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Cada vez más empresas eligen el ‘coworking’ para funcionar

El modelo de oficinas compartidas no es sólo para freelancers. En un año crecieron 60%, en parte porque es elegido por corporaciones.

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Usos. Espacios amplios, que permiten generar redes con otros. | Gza. área tres
Con espacios abiertos, mesas compartidas, buena conexión a internet y café, los espacios de coworking en el país vienen creciendo de forma sostenida y ampliando su público, que en un principio fue sólo de freelancers y emprendedores tecnológicos, a pequeñas y hasta medianas empresas. Así, más que oficinas compartidas, los espacios de coworking –que suman cerca de ochenta en el país– ya se definen más como semilleros de innovación y creatividad, y redes de networking, donde los beneficios son múltiples.

“Cada vez son más los emprendedores, trabajadores independientes, pymes y grandes empresas que se acercan en búsqueda de una nueva cultura de trabajo”, asegura Pablo Croci, Content Manager de Area3, uno de los pioneros en el país. “Buscan estar donde las cosas pasan y tener mayor agilidad en la creación de nuevos negocios e ideas”, agrega. En su caso, comenzaron en 2009 –cuando eran sólo treinta en el mundo, hoy son miles–, y acaban de abrir su segundo espacio en Palermo, donde se sumaron Fibertel, Patagonia-Quilmes, AMD y Masisa.

“Hace cuatro años, el perfil era un emprendedor tecnológico, ligado casi en un 100% al desarrollo de software. Eran los únicos que sólo necesitaban una mesa de trabajo, buena conexión a internet y café”, dice Martín Orlando, socio de La Maquinita Co., que ya cuenta con cuatro espacios: en Vicente López, Palermo, Villa Crespo y Belgrano; otros cinco en construcción, dos en el interior del país. La idea surgió tras un viaje a San Francisco, donde vieron la iniciativa y buscaron replicarla en Buenos Aires. “Hoy casi cualquier disciplina puede trabajar así, y las empresas que trabajan en las distintas Maquinitas a veces llegan a ser hasta de cuarenta personas, muchas buscan reducir costos de estructura”, agrega.

Y si bien la mayoría está en Buenos Aires, también llegan al interior, como el caso de Dorregus, un coworking de Mar del Plata, donde Matías Calvo enumera los beneficios de este tipo de espacios: “El networking y sinergias que se generan al estar en contacto con otros freelancers y startups, evitar el aislamiento para los que trabajan en sus casas, y la flexibilidad de poder agregar o sacar puestos de trabajo rápidamente y fácilmente de acuerdo a las necesidades de sus proyectos”.

San Juan, Tandil, Olavarría y San Nicolás son ciudades donde se sumaron espacios, según el sitio de economía colaborativa El Plan C, que registró un crecimiento de un 60% entre 2014 y 2015 de estos espacios. Para darse a conocer, la semana próxima los espacios abrirán sus puertas y organizarán eventos. “El crecimiento en la cantidad de espacios fue importante en los últimos años aunque vemos cada vez más seguido que a algunos les cuesta llegar a los objetivos”, opina Calvo.