ESPECTACULOS
Entrevista

Una familia en tiempos donde nada parece asegurado

Los actores le ponen el cuerpo a una comedia sobre pareja, amor e infidelidad.

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Flor Torrente y Mariano Martínez. Los actores protagonizan una comedia sobre pareja, amor e infidelidad. | Piemonte

Flor Torrente y Mariano Martínez son la pareja joven de la obra Mentiras inteligentes, que completa su elenco con actores de larga trayectoria: Betiana Blum y Arnaldo André. Se trata de una comedia del dramaturgo norteamericano Joe DiPietro, el mismo que hizo las letras del musical Te quiero, sos perfecto, cambiá. En este caso, la pieza, que transcurre en el interior de una familia formada por un matrimonio reciente y los padres del marido en esa pareja, es una versión adaptada al lenguaje porteño contemporáneo por Pablo Rey y con dirección de Valeria Ambrosio. La productora Circus Entertainment Group –en la que Martínez interviene como productor artístico– se anima a seis funciones por semana, de miércoles a domingo –sábados, doble función– en el Teatro Astros (Av. Corrientes 750). Al respecto, los populares actores, esto dicen:

—¿Cómo son sus personajes?

MARTINEZ: Mi personaje es un profesional que está pasando un momento de confusión. Acaba de tener un hijo [con su esposa], quiere separarse, cree estar enamorado de una chica mucho más joven que él. Sus padres, para ayudarlo, generan mentiras inteligentes, que terminan siendo desopilantes, hasta que pasa algo inesperado. La obra tiene un toque reflexivo sobre cómo son las parejas, las mentiras en las parejas, pero tiene mucho humor.

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TORRENTE: Ella es una chica que se acaba de casar. Está completamente abocada, enamorada de su hija y, en algún punto, se empieza a dar cuenta que algo sucede con su marido, pero no entiende bien qué.

Modelos y épocas.

—¿Qué imagen de familia se deja traslucir?

T: Aparece la situación de familia tipo convencional, con conflictos, historias convencionales que desarrollan esta mentira inteligente para salvar el matrimonio. Una familia que puede estar en cualquier familia, que puede ser parte de nuestra familia.

—Ustedes, en forma personal, que han vivido separaciones, reuniones, familias ensambladas… ¿Creen en la familia como institución?

M: Hay otros modelos de familia, seguro, totalmente. La familia, yo creo que es posible. De hecho, apuesto a la familia. Me gusta, me hace feliz… Pero sí hay familias diferentes, que se ensamblan y son familia. Creo en la familia en el siglo XXI.

T: La pregunta sería: ¿cuál sería la familia tipo hoy? Creo que se va transformando constantemente y eso me parece interesante. En otro momento de la vida era ilógico separarse, y hoy está bien lo que le pase a la gente, mientras se lo haga con amor y construya siempre desde el amor.

M: Hay momentos… Las familias y las parejas pasan por momentos que, si hay amor, hay ganas, hay que pasarlos, porque a la primera de cambio no vas a separarte porque ahora separarte está bien. No está mal visto, está perfecto, pero son momentos, no todo es color de rosa todo el tiempo.

—¿Cómo encaran el desafío de hacer funciones de miércoles a domingo, en un contexto nacional de crisis económica?

T: Somos conscientes de la realidad que nos acompaña en este momento, pero a esta obra venís a reírte. Se necesita reír. Obviamente, te cuesta juntar tu plata para poder venir, es un sacrificio hoy venir al teatro, salir a comer, pero se van a llevar un buen momento.

M: Por mis compañeros sé cómo está la cosa. Hubo obras a las que les fue muy bien, y otras a las que definitivamente les fue mal y tuvieron que levantarlas. Más allá de situaciones económicas, siempre pasa así. Hay cosas que funcionan y otras que no. Eso es histórico.

—En el contexto nacional, un prendedor verde como el que vos llevás, Flor, señala una posición. ¿Cómo vivieron el debate y votación en el Senado por la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo?

T: Más allá de todo, es un avance y es una toma de conciencia. Como mujeres y como sociedad, estamos aprendiendo a crecer y a evolucionar. Esta unión es muy importante. Más allá de ver y escuchar las barbaridades que se dijeron ese día, hay que seguir adelante.

M: Yo estoy informado, me interesa, no opino del tema. No soy de manifestarme públicamente sobre política ni sobre cuestiones sociales. No soy un servidor público, no soy político, soy actor. Actúo, estoy informado y tengo mi opinión definida, pero no la digo públicamente. Con este tema en particular, veo que no hay tolerancia cuando hay posturas opuestas…

—¿A quiénes sienten como sus maestros en la profesión y cuáles son los personajes que les han dado más satisfacciones?

T: Aprendí de muchos colegas, compañeros, amigos. Durante casi tres años, fui Adela en La casa de Bernarda Alba (dirigida por José Muscari) y esas actrices son como mis hermanas para toda la vida. Y muchas personas me recuerdan por A la luna, unipersonal para chicos, donde una nena busca a su abuelo muerto en la Luna: una maravillosa forma de explicar la muerte a los niños.

 M: Aprendí de todos los trabajos como actor, y a los 29 años empecé a querer producir… Cuando laburé en RRDT [serie de TV de 1997] con Pepe Soriano fue un salto en la actuación, aunque antes había estudiado con Raúl Serrano y Franklin Caicedo. Cuando hicimos Son amores, aprendí mucho de Florencia Bertotti y Nico Cabré, porque son grandes comediantes. La gente se acuerda de mi personaje en Son amores, por la dupla que formamos con Nico, por el Rey Sol Marquesi y por la música. Los chicos de 15, 16, lo escuchan en Spotify: me muero de risa, me encanta. ADDA, la telenovela Amar Después De Amar, también fue un aprendizaje: tuve que hacer algo distinto. Era ir al pasado y presente todo el tiempo, un personaje complejo, un punto de inflexión.

—¿Próximos proyectos?

M: Vamos a hacer, los dos juntos, una película que escribieron José Cicala y Griselda Sánchez, y la producen la mamá de Flor (Araceli González) y Fabián (Mazzei). Será con gran producción. Tiene suspenso y poesía. Es de época. Se ensaya en octubre y se filma en noviembre.