Siguen las malas noticias para Lula: ahora,
se le fue su asador oficial. Jorge Lorenzetti, un ex
sindicalista del estado (provincia) de Santa Catarina, presentó su renuncia
"indeclinable" a su puesto de Jefe del Núcleo de Análisis
de Riesgo y Medios de Comunicación de la campaña para la reelección del presidente brasileño tras
haber ofrecido a la revista
Epoca, de la red de
TV Globo, una carpeta, un dossier,contra sus adversarios
para las elecciones del 1 de octubre.
A Lorenzetti
se lo acusa de dedicarse a recolectar documentos y pruebas,
no siempre verdaderos, que luego cedía a ciertos diarios y revistas, una tarea electoral que
también tiene seguidores en Argentina. Pero, en este caso le fue mal porque
Epoca denunció la maniobra y Lorenzetti tuvo que
renunciar.
"Pasé los límites", admitió en la nota de renuncia dirigida
al titular del Partido de los Trabajadores (PT), el ex ministro de Trabajo
Ricardo Berzoini, quien también quedó debilitado por el
escándalo.
Lorenzetti es un gran amigo de Lula, con quien fundó el PT. Una de sus habilidades deslumbra
al presidente: sus dotes de gran asador que, como explica él mismo, comienza con la cuidadosa
selección de la carne, que suele traer de la frontera con Argentina. Era el asador presidencial
para las grandes ocasiones, como las visitas de
Fidel Castro y
George Bush. Los comentados
"churrascos" de Lula.
El escándalo afectó a otros dos amigazos de Lula: su asesor especial todo terreno
Freud Godoy, quien tuvo que renunciar el martes y de quién
se sospecha que pudo haber acercado los más de 800 mil dólares que habría costado una carpeta
contra el candidato socialdemócrata a la gobernación de San Pablo,
José Serra.
La prensa brasileña informó hoy sobre el abultado patrimonio de Godoy, quien, a pesar de
ganar unos 3 mil dólares en el gobierno, acababa de comprarse un departamento flamante de 250 mil
dólares en
Santo André, una ciudad del conurbano de San Pablo.
El otro amigo presidencial caído es
Oswaldo Bargas, un ex sindicalista metalúrgico que fue la
mano derecha de Lula en varias huelgas en Sao Bernardo do Campo, también en las barriadas
industriales paulistas.
Bargas es tan cercano a Lula que su esposa,
Mónica Zerbinato, es la secretaria privada del mandatario.
También cayó por el carpetazo ya que acompañó a Lorenzetti en el intento fallido de interesar a
Epoca. El caso puede provocar más dolores de cabeza porque, además de la policía, un juez electoral
está investigando el escándalo.
(*) Editor de Internacionales del diario PERFIL y autor de "Lula,
la izquierda al diván"