Aunque era favorito, Francisco se salvó de un premio que no le gusta

En las apuestas online y los pronósticos de los especialistas, era el candidato favorito a ganar el Nobel de la Paz. Pero, al igual que lo había hecho con Juan Pablo II, el Comité de Noruega se abstuvo de premiar al jefe de la Iglesia Católica. El papa Francisco no recibirá este año el famoso galardón, aunque probablemente no se sienta muy apenado: el Pontífice cree que es un premio desprestigiado y, fiel a su estilo modesto, ha dicho que se sentiría incómodo si tuviera que recibirlo.
No ocurrió, pero Francisco pudo haber sido el primer papa Nobel de la historia. En 2003, Karol Wojtyla era candidato natural al galardón por sus esfuerzos para evitar la invasión estadounidense a Irak, pero el Comité optó por ignorarlo. En aquel entonces, algunos miembros de la Academia noruega dejaron entrever que la postura antiabortista de Juan Pablo era lo que le jugaba en contra.
Este año se mantuvo la tradición “antivaticana” del Nobel. De todos modos, a Francisco no le interesaba el premio. En julio de 2013, el Papa recibió en el Vaticano a familiares de las víctimas del atentado a la AMIA. Los visitantes le adelantaron que lo nominarían al Nobel de la Paz. Francisco se mostró incómodo y dijo que no lo merecía. Y no sólo eso. “Cuando le dijimos que queríamos nominarlo, nos dio a entender que el Nobel había perdido valor por algunos de los últimos premiados, como Barack Obama”, contó en ese momento a PERFIL Sergio Burstein, de la Asociación de Víctimas y Familiares de la AMIA.
“Aceptar la distinción hubiera sido contradictorio con el carácter del Papa”, publicó la revista Time, y subrayó un detalle: ayer, unos minutos antes de que el Comité anunciara el ganador, Francisco se retiró de la sala en la que compartía un desayuno con obispos de todo el mundo que asisten al Sínodo Extraordinario sobre la Familia en el Vaticano, para evitar que las cámaras captaran una eventual ovación en caso de que ganara el Nobel de la Paz.