ESPECTACULOS
CARMEN BARBIERI

Tinelli la quiere en "Bailando por un sueño"

En Irresistible imita a Moria, dice no estar peleada y que van cabeza a cabeza. Pese a que Marcelo la llama para que firme, no lo hizo por miedo a lastimarse y perjudicar a Cherutti.

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HEREDERO. Su hijo Federico, estudiante de cine es un crtico exigente. Le dice que no haga ms papelones o la alaba. | Cedoc

Como si fuera un político en campaña, habla con todas las personas que se acercan a saludarla, a pedirle un autógrafo o una foto. “La gente me ve más popular que un lobo marino”, bromea cuando un grupo de señoras le corta el paso y le grita: “¡Personalmente sos más flaca!”. Ella, que en ningún momento deja de sonreír, responde con un chiste: “Es que la televisión engorda. Por eso voy a dejar de comerme los televisores”.

Carmen Barbieri sabe que la popularidad no viene en envase perecedero. Aún recuerda cuando, en épocas sin trabajo ni flashes, no la convocaban ni siquiera para un bolo. “No me llamaban ni para insultarme”, asegura. Ahora está convencida de que vive su mejor momento: después de su paso triunfal por la primera edición de Bailando por un sueño, se destaca en Irresistible, la revista de Miguel Angel Cherutti que ofrece dos funciones de martes a domingos en el teatro Neptuno. Allí es una especie de mujer orquesta: baila, canta, actúa, imita, cuenta chistes, hace un monólogo y como vedette sorprende con un topless. “La fama es puro cuento. Hace 20 años quería ser famosa, pero ahora sólo quiero ser feliz y romperme el alma en el escenario. Eso es ser artista”, le dice Carmen Barbieri a Perfil. Mientras Irresistible y Bailando por un voto, de Nito Artaza, se sacan chispas en las boleterías, ella afirma que están “cabeza a cabeza” y reconoce estar distanciada de Moria.

—¿Le están ganando a Artaza?
—Creo que estamos cabeza a cabeza. Ya no son los únicos. Ellos podrán ser mejores, pero nuestro espectáculo es el que más talento reúne sobre el escenario.

—¿Por qué se peleó con Moria?
—¡Yo no me peleé con Moria! Ella es una diva. Me dijeron que se había enojado con Mirtha Legrand porque me había invitado primero a mí. A ella todavía no me la crucé en ningún lado. En realidad, la vi un día en el aeropuerto. Fui a buscar a mi madre, quien viajó con ella. Me ubiqué entre la gente y la arengué: “¡Moria, Moria, Moria!”. Cuando me vio se rió a carcajadas y me dijo que estaba loca.

—¿Estará celosa porque ahora no es la única figura en la cartelera?
—Ella está acostumbrada a ser la única y que la mimen todo el tiempo . En el espectáculo la imito con mucho respeto. Dice que vivo de ella. Nadie le mueve el piso y nadie le puede ganar. Pero nosotras somos como el Boca-River del espectáculo. Un superclásico, pero sin odios. Moria quería mucho a mi papá y él la admiraba. Mi mamá me llama todos los días y me pide que deje de pelearme con ella. “No te peleés más con Moria”, me pide a modo de súplica. Es que ella la ama.

—¿Cobró el cachet más bajo de Bailando por un sueño?
—¡Sí! Yo pongo un circo y me crecen los enanos. ¿Alguien se acuerda de quiénes participaron de la primera edición? Pero no me quejo porque el programa fue creciendo y los sueldos también. Igual mi último baile tuvo un rating de 34 puntos. Y después me tocó conducir la previa de Bailando por un sueño. Hicimos 11 puntos contra 4 que hizo Sin código, la reposición de la tira de Suar. De la TV me fui triunfadora.

—¿Va a participar de la gran final?
—No sé. Desde que estoy en Mar del Plata, Marcelo me llama a cada rato porque tiene miedo de que arregle con otros canales. Está la posibilidad de competir con Florencia de la V y Carla Conte, las otras dos ganadoras. El tema es que quieren que también bailen nuevas participantes. No estoy tan de acuerdo con eso. Lo bueno es que mi soñador pudo comprarse una casa y yo terminé de pagar la mía. Es verdad.

¿De qué depende su arreglo con Ideas del Sur?
—De plata, seguro que no. El sueldo que me ofrecen es muy tentador, pero el tema es que si decido volver a Bailando..., eso implica muchas horas de ensayo y un riesgo de lesionarme. Y no le puedo fallar a Cherutti porque vamos a seguir con la obra todo el año. Y a él y a Reina (Reech) les debo el hecho de haber vuelto al teatro a lo grande.

—¿Es verdad que su hijo la critica?
Federico, que ya tiene 17 años, es un chico muy inteligente. Está estudiando cine y ya hizo cortometrajes. En un tiempo más trabajará para Ideas del Sur. Pero es mi peor crítico. Ha visto cosas mías y me ha dicho: “Mamá, no hagas más papelones”. Dice que no le gusto como actriz y que a veces le da vergüenza lo que hago, pero ahora me elogia por mi desempeño en el teatro. Hasta no le molesta que haga un topless. “Estás divina”, me dijo. Y eso fue un orgullo para mí.