ESPECTACULOS
Keri RusselL y Matthew Rhys

El final de la Guerra Fría

Los protagonistas de la serie The Americans, que se enamoraron grabando como dos espías de la KGB que se infiltran en la vida de Estados Unidos, destacan el conflicto humano detrás del argumento político. Y revelan que por el tema no lograron premios.

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Juntos. Terminan The Americans en su sexta temporada, pero siguen casados Keri Russell y Matthew Rhys, mejor que en la serie. | FOX

The Americans arrancó en 2013; ahora, con la sexta temporada, se termina. Sería el fin de la historia, el fin de la ficción de la pareja de espías de la KGB, Elizabeth (Keri Russell) y Philip Jennings (Matthew Rhys), en los Estados Unidos de Ronald Reagan y la URSS de Mijail Gorbachov. No es, evidentemente, el fin de la historia, como ha sido leído el libro de Francis Fukuyama. Incluso luego de la caída del comunismo soviético, las tensiones ideológicas siguen organizando el mundo –basta con leer los titulares de cualquier medio–. Y esa quizás sea una de las razones del éxito de esta serie, cuyo relato, amén del condimento policial y de suspenso, se sostiene en la lucha de intereses diametralmente opuestos. Russell y Rhys ofrecen su mirada sobre la culminación de este ciclo que se emite los martes a las 23:45 en FOX Premium Series y en directo en el acceso premium de la app de FOX

—¿Qué evolución se produce en esta sexta temporada?

RHYS: Hay muchos temas que han estado a lo largo de las seis temporadas, pero en la última están magnificados. La división es un poco más extrema. No estamos muy seguros del final exactamente, pero, si van a volver juntos para el final o no es algo muy alejado de pensar que esté en manos de los dioses.

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—¿Qué va a pasar con Henry, el hijo de la pareja protagónica?

RHYS: Henry tiene su propia línea de historia. Es mucho más humano. Es una especie de comunidad, cuya inteligencia ha sido eliminada. Es una gran historia humana que afecta a Philip y a Elizabeth, en un grado que genera distancia y hace que todo sea más potente y doloroso.

RUSSELL: Es una especie de barómetro de lo que podría ser una familia emocionalmente normal. No está enterado de nada.

RHYS: Y tampoco se da cuenta de cómo está siendo afectado, lo cual es lo más trágico.

—Ahora que Rusia está muy presente en las noticias, ¿el público se acerca más a ustedes?

RUSSELL: Hacen comentarios todo el tiempo; [Rusia] es un tópico muy presente. Pero nosotros no tenemos nada que ver con eso. Felizmente yo siento cierta salvación, porque The Americans es una serie sobre el pasado, de modo que no tengo que tener respuestas muy inteligentes [sobre el presente].

RHYS: Sabemos cómo termina: el Muro se cae.

—Mathew, también participaste de la película “The Post”, dirigida por Steven Spielberg. Allí, como en “The Americans”, hay un personaje, Daniel Ellsberg, que tiene una tensión frente a, en este caso, el Departamento de Estado de Estados Unidos. ¿Qué comparación podrías hacer?

RHYS: Siempre pensé que Philip tenía una gran conciencia, lo que le genera mucho conflicto consigo mismo. Creo que las operaciones [en las que está involucrado] se iniciaron en una edad muy temprana, en la que quizás ellos [él y su mujer] no estaban muy seguros ni siquiera de quiénes eran. En cambio, el personaje en The Post fue un poco más abiertamente heroico, aunque el propio Ellsberg estaba muy conflictuado. Era un marino formado, un trabajador del Pentágono que amaba el gobierno, la administración y su país. Y dijo: “No puedo vivir esto”. El y Philip tienen muchas similitudes.

 

Recibieron muy pocos premios a pesar del éxito

The Americans lleva el guión de Joe Weisberg y se desarrolla a lo largo de 66 capítulos, en los que hay una evolución, no solo de los personajes, sino también de la actitud del público.

—¿Qué atractivos tenía esta serie desde sus inicios?

RHYS: Lo más intrigante era la relación en el corazón de todo esto. Allí hay dos personas que han estado juntas todo el tiempo, que tienen hijos, que fueron colocadas juntas con un mandato muy específico, y cuando los encontramos ahora parecen estar cayendo uno sobre el otro al mismo tiempo. Hay una suma de conflictos desde la base (también está Gregory [el amante de Elizabeth]). La diferencia es que hay uno que quiere desertar, y el otro no. Yo, desde el comienzo, pensé que esto iba a ser un gran drama sobre una relación, más los celos surgidos de otras relaciones. La oportunidad de hacer esto me pareció un regalo.

—El reconocimiento a la serie llegó luego de algunas temporadas…

RUSSELL: Toda serie necesita tener su tiempo. Esas primeras temporadas felizmente permitieron encontrar de qué se trata: cuál es el tono, cuánto se puede empujar sobre él, qué cosas funcionan y qué cosas no.

R: Quién es el público, cómo son los personajes…

—¿Sintieron más presión a medida que más gente se involucraba con la serie?

R: Tenemos la mejor publicidad, porque la gente ha escrito cosas muy buenas sobre nosotros, pero ganamos pocos premios realmente. Es ideal porque una vez que comenzás a ganar premios, ya no está todo tan bien. Ahora hay espectadores que creen que la serie se merece un Primetime Emmy.