Iba a cooperar en la
puesta en escena de las ceremonias de apertura y clausura. Pidió que China
intervenga en el conflicto de Darfur, pero el gigante asiático no hizo nada. Entonces,
pegó el portazo.
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Cedoc
Las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 han sufrido un golpe cinematográfico. El director Steven Spielberg renunció hoy como asesor artístico del evento deportivo, en protesta a la política china en Sudán.
En un comunicado, el director de Tiburón, contó que en reiteradas oportunidades pidió al gobierno chino mayor seguridad en la región sudanesa de Darfur. Si bien el gigante asiático no protagoniza el conflicto miliciano, que desde febrero de 2003 produce conmoción en la zona, es uno de los principales socios político, económico y militar del gobierno de Sudán; por lo tanto, posee los elementos necesarios para presionar en pos de una solución.
Sin embargo, dice el comunicado, apenas hubo escasos avances sobre el tema y la situación en Darfur se siguió agravando, al punto de que hoy se calcula que más 200.000 personas han muerto y dos millones fueron expulsadas de sus hogares, como consecuencia de los enfrentamientos. "Debido a eso, mi conciencia no me permite continuar", señaló Spielberg según reproduce la agencia DPA.
La decisión del director se ubica en un contexto en el que varios artístistas, junto a Premios Nobel, se han nucleado para exigir un cese a la violencia en Sudán. Ellos, entre los que está la actriz Mía Farrow, habían criticado la colaboración de Spielberg en la organización de los juegos olímpicos en Pekín.
