ESPECTACULOS

Volvió la serie más pirateada de la historia

"Game of Thrones" cautiva con un mundo fantástico lleno de sexo y violencia.

"Game of thrones" cautiva con un mundo fantástico lleno de sexo y violencia.
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Definida como uno de los dramas épicos más famosos de los últimos tiempos, la serie de televisión "Game of Thrones", que es furor en todo el mundo, ya prepara una cuarta temporada cuando apenas el domingo pasado comenzó la tercera, con una audiencia de casi 5 millones de televidentes sólo en Estados Unidos. El programa, del canal HBO, es una mezcla de historias medievales y fantásticas, y relata épicamente una lucha por el poder total entre los ficticios continentes de Westeros y Essos, y desde su estreno, en 2011, se convirtió en la serie favorita del público amante de la fantasía y las historias al estilo "El Señor de los anillos".

Basada en la tercera parte de la saga del escritor estadounidense George R.R. Martin (Canción de hielo y fuego), la serie se rueda al mismo tiempo en distintas localizaciones alrededor del mundo y con diversos directores. La mayoría de sus actores son británicos, e Irlanda es su escenario principal, aunque magníficos paisajes de Croacia y Malta proveen también espacios para grabar la serie, que conjuga lugares naturales, castillos medievales y animación gráfica digital.

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Narra la historia de siete familias que compiten por un trono de hierro en un mundo de lobos, dragones, luchas y peleas de espada al estilo Shakespeare. Pero sobre todo, más allá de las confabulaciones políticas en las que se centra la trama, "Game of thrones" ("Juego de tronos") cautiva a millones de aficionados por su fantasía. "Vivimos tiempos difíciles y una serie como esta es un escape. No queremos ver más desastres financieros y bancos que se hunden. La gente quiere ver fantasía y dragones, por eso ha tenido éxito", explicó el actor británico Kit Harington, quien personifica a "Jon Nieve" en la serie.

"Creo que este tipo de historias funcionan porque lo épico y lo fantástico nos dan un pase libre para desatar nuestros mundos imaginarios, eso que los adultos tenemos reprimido la mayor parte del tiempo", opinó el actor británico Sean Bean. "Está bueno salirse un poco de las historias de médicos, abogados y policías, ¿no?". El guionista de la serie, David Benioff, opina que lo que hace tan especial a la serie es que "es un mundo completamente inventado y nuevo", y agrega que "todo hay que inventarlo, pensarlo, imaginarlo. Es fascinante incluso para nosotros".

En Irlanda, el bosque Tollymore, el río Quoile, el castillo de Shane y el castillo de Gosford son algunas de las locaciones encantadas que sirven como magnífico escenario. La mayor parte de los personajes son humanos, pero aparecen otras razas, como Otros del Norte y los dragones del Este, que navegan entre tres líneas argumentales: la crónica de la guerra civil dinástica por el control de Poniente entre varias familias nobles; la creciente amenaza de los Otros; y el viaje de regreso de Daenerys Targaryen, la hija exiliada del rey asesinado.

La serie no carece de ninguno de los ingredientes necesarios para cautivar al público: drama, sexo, lucha, acción, fantasía. "En ese mundo todos son terriblemente ambiciosos y narcisistas. Nadie es completamente blanco ni completamente negro, aunque todos tienden un poco al negro", señaló el actor británico Iain Glen, quien interpreta a "Jorah Mormont". Su colega, Michelle Fairley (que desempeña el papel de "Catelyn Stark"), opina que "Games of Thrones" es "un lugar duro, lleno de sexo y violencia, en el que los personajes están obligados a sobrevivir".

Al mismo tiempo, se trata de "un drama íntimo y psicológico", según otro de sus protagonistas, el danés Nikolaj Coster-Walday, quien interpreta a Jaime Lannister. En sus palabras, es "una historia basada en la evolución de los personajes pero situada en un mundo épico", un escenario donde se desarrolla una implacable lucha por el poder en la que el espectador difícilmente puede discernir dónde está el bien y dónde la traición.

La puesta en escena del primer capítulo de la tercero temporada, el pasado 31 de marzo, mereció críticas positivas de parte de los medios de comunicación norteamericanos. El crítico de televisión Tim Goodman, del Hollywood Reporter, afirmó que "pocas series pueden generar una apreciación tan ferviente de la destreza expuesta. Toma lo que algunos podrían considerar 'un show de ficción' y lo da vuelta, probando que el alto arte puede venir de cualquier género (…) siempre que el guión, las actuaciones y la ambición estén allí". En tanto, la revista Forbes catalogó el primer capítulo como "un sólido inicio para un show sólido", aunque para su columnista Erik Kain, algunos de los hechos ya “perdieron su misterio”.

Pero el éxito no se limita al rating televisivo. Sus miles de seguidores se apuntan a la moda de fiestas de disfraces temáticas (se sabe que Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, organizó una en su casa para muchos fans de la serie), y en internet se venden se ofrecen desde gorras, remeras y tazas hasta las recetas de los extraños platos gastronómicos que se ven en la historia.

Más fanáticos, muchos viajan a la Calzada de los Gigantes, en Irlanda del Norte, o a Islandia, para conocer el lago Myvtan, ambos sitios donde se filman escenas de la serie. El furor es tal que "Game of Thrones" ostenta ya el récord como la serie más pirateada de la historia: según datos de las redes de intercambio de archivos P2P de BitTorrent, fue descargada nada menos que un millón de veces en las 24 horas posteriores al primer capítulo de su tercera temporada.

Según informa BBC, una mujer de Cleveland vende pañuelos con el símbolo protector de la "Casa de Stark", uno de los linajes de la serie. Tarda una semana en fabricar cada pañuelo, que vende a US$ 90. En Toronto, por otra parte, una bailarina de cabaret actúa utilizando la vestimenta del personaje de "Daenerys" y comenta: "No voy a revelar lo que Daenerys le hace a uno de sus dragones en mi acto, pero sin duda no van a ver algo igual en el programa de televisión".

La revista New Yorker descubrió el caso de una pareja que asistió a una firma de libros de Martin y le pidió al escritor posar para una fotografía junto a su hija, llamada Daenerys, como uno de los personajes de la saga. Un fanatismo pocas veces visto para una serie de TV.

(*) Especial para Perfil.com