Delon, rescatado de la depresión por una de sus ex

Lejos de Hollywood, fueron la pareja ícono del cine francés en los años 70. Entonces Mireille Darc y Alain Delon despertaron una atención mediática equiparable a la que hoy tienen Angelina Jolie y Brad Pitt o Tom Cruise y Katie Holmes, pero sin adoptar bebés africanos ni comer placentas. Esta semana fueron una vez más tapa de revistas en Francia por el estreno este jueves de una adaptación para teatro de Los Puentes de Madison, que en cine habían protagonizado Clint Eastwood y Meryl Streep.

La felicidad que –aseguran– los embarga por estar de nuevo juntos deberá notarse en los rostros para que sus edades –71 él y 68 ella– no desentonen con los papeles: un seductor fotógrafo de la National Geographic y un ama de casa que no se atreve a dejar a su esposo e hijos pequeños para seguirlo.

Confianza. Se conocieron en 1968, cuando actuaron juntos en las películas Jeff y Madly. Delon ya era un actor consagrado más allá de su belleza y estaba casado con la madre de su primer hijo, pero se unió a Darc al año siguiente y compartieron una vida de éxito, películas y glamour durante más de 15 años. Como pareja, compartieron cartel en otros cuatro films. Ya maduros, el show business los había reunido hace algunos años para unos capítulos en una serie de televisión.

Tiempos peores. Cuando estaba por cumplir su séptima década, las novedades sobre Delon no eran esperanzadoras. Deprimido, el otrora galán penaba el abandono de su última esposa recluido en su mansión suiza y sólo coqueteaba con el suicidio: “Lo difícil es no hacerlo”, asustaba en las entrevistas y suplicaba a las mujeres que no dejaran de amarlo.

Su intento de ser un hombre de familia había quedado trunco cuando la modelo holandesa Rosalie van Breemen lo dejó por un empresario millonario en 2002 y se llevó a los dos hijos que habían tenido en más de una década de matrimonio.

Para Darc, la tristeza había llegado con la separación del sex symbol a principios de la década del 80, que ella califica de “catastrófica”. Una operación a corazón abierto y un accidente automovilístico que casi la matan completaron el panorama que la mantuvo fuera de la pantalla grande, pero todavía vigente gracias a apariciones en teatro y televisión.

Estabilizada y en pareja, el año pasado publicó una autobiografía en la que no dudó en hablar de Delon como uno de los amores de su vida. A él, su compañía y el proyecto común parecen haberlo alejado del suicidio y la depresión. En otro tiempo el actor ya había asegurado: “Todo lo que soy –si es que soy algo– se lo debo a las mujeres que he amado y que me han amado apasionadamente”.

El enamorado de todas. Saltó a la pantalla después de cargar bolsas en un mercado y combatir con la armada francesa en Indochina. Desde su debut en 1957 hasta esta semana, el actor apareció en la portada de la revista de espectáculos Paris Match en 42 oportunidades.

Adepto al matrimonio, la primera fue la actriz Romy Scheider en los 50. Pasó otra vez por el altar en 1964 también con una actriz, embarazada de su primer hijo, Anthony. Astuta y enamorada, la mujer modificó su nombre por el de Nathalie Delon, pero la pareja no prosperó.

En 1969 el actor se unió a Darc y convivieron por más de 15 años. Tras la separación, conoció a la modelo Rosalie van Breemen, 32 años menor. Tuvieron dos hijos, Anouchka y Alain-Fabien, y durante algunos años Delon asumió el rol de padre de familia sin dejar de ser un sex symbol. Cuando ella se llevó a los chicos y lo abandonó por un hombre más joven, el galán se deprimió y sintió que ya no era ninguna de las dos cosas. Este reencuentro profesional con su ex parece haber impulsado la recuperación.

*Edición impresa del Diario Perfil