El 2018 será un año inolvidable para el Teatro Colón. Todavía está impregnado el halo de orgullo en los empleados por la organización de la gala del G20 dentro del coliseo que en octubre había sido considerado el mejor del mundo. “Mis amigos me escribían desde Berlín, Milán, todos muy emocionados por lo que estaban viendo en vivo. Fue un hecho histórico en un lugar histórico”, remarca María Victoria Alcaraz, la primera directora general mujer del Teatro Colón quien recibió a PERFIL en su despacho con ventana a calle Cerrito. “Además, fue un gran año porque cerramos los números en positivo, no debemos un peso a nadie”, agrega Alcaraz luego de la presentación de la programación 2019.
—El gobierno de Cambiemos quiere déficit cero, ¿cómo influye en la organización del Teatro Colón?
—El Teatro Colón es autárquico por lo que en términos presupuestarios una parte proviene del Tesoro, de los recursos que otorga el Gobierno de la Ciudad, y otro porcentaje es lo que genera el propio teatro. Los gastos fijos de salarios, servicios, proveedores, eso sale de los recursos centrales, y los gastos de la actividad artística y cultural los genera el propio teatro. Ya es un microclima o pequeño mundo donde nos interesa no tener déficit y pensar actividades para generar más recursos. Trabajamos muy duro para tener las cuentas en orden y terminar el año con una gestión económica de diez puntos, sin nada pendiente y adelantando el pago artístico del año que viene.
—¿Cómo se distribuye en porcentaje el presupuesto del teatro?
—Si incluimos el inciso 1 que es el salario de los empleados de planta (900 personas aproximadamente) estamos en un setenta-treinta. El Teatro Colón genera un 30% de los recursos totales que necesita. Ahora, si sacamos recursos propios estamos en cincuenta y cincuenta.
—¿Cómo fue la organización de la gala del G20?
—Muy intensa, trabajosa durante meses y una experiencia única para el Teatro Colón. Hablé con muchos mandatarios, con Macron y su esposa, con la reina Máxima, con Merkel, todos nos felicitaban por el teatro y coincidían en que les parecía una casa de ópera preciosa, única. Hablé con Mauricio (Macri) por supuesto, estaba emocionado, ancho de orgullo, y nos felicitó.
—¿Cómo diferenciaría al Teatro Colón de otros emblemáticos coliseos como la Scala de Milán o el Opera House de Londres?
—El Teatro Colón es uno de los últimos en construirse antes de la Primera Guerra Mundial y cambia el concepto edilicio después de la Segunda Guerra, y nacen las grandes casas de ópera como la Opera de Sydney o el Lincoln Center de Nueva York cuyas infraestructuras son diferentes. Entonces de los históricos coliseos, el Colón es el más joven que queda a 10 mil kilómetros de distancia del más parecido. Lo que todo el mundo pone el acento es en la acústica sumada al tamaño que fue pensado para tres mil personas, pero que por cuestiones de seguridad utilizamos 2.600 espectadores. El Colón mantiene las reglas de juego a la europea, no solo en infraestructura, sino en los modos de producción y trabajo. El Colón maneja los mismos estándares de la Scala de Milán, tenemos el mismo modelo de gestión.
—¿Cuántos turistas mensuales recibe?
—Muchísimos. Este año cerramos con 500 mil visitas con un valor de $ 300, descuentos para estudiantes, residentes y jubilados, y el 60% son turistas extranjeros. Es el segundo ingreso que tiene el teatro.
Con Zubin Mehta
El maestro Zubin Metha junto a la Orquesta Filarmónica de Israel, la me-zzosoprano Elena Garanča, las pianistas Katia, Marielle Labèque y Martha Argerich, los bailarines Misty Copeland y Herman Cornejo y la London Symphony Orchestra, entre muchos otros artistas, pasarán por el escenario del Colón en el 2019. Una programación que trae ocho títulos líricos y seis por el Ballet Estable bajo la dirección de Paloma Herrera, el Ciclo de Grandes Artistas Internacionales reúne a siete conciertos estelares, y las grandes novedades de la colonia de verano para chicos y Colón Fabrica en galpones de La Boca donde se guardarán y exhibirán escenografías. El Colón en la Ciudad con recitales en el CCK y la Usina del Arte.
—¿Que no figure Daniel Barenboim en la programación 2019 tiene que ver con el ajuste en el presupuesto?
—Sí, y además, nos pareció sano renovar la oferta. Tenemos que cuidar los dineros públicos, y traerlo al maestro es caro. Hay momentos en que uno tiene que tomar decisiones de cómo equilibrar con lo mejor que tenemos, con la mejor predisposición que se adapte a nuestro presupuesto en una temporada larga.
