas de hablarse, por supuesto que como toda familia tiene sus roces, y tratamos de solucionarlos.

—Los Piojos se separaron por un asunto de guita, al igual que Los Redondos. ¿Cómo manejan el tema del dinero?
—Cobramos todos lo mismo, pero hay una situación especial con el derecho de autor, y de alguna manera recibo un poco más, pero desde el disco Crisis en adelante también cedí un porcentaje para que los músicos puedan tener obra social de Sadaic. Con el merchandising nos fue muy mal y la venta de discos no genera mucho. Tenemos que salir a tocar para tener ingreso.

 

La peligrosa comodidad del éxito

—Tan Biónica y Las Pastillas del Abuelo son las bandas fundadas post crisis 2001 que más convocan. ¿La rivalidad entre ustedes es un mito o es verdad?
—No. Nunca me enteré de que bubiera rivalidad. No se los bardea en nuestros shows, tampoco he escuchado o leído tuits en contra de Tan Biónica. Hay una diferencia entre un rock-pop y rock-candombe. Tan Biónica es pegadizo, y Chano canta muy bien.

—Chano dijo que las canciones del Indio Solari no las conoce nadie. ¿Opinás igual?
—Ale Vázquez (productor) le dijo a Spinetta: “Che, hay un estribillo muy armonioso, por qué no lo cambias y lo hacés más repetitivo y un poco más pegadizo?”. Y Spinetta le contestó: “¿Pero vos qué querés? ¿Que me vuelva famoso?”. Es genial. El Indio puede hacer lo que se le cante a nivel artístico. Es una observación genuina de Chano, la pegó conmigo porque no conozco los temas del Indio, no los coreo ni canto. Creo que hay que ver al Indio antes de que no puedas verlo más, muchos van por la misa.

—Cuando uno se hace exitoso, ¿se vuelve más cómodo?
—Sí. Hay que ponerse muy creativo para conseguir desafíos nuevos. Una vez que el tren va andando se pone piloto automático. Por suerte estamos conscientes de que a veces el piloto automático no es tan sano. Una banda sin disco no toca más, pero se puede hacer música para una película, teatro, un simple. Si se termina la creatividad se pierde actividad.

—¿Creés que la música de Las Pastillas del Abuelo se seguirá escuchando siempre?
—Sí, no me cabe la menor duda. Me consta que cuando voy a un centro cultural escucho a Manuel Cantilo cantando de puta madre. Nosotros seguiremos tocando como Manal en La Perla de Once. Vamos a seguir haciendo música siempre y se seguirá escuchando.