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miguel cantilo

Ni K ni PRO: bandera progresista

El músico cuenta que sus temas fueron usados tanto por Macri como por 6,7,8. Lamenta que la década pasada haya sido una oportunidad perdida para la centroizquierda argentina.

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El músico cuenta que sus temas fueron usados tanto por Macri como por 6,7,8. Lamenta que la década pasada haya sido una oportunidad perdida para la centroizquierda argentina. | Gza Diego Ortiz Mugica

Miguel Cantilo, uno de los íconos del rock nacional, la mitad creativa de la dupla Pedro y Pablo –junto a Jorge Durietz, con quien a fin de año lanzarán un nuevo disco–, se presentará el sábado 15 de octubre en La Usina del Arte, con entrada gratuita. En este caso, Cantilo recordará a su grupo Punch. En esta temporada, está acompañado por cinco intérpretes, entre ellos, dos de sus hijos, Sufián y Anael. No tocarán canciones de Pedro y Pablo, como Catalina Bahía, Donde va la gente cuando llueve o La marcha de la bronca, sino repertorio de Cantilo y Punch, conjunto que funcionó entre 1979 y 1982. En 1980, había lanzado Adonde quiera que voy, título que nombra a esta gira, que sigue por Bragado y Avellaneda. Aquel título se vuelve particularmente significativo, en tanto que en la década pasada fue cortina de 678. Y al respecto de los vínculos entre la música y la política, el cantante, guitarrista y compositor conversó con PERFIL.

—¿Qué opinión te merece que “Adonde quiera que voy” haya sido cortina de “6,7,8”?

—Sí, incluso he ido al programa y la he cantado en vivo. En los años 80, también fue cortina musical en Radio del Plata. Esa canción ha sido elegida como fondo de cosas que no tienen nada que ver con la canción. Inclusive, yo he visto que han hecho [con este tema] un video- clip con Cristina Kirchner y Néstor Kirchner, como si fueran enamorados… una cosa que me parece surrealista, porque no tiene nada que ver con el contenido de la canción. Pero bueno… uno no puede desperdiciar la difusión. Conseguir que te pasen una canción, por radio, por televisión, es un logro. Sobre todo, incentiva mucho la presentación en vivo. Tal vez si tocaran una canción mía en un programa de un corte político demasiado adverso a mis ideas, yo podría oponerme, pero no ha sucedido nunca. Inclusive hay canciones mías que las han usado en campañas políticas de Macri como jefe de Gobierno de la Ciudad, y nunca me opuse porque me parece que es una buena oportunidad para que las canciones se difundan. Macri usó Yo vivo en esta ciudad, en una campaña en el Luna Park. Pero no me fue solicitada sino que me enteré por el diario, y por eso hice todas las gestiones necesarias para cobrar los derechos; si no, no me hubieran pagado los derechos. Pero, sobre todo, agradezco que se dé uso a las canciones. Ellas viven por sí mismas.

—¿Qué posición tenés en relación con la Argentina de hoy?

—La experiencia de los años me ha ido demostrando que ninguna corriente política ni de pensamiento social en la Argentina ha merecido mi confianza y mi apoyo total. Aprecio determinadas cosas que han hecho Cristina y Néstor, aprecio gestos, aprecio políticas, pero también reconozco la gran oportunidad perdida por el progresismo en la Argentina. Se perdió esa oportunidad, porque muchas cosas se hicieron mal.


Bronca porque rien satisfechos

Miguel Cantilo vive parcialmente en España, desde donde, según él, “se sigue viendo la constante de muchos argentinos, que buscan otros horizontes laborales cuando el país no le ofrece posibilidades. Observo a la Argentina y creo que el artista tiene que tener ideas políticas claras, como cualquier individuo, pero yo no me embanderaría en un partido político. La experiencia me ha demostrado que, muchas veces, uno después se arrepiente. No creo que sea estratégico subirse al caballito de una coyuntura política. Prefiero que la expresión artística y musical tenga una visión social, pero que no esté atada a la política. Ojalá la Argentina supere los viejos traumas que se repiten, que me obligan a seguir cantando La marcha de la bronca, como si fuera una condena eterna [con aquellos versos, como “Bronca porque ríen satisfechos,/ al haber comprado sus derechos./ Bronca cuando se hacen moralistas,/ y entran a correr a los artistas”. Estoy más allá de los apasionamientos políticos, que crean esta brecha tan intensa que hay en nuestro país. La bronca del argentino viene de una observación de la realidad. No es un estallido violento ni una participación física, sino un estado de ánimo repetido, incansablemente, a través de los cincuenta años que tiene de vida esa canción. Aparece en manifestaciones; la usan los macristas y la usan los kirchneristas”.