ESPECTACULOS
Iva Zanicchi

“La industria discográfica está muerta”

La cantante italiana actúa hoy en el Teatro Coliseo. Lamenta la actualidad del Festival de San Remo, las modas anglosajonas en la música y las políticas migratorias. Se alarma con el fanatismo del islam.

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Leyenda. A sus 77, cantará el tango Nostalgias en su show. | cedoc

Es sinónimo de Festival de San Remo y de música romántica de los años 70. Es Iva Zanicchi. Tiene 77 años, aunque no quiere divulgar el dato, y sigue de gira por el mundo. Hoy sábado, a las 19, está cantando en el Teatro Coliseo (Marcelo T. de Alvear 1125), en un concierto, con entrada libre y gratuita, organizado por el Consulado General de Italia para conmemorar el Día de la República Italiana que se recuerda, estrictamente un día antes, cada 2 de junio.

—¿Qué ofrecerá en este recital?

—Todas las canciones que la gente adora, de grandes autores italianos, como Lucio Battisti, y las mías: Zingara, La orilla blanca, la orilla negra, Entre nosotros (Fra noi), No pienses en mí, Ciao cara, come stai, La noche del adiós. Y además osaré cantar un tango que se llama Nostalgias. Escucha: [así, por el teléfono, directo desde una callecita de Milán, donde vive y se detuvo para esta entrevista, lanza]: “Quiero emborrachar mi corazón/ para apagar un loco amor/ que más que amor es un sufrir”. Soy italiana, canto en italiano, pero es justo cantar algo en lengua española, aunque cada uno debe cantar en su propia lengua.

—¿Qué la motiva a continuar saliendo de gira?

—Ya no soy jovencísima (no se lo digas a nadie) pero tengo el privilegio de mantener una voz joven; al menos esa parte, sí; el resto no tanto. Estoy haciendo un programa televisivo en Italia [integra el staff de Selfie-Le cose cambiano, en Canal 5], así que regreso enseguida; es un viaje muy rápido. Sólo una joven mujer puede hacer esto, ¡je je je! Además, soy una persona muy curiosa. He hecho de todo: he cantado, he recitado; también hice política, integré el Parlamento durante seis años [períodos entre 2008 y 2014], he escrito libros [una autobiografía y una novela], y ahora voy a lanzar una película que produje y donde actúo.

—¿Cómo recuerda a los artistas de su generación y cómo ve a los nuevos cantantes italianos?

—Los artistas de mi generación han sido formidables, de una gran creatividad y con grandes voces: Mina [Mazzini], Milva, Ornella Vanoni, Gigliola Cinquetti. Además teníamos cantautores, que han escrito páginas maravillosas: Pino Donaggio [Domenico] Modugno, Luigi Tenco, Gino Paoli… Había un fermento musical, artístico, cultural envidiable, que ahora, en cambio, se ha perdido, con la globalización, incluso, de la música. Nuestros músicos jóvenes han dejado la música italiana para imitar la música anglosajona, norteamericana, en vez de seguir nuestra tradición.

—¿Qué opina del Festival de San Remo en la actualidad?

—Ahora no es más el gran festival de la música italiana, sino un grandísimo show televisivo. Es como una gran torta, en la que las canciones son las velitas que se ponen encima. En una época, el festival era la expresión de los mayores autores de

Italia, que esperaban todo un año para lanzar allí sus canciones. Ahora ya no es prestigioso como lo era. Es un pecado,

porque es una de las pocas cosas que mantienen unido a

este país, un poco, quizá, como el fútbol.


Dos temas polémicos

—¿Cómo es su relación y visión sobre las compañías discográficas?

—No sé en Argentina, en Sudamérica, pero en Italia la industria discográfica –no me gusta decirlo– está muerta, o al menos moribunda. Esas empresas no han sabido desenvolverse frente a los grandes medios, Facebook y esas cosas; dejaron que todo eso invadiera el mercado, sin hacer nada. No se venden más discos. Se venden en otro sistema, se venden de otra manera, pero el disco está muerto. La discografía italiana, los editores, tienen una culpa grave; no han sabido adecuarse. Estoy muy enojada, no por mí, ya que incluso estoy por sacar un disco, por el gusto de sacar uno de los quizás últimos de mi vida. Pero ellos han dejado morir todo esto.

—¿Cómo observa Italia, en relación con el avance del terrorismo en Europa?

—Es un problema gravísimo. Pero los italianos tenemos un problema más grande. Llegan a nosotros centenares de inmigrantes. Nosotros tenemos el poder de recibirlos pero no como lo estamos haciendo ahora. La culpa es de los gobernantes, que se pelean y no saben cómo enfrentar el problema. Si tú escapas de la guerra, tenemos el deber de acogerte. Pero si vienes sin documentos, debo saber de dónde vienes, qué quieres; tienes que aprender mi lengua y debo darte trabajo. No pueden venir grupos de jóvenes robando, abusando sexualmente; esto es en un país civil. Si no comprendemos que el fanatismo del islam llevará a la destrucción… esto es un problema gravísimo.