ESPECTACULOS
MNICA ANTONOPULOS, ACTRIZ

Nace una estrella al desnudo

Después de ser una de las panelistas de Horacio Cabak en Acoso textual, la ex modelo es una de las nuevas caras de Son de Fierro, la última comedia de Canal 13. Dice que el televisor fue su maestro y le trajo muchos problemas como la falta de léxico. Jura que ama la actuación.

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METAMORFOSIS. Padre carnicero, madre cosmiatra. Dej contabilidad por la actuacin. Est chocha. | Cedoc

La rubia de origen griego, pequeños ojos azules y capelina al viento, no deja de reír. Desenfadada, divertida, Mónica Antonopulos habla con la sonrisa estampada en su boca.

A pesar de que hace muy poco comenzó su carrera en la televisión, los más fieles seguidores de sus curvas redentoras la recuerdan desde aquella publicidad de cerveza donde la joven modelo salía de un disfraz de burro. Pechos turgentes y cola casi al desnudo la llevaron a la pantalla chica en un tirón. Participó en Sin código y el año pasado fue una de las panelistas de Horacio Cabak en Acoso textual. Además de haber sido elegida para mostrar sus atributos en el primer número de 2007 de una revista para hombres, la joven nacida en Mataderos hoy es Sisí, la hermana de María Valenzuela en Son de Fierro, la nueva comedia de Canal 13. Hiperquinética –como ella misma se define–, por estos días debe alternar sus horarios de grabación con las funciones de Extraña pareja, la obra marplatense de Pablo Rago y Carlín Calvo.

—Es la primera vez que hacés ficción durante el prime time. ¿Vivís la presión del medio?
—En verdad, no. En algún punto, esto de las mediciones es un juego. “A ver... este numerito loco ¿qué me dice?”. El juego del rating es como en una play station. Me parece que un producto no se puede medir por un punto más o un punto menos. Hoy mi preocupación es trabajar bien y eso para mí es muchísimo.

—¿Siempre quisiste ser actriz?
—Desde chica ... el tema es que en mi casa eso era un problema. Yo soy hija única y mi viejo es un laburante de toda la vida. Él es matarife, carnicero. Y mi madre es cosmiatra. Toda su vida tuvo una peluquería en Mataderos que se llamaba Fashion. Era buenísimo. Ella es la Lucy. El tema es que somos de clase media baja, que nunca faltó nada porque siempre se peleó a morir. Y mi viejo quería que tuviera un título. Me decía: “Yo quiero que en tu puerta diga ‘Dra. An-to-no-pu-los’ (dice mientras enfatiza su apellido). Doctora, porque quería que fuera contadora pública. Con el tiempo descubrí que la felicidad no pasaba por lo que ellos querían de mí sino por lo que yo necesitaba. Y eso me costó, abrir la boca significaba tener quilombos. A los castings, por ejemplo, iba a escondidas.

—¿Por qué aceptaste?
—Para mí era tener un impulso fuerte, un trampolín para todo lo que estoy haciendo ahora. Teatro, televisión y una tapa venía bien. La revista me muestra desde un lugar que yo, la verdad, no quiero que se me deje de ver. ¿Por qué no se puede asociar la belleza, el humor, con la inteligencia? Es divertido. El otro día, el hijo de una vestuarista vino con la revista pidiéndome un autógrafo. No sabía en dónde escribirle...Al final, en medio de mi cola al aire le puse: “Te deseo suerte en este camino sin salida”.

—¿Participarías en Gran Hermano?
—Noooo, ni loca. No me gusta nada. Me parece un horror. No entiendo por qué una persona quiere estar encerrada en un lugar y ser vista por millones. Es puro morbo. El tema de conversación entonces se convierte en si el pibe fue o no al baño.

—Ahora que estás adentro de la tele, ¿qué te parece?
—Hay mucha variedad, pero también hay programas que no tienen contenido de nada. Los programas amarillistas existen porque responden a una necesidad. Me parece que uno tiene que dar lo que el público demande. La televisión años atrás era un educador... bueno, justamente yo no soy el mejor ejemplo porque me eduqué con esto. El televisor fue mi maestro. Hoy en día me doy cuenta de los problemas que tengo por mirar tanta tele.

—¿Como cuáles?
—La falta de léxico.

—¿Fantaseás con una trayectoria internacional?
—La verdad es que no soy de fantasear mucho, porque no me lo permito. Y hasta el momento, sin tanta expectativa, la realidad me sorprendió a mí. Prefiero que sea así. Las cosas me están sucediendo de manera increíble. Creo que hoy soy una mujer que está descubriendo que ama la actuación.