Y llegó la décima edición… El Festival Internacional Buenos Aires, aquel que se inició en 1997, que mantuvo continuidad bianual, que logró vencer a la crisis del 2001, cumple diez años durante la programación que irá del 17 de septiembre al 4 de octubre. Así como el Bafici permite a los porteños actualizarse sobre las tendencias del cine en el mundo, similar función realiza el FIBA: un recorte de las propuestas más innovadoras en teatro y danza de diferentes continentes llega a Buenos Aires cada dos años. Los criterios de la curaduría siempre podrán discutirse, pero el FIBA conserva y sigue alimentando la ansiedad del público argentino ávido por saber qué pasa más allá de las fronteras locales. Las entradas siempre se agotan, por varias razones, entre ellas, por los módicos precios, que oscilan ahora entre $ 50 y $ 130. Este año arranca con A fleur de peau, el 17 de septiembre a las 21 hs en Parque Sarmiento, donde se verá un montaje de imágenes computarizadas según la compañía francesa Groupe F. Ese comienzo es cifra de una constatación en las artes escénicas de los últimos años: el cruce, la hibridación, la borradura de límites entre las artes, y la convivencia de todas ellas, inclusive, con los despliegues tecnológicos. Francia también se hace presente con Kaddish, a cargo de la Centre Dramatique National Orléans-Loiret. Se suman dos títulos de Bélgica, país fuerte en lo que a vanguardias artísticas se refiere: Opening night –una articulación de teatro y cine–, de Ivo van Hove, director de la compañía Tonnelgroep Amsterdam; e Isabella’s room y The blind poet de Jan Lauwers, con la Needcompany. Europa está también representada por España, que trae a una de sus más emblemáticas coreógrafas de danza contemporánea, Sol Picó –en este caso, con una obra de reflexión sobre el género femenino, We women–, y a la Compañía Agrupación Señor Serrano, con Brickman Brando Bubble Boom, una caótica reflexión sobre el también caótico estado del planeta, en medio de filmaciones y pedazos de telgopor. Altamente convocantes son las obras que, pese a la globalización, transportan realidades escénicas aún distantes. Se trata de Macbeth, una versión de Brett Bailey con la Compañía Third World Bunfight, de Sudáfrica; y de Ganesh vs. el Tercer Reich, dirigida por Bruce Gladwin, al frente de la Compañía Back to Back Theatre, de Australia. Cabe destacar también en este FIBA 2015 la oportunidad de ver a dos argentinos cuyas carreras transcurren en Europa. El autor y director Rodrigo García –propositivo y polémico, mayormente se ha desarrollado en España y Francia, y sus creaciones aún siguen provocando movimientos de espectadores, algunos fascinados, otros indignados, por ejemplo, con su trabajo con animales sobre el escenario– viene con su Gólgota picnic, junto a la Compañía CDN Montpellier. Y la coreógrafa Constaza Macras, radicada en Alemania, mostrará The past, con su compañía DorkyPark. A este de por sí sustancioso menú, hay que agregar más obras, de Chile, Cuba, Perú y Holanda, más workshops, proyección de películas y documentales, y diversos formatos de charlas y disertaciones.
