ESPECTACULOS
Backyard Babies

La magia de vivir siempre de gira

Creo en el álbum como formato”, dice Dregen, guitarrista de Backyard Babies, la banda sueca que toca el 24 de marzo en Niceto Club como parte de su South American Tour 2018.

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Duros. Los suecos de Backyard Babies tocarán por primera vez en Argentina el 24, en Niceto. Dicen estar ansiosos por ver al público. | finkel

Creo en el álbum como formato”, dice Dregen, guitarrista de Backyard Babies, la banda sueca que toca el 24 de marzo en Niceto Club como parte de su South American Tour 2018. Dregen, además de ser fundador de la banda nacida a finales de los 80, fue parte de The Hellacopters y que se ha inscripto en la historia del hard rock, de ese que apareció justo cuando los 90 asomaban, y que supo procesar de igual manera a los Sex Pistols y a Guns ‘n’ Roses.

Es la primera visita de la banda al país, y Dregen lo deja en claro: “Puede que hoy la música en vivo tenga más valor que antes, seguro, pero siempre ha sido extremadamente importante para un banda como Backyard Babies. En nuestros comienzos, del 89 al 93, tocamos sin parar. Todo era distinto y era la única forma de que te vieran, de que te ofrecieran un contrato. Vivimos en tour durante muchos años. Por eso en un momento nos frenamos. Pero ahora estamos de regreso”.

—Después de todos estos años, de los discos, del parate durante casi un lustro, ¿cómo definirías la esencia de una banda como Backyard Babies, que fue importante en la renovación del hard rock en los 90?

—La esencia es simple: sigue siendo una fiesta salir de gira. La música que escribimos y que tocamos juntos da cuenta de algo que es muy importante para la música: sentirte en hermandad. Sería algo así como lo dice la letra de Hotel California: podés ingresar en cualquier momento que quieras, ¡pero nunca podés irte!

—Considerando los años y cómo ha cambiado la música, todas las etapas del rock que han vivido, ¿cómo considerás que una banda como la de ustedes se inscribe en la actualidad?

—Me causa gracia, es cierto. Pero para ser sincero, me gusta creer que funciona al revés. O al menos que puede verse completamente distinto eso que definís. Te lo puedo decir así: no voy a discutir que la industria de la música es un ambiente muy díficil en el cual sobrevivir en este momento, pero, y aquí viene lo que te decía, eso me carga de energía para demostrarles cuán equivocados están. Todo, desde hace décadas, funciona en estos ciclos de diez años que implican la renovación de modas, y ahora, y eso es indiscutible, el rock & roll y el heavy, y la música donde las guitarras suenan, no ocupan el primer puesto. De eso seguro que no hay dudas.

 —¿Cuál es la diferencia más grande que ven ustedes en la música desde que comenzaron hasta estos días?

—Nosotros como banda tocamos mejor, estamos mejor juntos. Ahora, cuando te ponés a pensar en los cambios que se dieron en la industria de la música en los últimos años, creo que el problema es que ya no importan cosas que antes eran fundamentales. A la industria y a una parte enorme de los fanáticos no les importa nada de nada el álbum, por ejemplo. Como concepto o como algo a comprar para que la industria siga viva. Todo se reduce a dos canciones de moda que podés escuchar por streaming, y a salpicar hits. Pero también hay que reconocer que está bien por ahora, ya que, si somos sinceros, eso va a cambiar de aquí a cinco años. Esa es la forma en que se comporta la música. Pero vale decir que realmente creo en el álbum como formato.

—¿Creés que parte del rock debería reaccionar más ferozmente a lo que está sucediendo en el mundo con el avance de la derecha?

—Sin dudas enfrentamos tiempos muy oscuros, muy asoladores. Quizás el rock necesitaba el fascismo y la estupidez para volver a ser grande.

—¿Qué les divierte de la idea de tocar en Buenos Aires?

—La primera vez es siempre especial. Sé que va a ser así. Tenemos fans en Argentina desde hace veinte años, y eso me sorprende y alegra. Agradecemos mucho que hayan sido tan pacientes de esperarnos. Va a ser muy divertido.