ESPECTACULOS
ENTREVISTA A VALERIA LYNCH

Sólo grita en el escenario

La intérprete dejó de cantar por un tiempo para dedicarse a Pasión bohemia, el musical que dirige y que está inspirado en la vida de Tolouse-Lautrec. En pareja desde hace cuatro meses con el músico Osmar Bornez, ex marido de la fallecida folclorista Tamara Castro, asegura que su paso por Cantando por un sueño aumentó su popularidad.

0124lynch468
ENAMORADA. La cantante dice que ya no quiere parejas jvenes. Ahora los prefiere de su edad. | Cedoc

Antes que nada, una confesión: la periodista debe su segundo nombre a la entrevistada en cuestión. Enfrentarse, por lo tanto, a esa señora que escuchó durante toda su infancia, mientras su madre cantaba a los gritos, no fue tarea fácil. Claro que la realidad difiere bastante del recuerdo. La cantante que corretea por los pasillos de Ciudad Cultural Konex ya no luce una prominente cabellera rubia ni vestidos de cuero rojo con hombreras y tachas. Valeria Lynch usa ahora el pelo platinado, cortado casi al ras, y unos jeans modernos pero con menos gracia que el vestido ochentoso. Su voz, en cambio, sí es la misma: potente y enérgica hasta cuando habla. “No sos la única chica que se llama así por mí”, dice orgullosa la directora de Pasión bohemia, el musical que se estrenará el próximo jueves. Un alivio para la periodista: al menos, ya son varias las que cargan con la cruz.

—¿No extraña subirse al escenario y cantar?
—No en este espectáculo. Me encanta dirigir. Es como un hijo. Yo compuse todas las canciones y ver cómo las cantan estos monstruos me conmueve.

El musical, protagonizado por Guillermo Fernández y Sandra Ballesteros, se centra en el último año de vida del pintor Toulouse-Lautrec y en su relación con las prostitutas del famoso cabaret Moulin Rouge, a las que solía retratar y, también, frecuentar. “La idea surgió para una muestra de fin de año con los alumnos de mi escuela –cuenta la intérprete de La extraña dama. Queríamos hacer algo con el Moulin, pero como había salido la película hacía poco, decidimos darle una vuelta de tuerca. Se nos ocurrió tomar a un personaje emblemático de esa época y Toulouse-Lautrec era el más relevante”.

—Y además tuvo una vida muy problemática. Ideal para escribir un guión.
—Sí, tuvo una vida tormentosa. Era rengo, alcohólico y tomaba ajenjo, una bebida alucinógena. Terminó en un hospital psiquiátrico y murió a los 36 años. Lo bueno del musical es que incluimos a personajes históricos. Prostitutas, bailarines y artistas reales. Sólo hay un personaje ficticio, que es un asesino.

—Vincent van Gogh era un gran amigo de Lautrec y uno de los que ayudó a difundir su obra. ¿Aparece en el musical?
—No porque tratamos de concentrarnos en su relación con el Moulin Rouge. También se retrata el movimiento intelectual del 1900, una época de gente pasional, de bohemios que se reunían en cafés literarios y mostramos a las mujeres de esos años, que empezaban a tomar un papel relevante en la sociedad.

—¿Te interesan las artes plásticas?
—Me encantan. Sin ir más lejos, yo pinto acrílicos. Y Toulouse es uno de mis artistas favoritos.

—¿Conocés París?
—Fui en los 90 y también conocí el Moulin Rouge, que todavía funciona. Es una ciudad magnífica.

Popular y enamorada. Además de protagonizar Victor Victoria, el musical de Alejandro Romay, el año pasado Valeria Lynch fue uno de los jurados de Cantando por un sueño. “Acepté porque me encanta la idea de ser jurado. Tengo seis escuelas y quería que la gente me viera enseñando y corrigiendo. De hecho, todo el mundo me dijo que era la más justa y objetiva”.

—¿No perdió nada al participar en el programa?
—Al contrario, gané mucho. El elenco de Pasión bohemia está formado, en parte, por gente que conocí ahí. Sandra Ballesteros, Lorena Miranda, la soñadora del Tano Ranni, y Loly Alvarez, la coach de Sandra.

—¿Ayudó a renovar su popularidad?
—No lo necesitaba porque nunca dejé de trabajar, pero el hecho de tener tanto rating me sirvió para que la gente me gritara por la calle.

—¿Qué le decían?
—Que fuera más dura o que matara a la Calabró.

—¿Qué opina de que Iliana haya sido la ganadora?
—Sin comentarios, fue injusto. Yo le recomendaría a Iliana que aproveche el momento. Para mí, los ganadores eran Lorena Miranda y el Tano, pero hay que respetar el gusto popular.

—¿Se le hizo difícil mantenerse como jurado sin pelearse con nadie?
— Mi desempeño fue bueno. Hubo unos problemitas con los participantes, pero soy muy diplomática. No hice escándalos delante de las cámaras, sino que los paré en un pasillo y hablé. Soy muy pensante, cuento hasta diez antes de enojarme. Sólo grito en el escenario.

Osmar Bornez, su pareja, debe estar chocho de la vida entonces...
—Bueno, con él no es tan así. Igual, me llevo bárbaro. Es divino, un personaje con mucho humor y onda. Un brasilero auténtico. Nos admiramos y estamos apasionados. Para mi cumpleaños, me regaló una alianza de compromiso. Además, me encanta estar con alguien de mi edad. Yo siempre estuve con más jovencitos y no compartíamos los códigos.

—Los dos vienen con historia previa.
—Eso es algo que me encanta de él. Yo no vengo sola y él se supo ganar el cariño de mi familia. Ama a mi mamá, que vive conmigo, y tiene una relación muy especial con mis hijos.

¿Y vos conocés a su hija?
—Por fotos. Ahora está con los abuelos. Pero va a venir para acá. Es divina... pobrecita se le murió la mamá.

—Cuando murió Tamara Castro, la ex mujer de Osmar, ustedes ya estaban en pareja. ¿Cómo lo sobrellevaste?
—Nos fortaleció mucho. Son situaciones límite que o te terminan de hundir o te fortalecen. A él le tocó mucho, sobre todo porque la nena se quedó sola.

—¿Le sorprende estar tan enamorada a esta altura de su vida?
—Yo estaba sola con una decepción amorosa y pensé que no me iba a enamorar otra vez. Pero la vida me dio esta alegría. El amor me activa en todos los ámbitos, estoy chispita. Además, tenemos una relación sexual impresionante. Y eso es muy importante. Si no tenés una conexión sexual, no tenés pasión. Y si no hay pasión, prefiero quedarme con mi hermano que es divino, lo quiero y me dice que sí a todo.

Debilidad para las cantantes
Osmar Bornez, Cau para los conocidos, es el ex marido de la folclorista argentina Tamara Castro, quien murió a los 36 años el pasado 8 de diciembre en un accidente automovilístico en la localidad santafesina de Humberto Primo. La pareja, que se conoció en 1998 en un programa matutino de Canal 7 (donde Osmar interpretaba covers de música brasilera y Tamara era entrevistada), tiene una hija, Taís, que el 23 de septiembre cumplirá cinco años.

La relación entre Bornez y la familia de la folclorista oriunda de Brandsen (ciudad que la recuerda con una placa en la plaza principal), no quedó en buenos términos luego del divorcio, por lo que la niña permanece bajo el cuidado de la abuela materna.