ESPECTACULOS
Crítica cine

Ni en tus sueños: Desafiar el ‘me gusta’ de las redes y gobernar con la verdad

El film se mete con inteligencia en el mundo de la política, y mezcla cuestionamientos y guiños humorísticos.

Ni en suenos 20190614
La química entre Theron y Rogen, lo mejor del film. | BF Paris Films

Calificación: Muy buena.

Seth Rogen hace lo de siempre, un antihéroe simpático. Acá es un loser, un perdedor, un periodista desempleado qué tocado por la varita del destino, logra quedarse con la más linda. Una muy bella Charlize Theron en el papel de una Secretaría del Estado norteamericano que es elegida por el presidente para sucederla en el cargo, debido a qué él decide dedicarse a actuar en cine, al revés de lo que fue Ronald Reagan.
La química entre Rogen y Theron enciende la temperatura de esta irónica y sarcástica comedia romántica, que se burla, sin ser obvia, desde la gestión estadounidense en lo que respecta al medio ambiente, hasta la tiranía que ejercen las redes sociales con tal de enterrar a una figura pública dando a conocer intimidades no siempre agradables, o revertir aquellas mentiras con las que el periodismo quiere convencer a su audiencia, para provecho propio.
Dan Sterling con el que Seth Rogen había coescrito Interview y el director Jonathan Levine definen una comedia, que hereda parte del humor de Judd Apatow (Freaks and Geeks, Ligeramente embarazada o Virgen a los 40), que se apoya en escenas breves, diálogos bastante ingeniosos, un humor tan ingenuo como certero y chistes algo escatológicos, que ayudan a la evolución de su protagonista, un periodista desempleado que parece encerrar en su interior un inteligente, pero temeroso adulto que no ha logrado superar ciertos estados de su niñez.
Lo cierto es que el motor de la historia se pone en marcha cuando luego de renunciar a su empleo de redactor independiente, Fred Flarsky se reencuentra con Charlotte Field, que es nada menos que la Secretaria de Estado de la Casa Blanca. Y como aquel refrán, en el presente el amor vuelve a encenderse en una gira que la funcionaria realiza por más de veinte países para conseguir el apoyo a su programa de medio ambiente. En ese tren de discursos, giras y atentados terroristas, el dúo sobriamente aceitado se afianza a partir del sexo. Y ella hasta se permite bailar.