ESPECTACULOS
ESPECIAL CARAS

Entrevistas a las Divas: Mirtha Legrand

<p>Icono de la elegancia y el <strong>star-system</strong>. Una mujer que detrás del maquillaje, asoma vulnerable, con sus temores y soledades. <a href="%(link0)"><strong>Fotos</strong></a>.</p>

La diva de los almuerzo, Mirtha Legrand.
| Cedoc

Todo lo controla o, al menos, todo es supervisado por su toque personal. Así es Mirtha Legrand. Con algo de "La Dueña" y mucho de "señora de la casa", invita a su piso de la Avenida Del Libertador a tomar el té. Algo informal, dice. Y así nos espera. Integramente vestida de rosa. Talleur, zapatos y bijou, en distintos tonos pastel de un color que ella ha decretado como un estado anímico de su camaleónica personalidad. Aros y collar de perlas. Maquillaje perfecto. Ojos delineados por ella misma. Rubor y labios suaves. Brillante. Perfumada y peinada como para salir a escena. Algo informal, vuelve a decir, mientras invita a sentarnos. La mesa está lista. Mantelería europea, tazas de porcelana francesa y tortas de todo tipo y color. Ahora estamos en su sala de lectura, un espacio con libros, recuerdos, premios y portarretratos familiares, perfectamente ordenados, entre lámparas y una valiosa serie que ella -la mujer de rosa- pondera y recuerda que ya estaba en su anterior residencia, y que fue precisamente Tinayre, quien volvió a reconstruirla sólo para sorprenderla. Nadie interrumpe el encuentro. Sólo Elvira, su asistente personal, aparecerá en dos oportunidades para chequear que todo esté en perfecta armonía y funcionamiento. Como le gusta a la señora. Informal. En síntesis, muy a lo "Chiquita" Legrand. Allá vamos…

-¿Cuándo fue la primera vez que se sintió una diva?
-Definitivamente, fue la noche del estreno de "Los martes orquídeas". Apenas tenía 14 años, pero esa noche, sin ninguna duda, cambió mi vida para siempre. Como observadora de mi propia realidad, se estaba cumpliendo mi gran sueño...